REAL ZARAGOZA

La gestualidad del disgusto de Maikel Mesa por seguir en el Real Zaragoza

El mediapunta canario, que manifestó en su día su deseo de abandonar el equipo aragonés para fichar por el Tenerife, no esconde su malestar diario por no solucionarse su pase al club de su tierra.

Maikel Mesa atiende atrás del todo, fuera del grupo y con las manos atrás (a la altura del escudo del gimnasio) las instrucciones del ejercicio de entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
Maikel Mesa atiende atrás del todo, fuera del grupo y con las manos atrás (a la altura del escudo del gimnasio) las instrucciones del ejercicio de entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
José Vidal

Maikel Mesa está a disgusto. A nadie escapa esta circunstancia personal del mediapunta canario que, incluso antes de que acabase la temporada pasada, ya dejó caer en el seno del Real Zaragoza su intención de abandonar la entidad aragonesa para fichar y acabar su carrera deportiva en casa, en su tierra, en el Tenerife. 

Mesa, de 33 años, está en la recta final de su vida laboral como futbolista. Y ha decidido, con fuerza y determinación, rubricar su último contrato en el club donde se formó de niño y en el que nunca militó como profesional. El Tenerife ya 'enseñó la patita' al respecto a falta de 3 jornadas para la conclusión de la pasada temporada en unas singulares declaraciones de su presidente sobre la seducción que generaba el regreso de Mesa al cuadro chicharrero este verano (hablaba a futuro, a mitad de mayo). Y el propio Maikel, en el retorno de las vacaciones, en este mes de julio, ha pedido explícitamente a Juan Carlos Cordero, director deportivo del Real Zaragoza, que trate de casar su traspaso al Tenerife cuanto antes. 

Mesa, al no haber por ahora visos de acuerdo entre ambas entidades tras los primeros movimientos al respecto (motivos económicos, obviamente, lo impiden por ahora), está debiendo entrenarse con el Real Zaragoza desde el día 8, pues tiene dos años más de contrato en vigor, uno porque así lo firmó en su día y el otro porque se activó a través de una cláusula aneja mediante la suma de partidos jugados el año pasado. 

Y el jugador insular va a remolque. No se ve en este contexto. No tiene la cabeza aquí al cien por cien. En el inicio de la segunda semana de entrenamientos, a Maikel Mesa se le aprecian ademanes y actitudes que denotan su disgusto. Es un profesional y ha de cumplir con sus obligaciones, como debe y hace. Pero su gestualidad lo delata. 

La foto que ilustra esta pieza informativa es contundente. Maikel Mesa, en el inicio del entrenamiento, mientras el preparador físico Miki Lampre explicaba las pautas de un ejercicio, se colocó el último, atrás del todo, fuera del grupo. Con las manos atrás, cruzadas en su zona lumbar, quiso dejar patente que su postura es bastante tangencial a estos primeros pasos de la temporada 24-25. La toca, pero por fuera. 

El deseo de Mesa es irse cuanto antes a Tenerife. Si no logra solventar el inconveniente, lo notará más cuando, en siete días, empiecen los partidos de preparación y el Real Zaragoza haya de viajar a Calahorra y Tarazona para afrontar los primeros bolos veraniegos. Ahí, habrá que ver si el club zaragocista lo incluye o no en la lista de convocados (a él y a unos cuantos que también han de abandonar la plantilla en este mercado de verano y ya están advertidos de ello). 

En esta tesitura, más allá de este tipo de actitudes puntuales y de estos gestos que pretenden (y logran) mostrar un resquemor ante lo que está teniendo lugar en su caso, Maikel Mesa tiene en su mano hablar con el Tenerife de modo concreto y acelerar el proceso para que su salida del Real Zaragoza sea mejor hoy que mañana, mejor mañana que pasado. 

El club aragonés pide un dinero en concepto de traspaso, en torno a 500.000 euros, como es de razón y derecho al tratarse Maikel del mejor goleador del equipo el año pasado, con 11 goles que fueron decisivos para eludir el descenso a Primera RFEF en un año catastrófico en lo global. Si el Tenerife atiende esta oferta ante su demanda (que es doble, pues proviene del club canario y del propio jugador), todo quedará solucionado. Si no es así, los segundos le parecerán horas a Mesa. Y las horas, días. Y los días, meses. Su gestualidad así lo evidencia.

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