Economía
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Heraldo del Campo

El viñedo aragonés no tiene quien le ayude

Los viticultores aragoneses advierten de la complicada situación del sector e insisten en reclamar, sin éxito, ayudas directas al Gobierno de la Comunidad.

Los viticultores se han quedado fuera de las ayudas por la sequía.
Los viticultores se han quedado fuera de las ayudas por la sequía.
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Los viticultores aragoneses se sienten abandonados y al albur de una crisis económica sin precedentes provocada por las condiciones climáticas, los altos costes de producción y unos cambiantes hábitos de consumo que han reducido las ventas durante los últimos años.

Y en tan complicado escenario, denuncian que no tienen quien les ayude. Confiaban en que la nueva reforma de la PAC convirtiese sus viñedos en tierras elegibles para acceder a las ayudas. No sucedió. Sufrieron el impacto de la guerra de Ucrania en los costes como el resto de los sectores productivos, pero quedaron fuera de los apoyos extraordinarios que el Ministerio concedió a otros cultivos. No pueden acogerse a los incentivos de la vendimia en verde y no figuran entre las producciones que tendrán subvención aragonesa por el impacto de la sequía.

Los viticultores aragoneses no dejan de llamar a las puertas de la Consejería de Agricultura del Gobierno de Aragón exigiendo ayudas directas que les permitan hacer frente a una "crisis económica sin precedentes", denuncian desde UAGA, a la que están viendo abocados por falta de apoyo institucional.

Lo llevan haciendo desde noviembre del pasado año. Entonces los responsables de esta organización agraria ya advertían del complicado escenario en el que actuaba este sector por el excedente de vino almacenado en las bodegas y la caída de la comercialización¡ y el incremento de los costes de producción. Se estimaba entonces que los productores ya estaban perdiendo 1.200 euros por hectárea, porque, además, y a pesar de disponer de una de las vendimias más cortas de su historia, los precios continuaban siendo ruinosos para el agricultor.

Lo volvieron a hacer apenas comenzado el 2024, cuando vieron cómo las ayudas habilitadas por el Ministerio para paliar los efectos de la sequía habían dejado fuera a este cultivo que ocupa casi 30.000 hectáreas en Aragón, la mayor parte de ellas inscritas en las cuatro denominaciones de origen que existen en la Comunidad –Cariñena, Campo de Borja, Calatayud y Somontano–. Llevaban entonces bajo el brazo la decisión del Ejecutivo catalán de conceder ayudas directas de 450 euros por hectárea con un tope de 40 hectáreas por agricultor profesional y de 20 hectáreas para el agricultor a tiempo parcial. Pero el ejemplo no cundió en el Departamento que dirige Ángel Samper, que dejó claro que el Gobierno aragonés no contemplaba este tipo de apoyos.

El viñedo aragonés ocupa más de 30.000 hectáreas repartidas por las tres provincias aragonesas.
El viñedo aragonés ocupa más de 30.000 hectáreas repartidas por las tres provincias aragonesas.
José Miguel Marco | Comienzo de la vendimia en Bodeg

Reiteraron su petición tras comprobar atónitos que no podrían acogerse a los incentivos de la vendimia en verde –eliminación de los racimos en las vides para reducir la producción de uva y así disminuir la cosecha y la producción de vino– porque así lo había decidido el Departamento de Agricultura aragonés, que colocaba en desigual condición a los productores aragoneses frente a los riojanos, navarros, castellanomanchegos, vascos, madrileños o murcianos, a los que sus consejerías de Agricultura sí han abierto las puertas a estas ayudas.

E insistieron de nuevo en solicitar ayudas directas hace apenas unas semanas cuando comprobaron que otros Ejecutivos del mismo color político que el aragonés (PP-Vox) se ponían del lado de sus viticultores. Es el caso de Extremadura que ha aprobado recientemente un decreto ley de ayudas extraordinarias para el viñedo de secano con un presupuesto de seis millones de euros.

"Nos sentimos muy abandonados. Somos conscientes de que otros sectores como el cereal llevan dos años sin cosechar por la sequía, pero nosotros también lo estamos pasando mal", señala Nicolás Aldea, responsable del sector del vino en UAGA-COAG. Aldea insiste en que los viticultores no quieren restar ayudas a los cerealistas, sino que el Departamento de Agricultura ponga sobre la mesa una partida con la que dar un respiro al viñedo.

"El vino también tiene sus problemas y habrá que atenderlo ¿no?", pregunta retóricamente el sindicalista, que recuerda que "cuando el consejero Ángel Samper era representante de Asaja pedía ayudas para quienes las necesitaran independientemente de si otros sectores estaban en mejor o peor situación".

'Olvidos' de Madrid y Bruselas

Los viticultores no solo se sienten abandonados por la Administración autonómica. Lamentan también los ‘olvidos’ del ministro Luis Planas. De hecho, destaca Aldea, a pesar de que ser un cultivo muy importantes en amplias zonas Aragón, con muchas hectáreas de secano, "el Ministerio de Agricultura dejó al viñedo fuera de las ayudas directas aprobadas en 2023 para los leñosos, en las que sí estaban incluidos los frutales y el almendro", recuerda el representante de UAGA.

Bruselas tampoco ha tenido en cuenta las peticiones de este sector. "Teníamos la esperanza, porque así parecía que iba a suceder, que el viñedo fuera incluido como tierra elegible para acceder a las ayudas de la PAC, pero finalmente también se quedó fuera", señala Aldea. De hecho, la reforma de la Política Agraria Común "ha supuesto un perjuicio para los viticultores profesionales", destaca el sindicalista, que recuerda que se mantiene el reparto de las ayudas función de los datos de producción del año 2001. "Es algo totalmente indignante, ya que permite que personas que ya no tienen viñedo sigan cobrando ayudas por los derechos generados mientras se impide que las que se han incorporado a la actividad durante los últimos 20 años alcancen el mismo importe", denuncia.

Para dar cuenta de la "grave crisis económica" que atraviesa el sector vitivinícola, el representante de UAGA echa mano a las cifras. Recuerda que el consumo de vino ha caído un 9%, mientras que se ha disparado hasta un 40% el precio de los insumos (carburantes, abonos, fitosanitarios, repuestos, …), de las materias primas y de la energía que utilizan las bodegas para la transformación de la uva y el embotellado. En este contexto, el año pasado, los vitivinicultores no escaparon de los negativos efectos de la extrema sequía (como sufrieron la práctica totalidad de las producciones aragonesas), que, junto con las tormentas de pedrisco, mermó la cosecha de uva en un 40% en Aragón.

Las perspectivas no son mejores para esta campaña. Aunque el representante de UAGA reconoce que en términos agronómicos la sequía es de menor intensidad que la sufrida el pasado año, la falta de precipitaciones sigue afectando a los viñedos, aunque es cierto que las lluvias caídas en los últimos días han dado un respiro y van a permitir que el cultivo aguante un poco más. Eso sí, advierte Aldea, en zonas muy áridas el cultivo va a ser "irrecuperable" y, lo que es peor, algunas variedades como la preciada garnacha, "presentan muy mal cuajado y hay parcelas que no se van a poder recoger".

Cambios de tendencia

El representante del sector del vino de UAGA reitera que "hay mucha preocupación en el sector". Porque, insiste, se está notando mucho la crisis mundial y la bajada de las ventas, pero está también está haciendo mucho daño el cambio de tendencias de consumo.

Aldea tiene claro que "hay que darle una vuelta al mundo del vino porque la realidad nos está demostrando que las cosas han cambiado". Prueba de ello es el ‘boom’ que están viviendo los blancos. "Hasta la pasada campaña el vino blanco nunca había tenido unos precios como los de ahora, pero es que la demanda es tan importante que casi no hay", señala Aldea, que destaca que el consumidor más joven demanda vinos más frescos, con mayor graduación o más dulces.

Pero esta adaptación no es tan sencilla, reconoce este joven viticultor de Almonacid de la Sierra, que explica que el cultivo de la vid no es como el del cereal que es anual y "hoy siembras trigo y en la próxima campaña cebada". Las viñas no pueden cambiarlas de esa manera porque las plantaciones de hacen para 25 o 30 años y además, matiza, "no todas las zonas, como sucede en la mayoría de las comarcas productoras de Aragón, son adecuadas para variedades blancas".

Los problemas para el viñedo no son solo de presente. Comprometen también el futuro de este cultivo, porque como advierte Aldea, "cada vez es más complicado el relevo generacional ya que los más jóvenes ven ahora las muchas dificultades a las que se enfrentan, sin ningún tipo de ayuda".

Sin incentivos para reducir cosecha y lograr mejores precios

El 20 de febrero, y con carácter de urgencia, el Ministerio de Agricultura activaba la ‘vendimia en verde’ en viñedos de uva para vinificación para el ejercicio 2024, con una dotación presupuestaria de 21,4 millones de euros. Esta medida, permitida por la ISV (Intervención Sectorial del Vino) del Plan estratégico dentro de la Política agraria común (PAC) tiene como objetivo principal contribuir a equilibrar el mercado y consiste en incentivar la eliminación de los racimos en las vides para reducir la producción de uva y, de ese modo, rebajar la producción e intentar mejorar los precios.

Son las comunidades autónomas las que tienen que acogerse a las mismas y comunicarlo al Ministerio para poder publicar sus respectivas convocatorias de ayudas. En estas ayudas habían puesto su esperanza los viticultores aragoneses y así se lo habían trasladado los representantes de UAGAal director general de Innovación y Promoción Agroalimentaria, Juan José Orriés, en una reunión en la que le recordaron que era "imprescindible" ajustar el importe de la ayuda que paga la administración al coste de la uva, para que esta medida fuera atractiva para los viticultores. Solo de esta manera, señala la organización agraria, se podría reducir la producción de vino y evitar seguir aumentando el stock en las bodega.

Pero ni una cosa ni la otra. "El consejero de Agricultura no ha atendido ninguna de nuestras propuestas", lamenta el representante del sector del vino en UAGA-COAG, Nicolás Aldea, que explica que para sorpresa de los viticultores, que confiaban en que el Departamento se acogiera a esta medida, el Gobierno de Aragón "ni siquiera tramitó la solicitud ante el Ministerio".

"Desde la consejería nos afirmaron que esta medida iba a salir adelante, que lo estudiarían, pero se echaron atrás y ni la tramitaron", critica Aldea, que asegura que a pesar de que han pedido explicaciones al Departamento que dirige Ángel Samper, incluso enviando varias cartas, no han recibido ninguna respuesta.

Si malo es que los viticultores aragoneses se queden sin la posibilidad de acogerse a los incentivos del Ministerio para la vendimia en verde, peor resulta el "agravio comparativo" al que se han visto abocados porque estas ayudas si llegarán a los agricultores de las principales zonas productoras. "Muchos agricultores están teniendo problemas para vender sus uvas y esta medida les hubiera venido muy bien, pero eso al Gobierno aragonés no le ha importado", denuncia el representante agrario.

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