REAL ZARAGOZA

Francho y Víctor Fernández solo coincidieron un rato en los 12 partidos del técnico el año pasado

El medio volante aragonés sufrió el estallido de su fascitis plantar ante el Espanyol, el día del debut del entrenador tras relevar a Velázquez a la desesperada en marzo. No pudo contar con él en los 11 últimos choques del frenético final de liga.  

Momento exacto en el que Francho es sustituido por Aguado, en el día del debut de Víctor Fernández ante el Espanyol, el pasado 17 de marzo. Fue el último partido jugado por el centrocampista a causa de su lesión.
Momento exacto en el que Francho es sustituido por Aguado, en el día del debut de Víctor Fernández ante el Espanyol, el pasado 17 de marzo. Fue el último partido jugado por el centrocampista a causa de su lesión.
José Miguel Marco 

No es un tópico. Ni tampoco un manido giro periodístico, tan al uso en tiempos pretéritos, afirmar que Francho es para Víctor Fernández uno de los refuerzos del verano. En términos puramente personales entre ambos, así va a ser cuando el centrocampista, dentro de un tiempo lo más breve posible, esté en condiciones de volver a jugar.

Esto es de este modo porque, en efecto, Francho y Víctor no coincidieron el año pasado más que un rato. Un breve trecho de 86 minutos. Puesto en pasiva se entiende más rápido: Fernández no tuvo a su disposición a Francho Serrano en ninguno de los últimos 11 partidos de la liga, pues cayó lesionado en la tarde del debut de Víctor en el banquillo, el 17 de marzo ante el Espanyol en La Romareda (0-1) y ya no pudo regresar jamás a los entrenamientos ni, por supuesto, a las convocatorias del equipo. Una dolorosísima fascitis plantar, por una lesión en la inserción proximal de la fascia del pie izquierdo, dejó al veterano preparador aragonés sin el concurso del dinámico mediocampista canterano.

Víctor Fernández, que llegó en una situación desesperada para relevar a un desconcertado y caótico Julio Velázquez (que ya había tenido que venir a suplir a Fran Escribá en noviembre), tuvo que acometer la frenética recta final del torneo, con el riesgo real y afilado de descenso a Primera RFEF, sin la participación del que fue el más atinado de los centrocampistas de la plantilla en tan deficiente temporada global.

La semana previa a su estreno ante el Espanyol, en esa necesaria evaluación de la situación que cada entrenador hace antes de coger las riendas de un equipo en severas dificultades, Víctor tenía considerado a Francho como pieza fundamental en la labor de reflotamiento y mantenimiento de aquel deslavazado Real Zaragoza que heredó. Y el primer día, tras 86 minutos, lo perdió para el resto de la liga.

Ahora, a falta de concretar qué sucede con la renovación y ampliación del contrato del futbolista (que acaba en 2025), Francho está de nuevo en el listado de piezas muy útiles para Fernández de cara a la temporada que viene y que va a estar caracterizada por una renovación masiva de futbolistas en el vestuario y, por supuesto, en el once base inicial. 

Como el año pasado apenas se vieron las caras, apenas compartieron nada en los dos meses y medio últimos de la aventura que Víctor salvó con enormes apuros de la catástrofe final, Francho genera en el entrenador las mismas vibraciones y anhelos que lo haría cualquiera de los nuevos fichajes que han venido o están por venir. En puridad, no se conocen en el día a día. Porque, en la anterior etapa de Víctor en el equipo, la que acabó en la liga 2019-20, el técnico sí que echó mano fugazmente de los jóvenes canteranos Francés, Borge y hasta Aguado. Pero no de Francho. 

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