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Tasende: "Me ilusiona el reto de ser uno de los que devuelva al Real Zaragoza a Primera"

El nuevo lateral zurdo del Real Zaragoza, gallego de 24 años que viene del Villarreal B, está respondiendo bien a las expectativas de Víctor Fernández de cara a la restauración total del equipo.

Dani Tasende, nuevo lateral izquierdo del Real Zaragoza, posa este viernes para HERALDO en la concentración en San Pedro del Pinatar (Murcia).
Dani Tasende, nuevo lateral izquierdo del Real Zaragoza, posa este viernes para HERALDO en la concentración en San Pedro del Pinatar (Murcia).
Tino Gil/Real Zaragoza

Daniel Esmorís Tasende, futbolista gallego de 24 años (6-7-2000) y 1,72 de estatura, es el nuevo lateral izquierdo del Real Zaragoza. Fichado procedente del Villarreal B, es una apuesta de jugador emergente, con la buena base del filial amarillo, con buen presente y prometedor futuro. 

Sus raíces están en Galicia, en la zona interior de la provincia de La Coruña, cerca del mar, de la Costa da Morte.

Soy de Ercebedo, una parroquia del municipio de Coristanco, al lado de Carballo. Tiene unos 700 habitantes. 

Desde niño su vida y todo lo relativo al fútbol ha estado marcada por su hermano, Angeliño.

Sí, tiene casi cuatro años más que yo. A él, que jugaba en la cantera del Deportivo de La Coruña, lo fichó el Manchester City cuando yo tenía 13 y nos fuimos a Inglaterra los dos junto a mi madre. Fue una decisión importante para todos de la que tengo un grato recuerdo.

Uno de esos casos en los que el fútbol mueve de sitio al futbolista y a su familia a edades muy tiernas. 

Yo estuve en Inglaterra año y medio. Aprendí el idioma inglés, viví nuevas experiencias en la vida. Fuimos a ayudar a mi hermano, que era también muy joven. Yo estoy muy satisfecho por esa época. 

¿Allí jugó al fútbol?

Sí, claro. Lo hago desde que tengo uso de razón. En el Manchester City tenían un equipo conformado con los hermanos de los los jugadores que fichaban de otros lugares o países. Servía para que sus técnicos viesen más futbolistas que les pudieran interesar. Estuvo muy bien esa experiencia, disfruté. 

Y con 15 años decidió volverse a casa. 

Mi hermano empezó a moverse por otros clubes y países y yo volví solo de entrada, con mis abuelos, porque mi madre siguió un tiempo más con él. Ahí, con 16 años, fiché por el cadete del Bergantiños, de la Tercera División gallega, del pueblo de Carballo. Hasta esos momentos no pasaba por mi cabeza llegar a ser profesional pero, si lo miras ahora, ahí empezó todo. Cambié de chip tras volver de Inglaterra y me empezó a gustar mucho la idea de llegar alto. 

¿Le echaron los tejos los del Manchester City?

No exactamente. Ellos se lo pierden (risas). Pero yo sí sentí que tenía potencial para jugar a cierto nivel.

¿Y cómo captó el Villarreal a un chico del equipo de Carballo?

Había un ojeador en Galicia, con el que sigo teniendo buena relación. Fue a verme varios partidos y le gusté. Me citó a una prueba en Villarreal y viajé para jugar un torneo allí en la Semana Santa de 2016, la Yellow Cup. Les convencí y me ofrecieron fichar para su cantera. Mi agente negoció y decidimos dar el sí. Y allí he estado hasta ahora, ocho años. 

Solo, en la residencia del club. 

Sí, pero únicamente estuve en la residencia el primer año. Después me marché a un piso porque se vino mi madre a estar conmigo. Mi hermano Angeliño ya podía estar solo y cambió su misión con el hijo pequeño. Tiene un gran mérito mi madre. Por cierto, la residencia del Villarreal es modélica en valores y funcionamiento. 

¿Siempre ha jugado como defensa lateral izquierdo?

No. Empecé en el Bergantiños como extremo izquierdo. Después, en Villarreal, me retrasaron al lateral. Mi capacidad ofensiva viene de estos orígenes. Me gusta mucho atacar. Aunque he aprendido que lo más importante de un lateral es defender. Pero tengo la vocación de irme arriba, es algo natural en mí.

Y marcar goles como el que le hizo al Real Zaragoza en La Romareda hace dos años, un golazo.

Fue una gran volea, sí. No sirvió para nada porque Zapater marcó el 2-1 en el último minuto y perdimos. Espero marcar goles así con la nueva camiseta del Real Zaragoza. 

Desde ese momento, el Real Zaragoza ya le echó el ojo a Tasende...

Sí, lo sé. Era consciente. Yo ya quería venir el verano pasado aquí, pero al final no se pudo dar la operación. Me quedé con esa espina clavada y, por suerte, se ha hecho realidad. Estoy muy contento de estar en Zaragoza. 

En Villarreal, después de alcanzar el filial y jugar en Segunda dos años, no ha podido dar el salto al primer equipo, más allá de un partido de Copa ante el Victoria de La Coruña, curiosamente. 

Es muy complicado. Es un club con grandes jugadores, que está siempre en los puestos altos de la liga, que juega en Europa. Es difícil. Yo esperé siempre mi oportunidad, pero no ha llegado. Hay que seguir por otros caminos. 

Y ha venido a un histórico como el Real Zaragoza en un momento donde la intención es hacer un equipo para ascender tras 11 años fuera de la élite. Un reto. 

Es mi primera vez fuera de mi espacio habitual. Y me ilusiona poder ser uno de los que logre el objetivo de devolver al Zaragoza a Primera. Me seduce formar parte de un proyecto que busca dar alegrías a una afición enorme. 

¿Qué es lo que más le hace disfrutar jugando un partido? ¿Qué tipo de lateral ha fichado el Real Zaragoza?

A mí siempre me ha gustado dar ese último pase de gol, esa asistencia. A los laterales siempre nos piden que pongamos buenos centros y a mí siempre me ha parecido un disfrute ayudar al equipo con acciones que acaban en la red. También he aprendido a sentirme bien en defensa. 

Los centros han de buscar al compañero, levantar la cabeza. Centrar al tuntún es una mala costumbre en algunos laterales. 

Cuando estás ya para dar el último pase hay que mirar siempre donde está tu compañero. También dónde puede llegar al espacio. Es una posición que requiere mucha concentración. Esto es lo ideal. 

Víctor Fernández tiene pensado un sistema donde los dos laterales son piedras angulares del éxito. Otro estímulo para usted. 

Sin duda. Tengo la seguridad de que todo va a salir bien. Ya es hora de que el Real Zaragoza dé ese paso que tanto desea, que es volver a Primera. Yo quiero ser uno de los que ayude a este club a obtener ese éxito. 

Angeliño, el hermano mayor, pasó del Manchester City, al New York City, al Girona, al Mallorca, al NAC Breda, al PSV Eindhoven, al RB Leipzig, al Hoffenheim, al Galatasaray y ahora está en la Roma. Un trotamundos. ¿Habla con él?

Sí, claro. Todos los días. Él está muy contento también de que yo haya fichado por el Real Zaragoza. Siente que me van las cosas bien. Está encantado por esta decisión y me sigue ayudando siempre desde lejos. 

Usted es de los que lleva el apellido materno como nombre de guerra.

Es el que más me gusta, con el que más sentimiento tengo. Además me llaman siempre así desde chico. 

¿Algún día van a jugar juntos en el mismo equipo?

Ojalá... pero tenemos un problema: los dos somos laterales izquierdos, jugamos en la misma posición. Alguno tendrá que cambiar si eso se da, porque no nos apetece ser suplentes a ninguno de los dos. Habría que jugárnoslo a piedra, papel o tijera (risas). 

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