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Keidi Bare, un medio centro 'distinto' para el Real Zaragoza que piensa Víctor Fernández

El internacional absoluto albanés, que no fue convocado para la Eurocopa y ascendió con el Espanyol a Primera, está a un paso de dotar a la línea medular zaragocista de una pieza defensiva de alto nivel.

Keidi Bare, centrocampista albanés, en un partido reciente con el Espanyol, su anterior club.
Keidi Bare, centrocampista albanés, en un partido reciente con el Espanyol, su anterior club.
RCD Espanyol X

Keidi Bare, internacional absoluto albanés de 26 años (cumple los 27 en agosto) que acaba de salir del Espanyol tras lograr el ascenso y el retorno a Primera División, es el medio centro 'diferente' que pretende incorporar desde hace tiempo Víctor Fernández a la plantilla del Real Zaragoza de cara a optar al ascenso el año que viene. 

Un centrocampista menudo (1,74), de características principalmente defensivas, de largo recorrido físico, de apoyo constante a la línea de contención, especialista en marcajes, en destrucción del fútbol del rival a base de cruces, cortes y anticipación. Todo ello, sin desdeñar sus incorporaciones puntuales a las proximidades del área rival, si es preciso. 

El Espanyol, que tras ascender a finales de junio a Primera a través de la promoción decidió otorgar la baja y no renovar a Nico Melamed, Óscar Gil, Víctor Ruiz, Keita Balde y al propio Keidi Bare, ha puesto esta pieza en el objetivo de Víctor Fernández, Juan Carlos Cordero y el proyecto de reestructuración profunda en positivo del Real Zaragoza las posibilidades reales de su contratación. Es agente libre desde el día 1 de julio y, en ese escenario, se ha puesto en las últimas horas a tiro de negociación y fichaje del cuadro aragonés, con bastante 'feeling' entre las partes. 

No tiene hace largo tiempo el Real Zaragoza un centrocampista de este perfil. Y a Víctor Fernández siempre le ha parecido importante contar con un pivote así, que pueda hacer raya en tareas de contención, aporte buenas dosis de casta y carácter competitivo en muchos partidos de alto voltaje y compense por sí solo las dotaciones técnicas y de trabajo en el repliegue de algún delantero o creador que deba estar más liberado. 

Keidi Bare tiene su nexo de unión Albania-España en el Atlético de Madrid. Fue el cuadro madrileño quien lo trajo aquí en 2012, con tan solo 15 años, para formar parte de su cantera hasta 2018. Bare es, por lo tanto, de matriz colchonera. Antes, había salido de su pueblo mediterráneo albanés de Fier, al sur de Tirana, a la altura del mapa de las fronteras de Macedonia del Norte y Grecia, con tan solo 11 años impulsado por su propia familia para escapar de un territorio en estado bélico, lleno de peligros y carencias. 

El Panathinaikos de Atenas fue su destino, pero no pudo jugar durante los 4 años que allí vivió de niño por esas cuitas que tiene la UEFA con los documentos de los chavales cuando hay movimientos de índole internacional. Madrid, el Atlético, fue su oxígeno vital cuando Keidi Bare soñaba con ser futbolista profesional y ya impactaba a los ojeadores por su fortaleza física y su técnica dentro de su menudo cuerpo de crío. 

Como tantos otros, Bare no tuvo sitio en el primer equipo del Atlético de Madrid una vez alcanzó los 19 años en el filial de Segunda B y se buscó (le buscaron) la vida en el Málaga, primero en su equipo B, enseguida en el primer plantel de los de La Rosaleda. Ahí, en 2019, todo el fútbol español empezó a oír su nombre. 

Keidi Bare ha sido fijo con Albania en los últimos años, internacional absoluto en 29 ocasiones, con 2 goles en su palmarés. Sin embargo, viene de vivir un disgusto morrocotudo, pues Sylvinho, el seleccionador de su país, lo dejó fuera de la reciente Eurocopa, donde Albania se enfrentó con España en el grupo. Jugar en Segunda División con el Espanyol no le ayudó, sin duda. De ese chasco salió aliviado al lograr con los periquitos el ascenso por la gatera de la promoción, superando al Sporting de Gijón y al Real Oviedo. 

En el seno espanyolista han decidido no contar con Keidi Bare en lo sucesivo. Acababa contrato. Le dieron portazo hace 20 días tras 4 años de buen rendimiento, dos de ellos en Primera División. El Real Zaragoza está cerca de fichar a un jugador que puede ser diferencial en su afán por armar un equipo de cabeza, aspirante a todo. 

Víctor Fernández, a modo de premonición entonces indescifrable, habló de él en la previa de su partido de estreno en esta cuarta etapa del veterano técnico aragonés al frente del Real Zaragoza. A falta de 12 duelos para el final, Víctor recogió el cadavérico equipo de manos del despedido Julio Velázquez y debutó en La Romareda contra el Espanyol, entonces 2º en la tabla. 

"Keidi Bare es el mejor medio centro de la categoría", dijo Fernández en su primera comparecencia, horas antes de perder 0-1 en aquella puesta de largo. Estaba loando el alto nivel del rival de turno, de varios de sus futbolistas. Ahora, ese Keidi Bare, el mejor en su puesto según el entrenador, puede estar bajo su tutela enseguida. Así parece apuntar la cosa. 

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