gastronomía
Un concurso de tapas entre mayores y niños para celebrar el día mundial de este bocado
Los responsables de los restaurantes La Cava y Brasserie Fire, ganadores de los últimos concursos de Zaragoza, han sido los padrinos de este evento.
"Pequeña porción de algún alimento que se sirve como acompañamiento de una bebida". Es es la definición que brinda la Real Academia Española de la palabra 'tapa'. En España se considera una bandera, un pilar culinario, un icono por el que se conoce a la gastronomía fuera de las fronteras. Cada año a mediados de junio se celebra el Día Mundial de la Tapa y Zaragoza, ciudad que apuesta por esta propuesta en muchos de sus locales, también se ha sumado a esta festividad.
Este lunes se ha celebrado un concurso de tapas entre usuarios del Centro Cívico Salvador Allende de la capital aragonesa, situado en las instalaciones del Antiguo Matadero, y los alumnos del zaragozano colegio público María Moliner. Entre ellos han formado dos grupos, Camperos y Campeones, y han trabajo en equipo guiados por Ronald y Willy Cabrera, de La Cava, y Adrián García, de Brasserie Fire, ganadores de las últimas ediciones del Concurso de Tapas de Zaragoza.
La cocina del centro de formación 'Saber de Hostelería' de la Asociación de Cafés y Bares, organizadora del certamen, se ha convertido en el lugar del certamen. Han elaborado seis curiosas tapas. Una de ellas ha sido un gofre de patata con lágrimas de mayonesa y salsa de tomate, también han cautivado unos saquitos de Ternasco de Aragón con salsa española o una nube con sabor a brócoli.
Además, se ha probado una tapa de queso cremoso con una presentación que parecía una mariquita, un cilindro de patata con un picante interior y una gamba ahumada. Ha ganado el equipo de los Campeones, pero la que ha triunfado ha sido la gastronomía.
"Me lo he pasado muy bien", ha confesado Adrián García, de Brasserie Fire, que ha elaborado con los participantes tres de las tapas que ofrece en la carta. El tándem que han formado niños y mayores ha sido clave, ya que también han ayudado a los menores a controlar los fuegos o tener cuidado con los cuchillos.
"A la hostelería siempre nos pintan como los ogros, así que actividades como esta demuestran que también hacemos cosas chulas, nos divertimos y que es una profesión muy gratificante", ha explicado Adrián, que concibe como las tapas como un gran plato pero en formato pequeño, para comer en uno o dos bocados.
Tanto a García como a Roland y Willy Cabrera de La Cava, el otro de los restaurantes participantes, les hubiera gustado que de niños les hubiesen planteado experiencias como esta. "Viví otras, como excursiones a fábricas, pero no gastronómicas... lo que se hace en la infancia se queda para toda la vida, así que creo que se llevan algo muy bonito del día de hoy, tanto los pequeños como los mayores", ha apuntado Willy.
"Para mí ha sido muy bonito, porque es aquí donde están nuestros futuros hoteleros -ha confesado el cocinero de La Cava, en el barrio del Actur-. Ha sido dar un poco de nuestro corazón; en eso se basa también la gastronomía, ya que somos como una pequeña familia".
