economía
El país de África de donde viene el cacao de los chocolates y turrones que comen los aragoneses
Lacasa reorganiza sus proveedores, vigila la trazabilidad y pone en marcha una escuela en Costa de Marfil, del que procede casi la mitad de la producción mundial.
Tomás Lara viaja desde Zaragoza a Costa de Marfil cada mes o mes y medio. Unos 6.000 kilómetros de distancia separan la fábrica de Lacasa situada en el municipio de Utebo, en la que es director de Compras, del lugar donde se encuentra el cacao que les permite fabricar sus chocolates, turrones y los famosos Lacasitos o Conguitos. La empresa aragonesa fundada en 1852 por la familia que le da nombre, ha centralizado sus compras en dicho país, donde ha abierto este año el primer proyecto de su fundación con la inauguración de una escuela.
Alrededor del 75% de la producción mundial de cacao se concentra en los países del África Occidental y casi la mitad en Costa de Marfil. "La principal fuente económica es el cacao, los anacardos y el caucho y el año pasado descubrieron varios pozos petrolíferos", explica el directivo que en uno de sus viajes ha inaugurado la escuela de la fundación Lacasa KKO. Dentro de la inestabilidad política y las fuertes desigualdades que existen en los países africanos, asegura que "la población es de lo más avanzado que hay en la zona y estable". En parte, gracias a que trabajan cascos azules de la ONU para apoyar la seguridad de la región, que concentró en época colonial varios enclaves franceses.
Precios "disparados" de la materia prima
Esta materia prima se encuentra actualmente con precios "disparados" que han llevado a incrementos del 400%. Desde el sector apuntan entre los factores a la especulación en los mercados y a los efectos de "tres años consecutivos de malas cosechas", que han reducido los almacenamientos. A las lluvias excesivas en África se ha unido la sequía en Sudamérica, las dos regiones productoras del mundo. Y el coste de las normativas más exigentes para regular el impacto ambiental de la deforestación o el trabajo infantil.
"En Grupo Lacasa siempre hemos comprado cacao en 12 orígenes pero lo cierto es que el país donde más hemos comprado históricamente, por sus propiedades organolépticas, ha sido Costa de Marfil", explica el directivo. Aunque en determinados productos cuando buscan conseguir un sabor específico utilizan un origen de cacao en concreto, "la mayor parte de todos nuestros productos se produce con cacao de Costa de Marfil". En el origen de la empresa de la familia Lacasa su materia prima procedía principalmente de América, de países como Ecuador, Venezuela, México y República Dominicana. El continente americano concentra el resto de la producción mudial. "Posteriormente se combinó con origenes africanos a partir de la decada de los sesenta", cuenta Lara.
Cacao 'forastero'
El cacao de Costa de Marfil principalmente es de la variedad 'forastero', explican. Este se caracteriza por su sabor "amargo y ligeramente ácido, con notas terrosas y amaderadas". Además, "su aroma es intenso, con matices de caramelo y vainilla", presenta una "textura mantequillosa y fina, y un color marrón oscuro uniforme", detalla sobre sus propiedades. Por todo ello, asegura que "el cacao de Costa de Marfil es muy apreciado en la industria del chocolate debido a su robustez y consistencia en sabor y aroma, aunque puede no ser tan complejo como los cacaos finos de otras regiones como Venezuela o Ecuador", reconoce, en relación al otro polo de producción de esta materia prima.
En concreto, el cacao que traen a Aragón se produce en una plantación llamada Solea, situada en el municipio de Bocanda. "Aunque nos encantaría, no son plantaciones nuestras. Se trata de un funcionamiento muy complejo que requiere de un profundo conocimiento de la zona y de sus costumbres. Por eso, es KKO International, una organización con la que tenemos una relación de partenariado y nuestra compañera de viaje en la creación de la Fundación, quien se encarga de todo lo relacionado con la plantación", detalla sobre la presencia aragonesa en la zona. La fundación de Lacasa fue constituida hace un año.
"Es un proyecto en el que llevamos mucho tiempo pensando, reflexionando sobre dónde y cómo hacerla, buscando la forma de que se produzca realmente un cambio de vida en las personas hacia las que nos queríamos dirigir", detalla sobre la fundación. Sus objetivos son la lucha contra el trabajo infantil, promover los derechos de la mujer mediante un empleo remunerado, construir infraestructura rural y luchar contra la deforestación.
Estos han sido algunos de los principales problemas en la zona, que han llevado a que desde la Unión Europea se haya aprobado una normativa que prohíbe a partir de enero de 2025 la entrada en suelo comunitario de cacao que proceda de zonas donde se haya sustituido bosque por cultivos o haya explotación laboral. "Va a exigir que todo el cacao esté trazado", es decir, que se documente desde origen. De ahí que las empresas tengan que utilizar sistemas de geolocalización de explotaciones para probar que no fueron deforestadas después de 2020.
De momento, la primera actividad ha sido la construcción de una escuela que abrió en abril a la que están inscritos 53 alumnos. La Lacasa KKO School se incluye en los objetivos de luchar contra el trabajo infantil y crear infraestructuras en la zona. "Llevábamos varios años pensando en desarrollar una fundación y el hecho de ir directamente a comprar en origen facilitaba la posibiidad de poder conocer de primera mano todas las necesidades de las aldeas con las que trabajamos y compromerternos con ellos a cubrirlas", señala Lara. Con la creación de la fundación han querido dar "un paso más" y "no quedarnos exclusivamente en cumplir la normativa", en referencia a la citada contra la deforestación (EURDR).
