Gori, el fichaje-apuesta del Real Zaragoza que aún espera su evaluación final

Gregorio Gracia 'Gori', centrocampista técnico y de perfil creativo y ofensivo de 22 años fichado este verano por el Real Zaragoza procedente del Espanyol B, es una apuesta de autor de Víctor Fernández. Un jugador diferente a todo lo que ha venido teniendo la plantilla aragonesa en los últimos años en esa posición que ha venido al proyecto con un condicionante y una barrera que saltar en la pretemporada y el inicio de la liga: sus dos lesiones de rodilla recientes.

Gori tiene unas credenciales de sobresaliente, en algunos aspectos 'cum laude', en su crecimiento en la cantera periquita. Pero viene de sufrir dos roturas de ligamentos cruzados consecutivas, algo que arruinó en gran medida un año y medio reciente de su trayectoria hacia el profesionalismo. Ahora Gori es un futbolista que necesita y lucha por reengancharse a su caudal de fútbol anterior a esas dos desgracias. Y el Real Zaragoza del momento ha apostado por ser su hábitat para ello. 

"Las lesiones, evidentemente influyen. También te ayudan a ser más fuerte, a pensar más en ti. Te hacen madurar de cara al futuro", reconoce Gori, un joven sensato y responsable en su talante, en declaraciones hechas a los medios del club en el Pinatar. 

Salir de dos lesiones graves es un golpe que muchos jugadores tardan en olvidar. Gori ha salido ya de esa espiral gracias a su espíritu positivo. "Es duro, porque no ves la luz al final del túnel. Son muchos días solo. Te comes el proceso tú solo, aunque tengas al lado a la familia y los amigos. Hay momentos de todo tipo", recuerda el catalán.

Cuando el Real Zaragoza fichó a Gori hace 20 días se advirtió que existen dos opciones cuando acabe agosto y el mercado estival de contrataciones. Una, que convenza a Víctor Fernández y se quede en el equipo con todos los galones. La otra es que, si se observa que necesita un periodo mayor de recorrido, se busque una cesión a otro club para que pueda jugar todos los fines de semana con regularidad y, así, llegar al punto de rendimiento que se prevé lo antes posible. 

De los tres amistosos que ha jugado el Real Zaragoza hasta ahora, Gori solo jugó en el primero, en Calahorra, el pasado día 24 de julio. Disputó la segunda parte, 45 minutos con el '18' como dorsal, en sustitución de Moya. Del campo calagurritano de La Planilla salió tocado, con molestias en los aductores. Y eso le impidió estar en Tarazona cuatro días después y en el primer partido en la concentración de San Pedro del Pinatar (Murcia) contra el Getafe. 

Esa dolencia ha abortado buena parte de su evaluación. Apenas se le ha visto con el balón en juego. En el Pinatar Arena ha alternado algún entrenamiento con unos cuantos ratos en el gimnasio, aparte, junto a Francho, otro de los que sigue de baja médica pese a haber venido a la estadía mediterránea. 

"El objetivo cuando sales favorablemente de estas lesiones graves de rodilla es sentirse futbolista y volver a competir", remarca Gori. El primer interesado en mostrarse el el propio jugador, que sabe que afronta unos días claves para su futuro inmediato. Él ansía poder manifestarle sobre el césped a Víctor y a Cordero sus características más brillantes: "me gusta aportar juego al equipo, personalidad, posesión del balón...", afirma cuando habla de su patrón de juego particular. 

En el último duelo junto al Mar Menor, este sábado ante el Elche (19.00), se espera ver de nuevo a Gori con el traje de faena en el medio campo del Real Zaragoza. Lo necesita él, lo requiere Víctor y ha de examinarlo bien Juan Carlos Cordero. Está en fase de escrutinio su destino para el 1 de septiembre, bien aquí o bien en otro lugar.