Ander Herrera volverá al Real Zaragoza, tal y como era su deseo desde hace largo tiempo. El centrocampista canterano, que abandonó el club en junio de 2011 para fichar por el Athletic de Bilbao, ha recibido luz verde a a su fichaje por parte de la propiedad de la SAD zaragocista en las reuniones mantenidas en Madrid por Víctor Fernández con los consejeros de la entidad en las últimas horas.

La contratación de Herrera, que en agosto cumplirá 35 años, se ha puesto en marcha después de un buen número de días de incertidumbre en los que el futbolista, que acabó contrato con el Athletic tras dos años en los que había regresado a España tras su periplo por el Manchester United y el París Saint Germain, ha mantenido en la nevera la oferta de renovación por un año del club vasco, sin llegar a firmarla. Más allá de las cuestiones dinerarias, a estas alturas de su carrera profesional, a Ander le apetece poner el broche final en el lugar donde empezó, Zaragoza. Y, de no surgir un imprevisto que nadie contempla, así va a ser. 

Víctor, entre las muchas líneas argumentales esgrimidas a los propietarios del actual Real Zaragoza en la capital de España en la cumbre que inició este lunes al mediodía, propuso el fichaje de Herrera como uno de los elementos diferenciales del proyecto que sueña para poner al equipo de nuevo en la zona alta de la tabla y optar al ascenso. Como ya anticipó en rueda de prensa la semana pasada, la presencia de Ander entre los 22 o 23 jugadores de la remodelada plantilla otorgará al nuevo Zaragoza "un nivel alto, o altísimo" de calidad futbolística. Y, además, añadió que se trata de "un chico con una pasión zaragocista tremenda que aportará mucha ilusión" al entorno y al propio vestuario.

De esa situación de tensa quietud del club respecto de los círculos cercanos a Herrera, en el discurrir de este martes se ha pasado a la acción. Y el proceso del fichaje está ya en velocidad de crucero, con contactos y diálogos establecidos finalmente. 

Con la bendición de los máximos accionistas del Real Zaragoza a esta incorporación es muy probable que comience la nueva era de Víctor Fernández como abanderado del renacer zaragocista en esta interminable etapa del club en Segunda División. Porque no se esperan demoras en la resolución del asunto. Ander quiere venir; su entorno de representación tiene estudiados todos los movimientos necesarios para dar forma a un fichaje complejo como el suyo en términos financieros respecto de las normas de La Liga; y no hay nada que discutir en cuanto a cantidades, pues está todo preconcebido hace tiempo. 

Ander cobrará alrededor del mínimo exigido por la patronal para los futbolistas de Segunda División, alrededor de 95.000 euros. Y el Real Zaragoza ha de asumir que, por ese reglamento interno que rige en la categoría de plata del profesionalismo español, le imputarán en torno a 750.000 euros a su global de límite salarial para todo el plantel, como consecuencia del baremo establecido en relación a la base referencial que marca para La Liga su anterior salario en Primera División, en el Athletic.

Este es un mal asumido en esta operación, a la que se espera sacar provecho desde el área deportiva (y, ya sí, también societaria) de otro modo más emocional y social, que sea tangencial al puramente económico, aspecto que, obviamente, tiene un rendimiento negativo por obligación. 

Es un fichaje extraordinario, fuera de lo común en Segunda. Como lo hizo el verano pasado el Real Oviedo con Santi Cazorla. O en su día Las Palmas con Valerón. Y, en una mirada retrospectiva dentro del propio Real Zaragoza, a aquella doble operación de retorno ejecutada en el verano de 2016 cuando los fichajes fueron Zapater y Cani, en dos retornos a casa sonados y celebrados.