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El Trofeo Ciudad de Zaragoza-Memorial Carlos Lapetra no se jugará este verano

Las obras de La Romareda impiden cualquier maniobra de la SAD para proseguir con la tradición del partido de presentación previo a la liga, que la actual propiedad ya dejó de programar hace dos años, a su llegada.

Un lance del partido Real Zaragoza-Millonarios de Bogotá, el Trofeo Ciudad de Zaragoza-Memorial Carlos Lapetra de 2023, su 51ª edición.
Un lance del partido Real Zaragoza-Millonarios de Bogotá, el Trofeo Ciudad de Zaragoza-Memorial Carlos Lapetra de 2023, su 51ª edición.
Francisco Jiménez

Por segunda vez en tres años, por tercera en los últimos cinco, el Trofeo Ciudad de Zaragoza-Memorial Carlos Lapetra no se jugará como preámbulo al inicio de la temporada del Real Zaragoza, a modo de presentación en La Romareda

Las obras de demolición del Fondo Sur, del edificio del Cubo y del de Urbanismo, que están en marcha desde hace 10 días dentro de la fase inicial de la restauración completa del viejo estadio zaragozano, impiden cualquier planteamiento al respecto por parte de los dirigentes de la SAD. No es posible jugar hasta septiembre, como ha quedado patente al solicitar a La Liga que las tres primeras jornadas del nuevo torneo 24-25 sean fuera de casa, como visitantes. 

De este modo, la excepcional situación del campo de fútbol del Real Zaragoza va a derivar en que el histórico trofeo de verano de la ciudad aragonesa se quede en blanco de nuevo y añada una muesca más a este lustro de accidentes que han roto por completo con la tradición que mantiene vivo a este evento desde su nacimiento en 1971, hace 53 años.

Y es que, después de 49 ediciones ininterrumpidas, que con varios formatos y fechas dieron forma lineal al Trofeo (el recuerdo a Lapetra se instauró como apellido tras su fallecimiento, a partir de 1998) desde el citado 1971 hasta 2019, los tiempos recientes han alterado la costumbre de modo ostensible y llamativo

En 2020 no se celebro a causa de los efectos de la pandemia mundial de covid-19. La liga anterior, suspendida en marzo y hasta julio en plena explosión de la enfermedad por todo el mundo, terminó jugando sus últimas jornadas a matacaballo y a puerta vacía, sin público, entre julio y agosto (los que disputaron la promoción pisaron este mes también, entre ellos el Real Zaragoza). Aún sin gente en los graderíos de los estadios, la siguiente competición se puso en marcha en septiembre, casi sin tiempo de descanso. Fue un fútbol adulterado, alborotado, desvirtuado. Y ahí no cupo siquiera plantearse la programación de este tipo de eventos tradicionales. 

En 2021, la anterior propiedad de la SAD, en su último verano al frente del viejo club, planteó un partido único contra el Getafe para presentar al equipo en La Romareda y recuperar el Trofeo Memorial (ganaron los madrileños por penaltis tras el 0-0 del duelo). 

En 2022 el torneo volvió a quedar aplazado, suspendido finalmente. El equipo dirigente actual acababa de tomar el mando de la SAD a finales de mayo. Los accionistas y consejeros, prácticamente todos foráneos, centraron sus esfuerzos de inicio en las cuestiones mayores, de índole económica sobre todo, también societaria y deportiva. Y, en el listado de prioridades, la celebración del torneo de verano no tuvo espacio en la agenda. Fue considerado algo superfluo. Y se evitó. 

El año pasado sí que quisieron resarcirse de su mala decisión inicial y prepararon un partido ante el Millonarios de Bogotá, histórico club de Colombia que preside uno de los accionistas del grupo que rige al Real Zaragoza, Gustavo Serpa. Este duelo de sinergias hizo de reclamo a miles de seguidores de esa nacionalidad y dotó de prestancia y atención a la presentación del Real Zaragoza ante su afición, a la antigua usanza (ganaron los sudamericanos 1-2). Fue un éxito y pareció recuperarse la esencia mínima del género. 

Esta vez, un año más tarde, de nuevo queda derogado el Trofeo. Hay razones de fuerza mayor, es obvio. El problema es que las obras en La Romareda seguirán activadas al menos durante tres años más. Y suspender un acontecimiento así durante tanto tiempo genera serio riesgo de muerte dulce, de olvido, de desaparición. 

Quizá sea el momento de replantearse un nuevo momento para celebrarlo. No siempre fue la presentación en agosto del equipo. Al principio se jugó en mayo, a la conclusión de la liga. En años concretos, se demoró su disputa hasta las fiestas del Pilar. Soluciones, haylas.

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