real zaragoza

La portería del Real Zaragoza, el asunto pendiente de urgencia máxima

Con Badía retornado al Elche de su cesión, Cristian Álvarez en fase de recuperación de una nueva lesión y Poussin  y Rebollo fuera de los planes del presente, cubrir este puesto es, a 20 días de la pretemporada, de máxima necesidad.

Cristian Álvarez, Badía, Rebollo y Poussin, los cuatro porteros que jugaron y acabaron hace 16 días la temporada 23-24.
Cristian Álvarez, Badía, Rebollo y Poussin, los cuatro porteros que jugaron y acabaron hace 16 días la temporada 23-24.
Rubén Losada

La portería. El específico puesto de los guardametas de la plantilla. La designación definitiva de los grandes especialistas de un equipo de fútbol, los diferentes, los que ejecutan en cada partido y en cada entrenamiento la función más específica en el viejo deporte del balompié. Nada más y nada menos, esto lo tiene en el aire por completo el Real Zaragoza a estas alturas de junio, una vez transcurridos 16 días desde el final de la pasada liga 23-24 y a solo 20 fechas de iniciarse la pretemporada de la 24-25.

Es, con enorme diferencia sobre los demás puestos a remodelar con hondura en el nuevo proyecto que está larvado y en marcha, el más urgente. Tanto por su crucial importancia en el diseño del nuevo equipo como por las especiales circunstancias que concurren en este periodo de entre ligas en el actual Real Zaragoza: acabó el curso precedente con cuatro inquilinos en ese papel de cancerberos de su portería, un hecho que solo se había dado en una ocasión en los 92 años de historia del club (los cinco porteros que llegaron a jugar en la liga 65-66 en Primera División, Yarza, Goicoechea, Rodri, Cardoso y Aldea). 

Badía aclaró en una pieza ese amplio reparto de porteros, pues volvió al Elche de inmediato, de donde había venido cedido en enero para jugar la segunda vuelta. Pero restan tres.

Cristian Álvarez, capitán y emblema durante 7 temporadas en este largo periplo por Segunda División, está en periodo de recuperación de su enésima lesión muscular en los últimos meses, razón que arruinó su habitual estabilidad de alto rango en el puesto y puso las alarmas a gritar a tope desde octubre al ver progresivamente lo que había detrás de él, que no respondía a las expectativas iniciales. 

Poussin y Rebollo no cuentan en los planes de presente, pese a tener contrato en vigor con la SAD. Saben que deben marcharse, buscar nuevo acomodo. Su sitio no está en el Real Zaragoza. 

El primero, singular apuesta francesa de Juan Carlos Cordero el año pasado con vistas a que fuera el relevo de Álvarez (que tiene 38 años) a futuro, quedo aparcado enseguida en vía muerta por la reiteración de sus graves errores que costaron puntos y una eliminatoria de Copa, además de ser cuña indeleble en la destitución del primer entrenador (de tres) del peor curso de la última década, Fran Escribá. Ya debió irse en el mercado invernal, pero se echó atrás a última hora del trato ya cerrado con el Albacete y siguió en el club zaragocista, asumiendo su ostracismo.

El segundo, apuesta del anterior director deportivo, Miguel Torrecilla, hace dos años, pasó el verano pasado en 72 horas de estar descatalogado en Zaragoza a volver a contar como tercer portero, en una segunda oportunidad peculiar que no ha sabido aprovechar en la decena de partidos que el destino volvió a brindarle en el profesionalismo

El panorama, no por sabido desde hace muchas semanas, no deja de ser delicado. Y cada hora, cada día que pasa, aumenta la presión y las urgencias para los responsables del área deportiva y futbolística que encabezan la reestructuración masiva de la plantilla en busca de un proyecto ganador, de alto vuelo: Juan Carlos Cordero y, sobre todo, el entrenador, Víctor Fernández. 

A nadie se le ocurre pensar que el 8 de julio, dentro de menos de 20 días, el entrenador de porteros, Mikel Insausti, tenga que empezar sus tareas de pretemporada con Poussin y Rebollo aptos, con Cristian Álvarez en el gimnasio porque su muslo dañado aún no está en condiciones de ejercitarse con normalidad y con los porteros del filial o algún juvenil ocupando un espacio vital que no les corresponde.

A 18 de junio, esta sería la previsión exacta de la situación, salvo que entretanto se defina tanto la salida definitiva de los dos guardametas que no cuentan, se aclare la situación real de Cristian Álvarez (que tiene un año más de contrato ganado a base de la cláusula de partidos jugados el año pasado) y, sobre todo, se fiche al menos a uno de los dos especialistas bajo palos que el proyecto inicial recoge en sus bocetos. 

Todo empieza a correr prisa, todo. Con el pulso templado de Cordero siempre al volante de las operaciones, que es natural que lleven diferentes velocidades y plazos temporales. Pero, como es sencillo colegir ante esta fotografía panorámica de la portería del Real Zaragoza a fecha de hoy, el puesto de los guardametas es materia delicada que requiere tratamiento prioritario y veloz.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión