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Calero, lateral derecho, es el 5º fichaje del Real Zaragoza

Madrileño de Parla, de 29 años, ha alcanzado su cota más alta de rendimiento en sus dos últimas temporadas en el Cartagena, club al que la entidad zaragocista paga 300.000 euros de traspaso.

Calero, en una jugada con el Cartagena en la temporada pasada.
Calero, en una jugada con el Cartagena en la temporada pasada.
FC Cartagena

Iván Calero ya es el 5º fichaje del Real Zaragoza en este mercado del verano de 2024, en pleno proceso de restauración masiva de la plantilla que acabó la liga pasada y en busca de un proyecto que pugne por el ascenso a Primera División el próximo curso, bajo el mando del entrenador Víctor Fernández. 

Calero, madrileño nacido en Parla hace 29 años, de 1,74 de estatura, ha alcanzado su cota más alta de rendimiento en su carrera profesional en las dos últimas temporadas, en el Cartagena. El Real Zaragoza va a pagar 300.000 euros en concepto de traspaso, pues el futbolista aún tenía un año más de contrato con los murcianos. 

Con la llegada de Calero, Víctor Fernández consuma una de sus primeras opciones para el puesto de lateral diestro de la defensa, pues el ex cartagenero viene con vitola de titular avalado por su rendimiento reciente. En el año recién concluido participó en 37 partidos, marcó un tanto y dio 4 pases de gol. En el curso anterior, tras llegar al Cartagena fichado desde el Alcorcón, su registro fue de 39 partidos, un gol y tres asistencias. Fue un fijo, primero con Luis Miguel Carrión en el banquillo hace dos campañas y, después, con su propio padre, Julián Calero, como responsable técnico de los cartageneros, en una peculiar relación paternofilial vivida el último año en el vestuario albinegro. 

Calero es canterano del Atlético de Madrid, donde creció desde niño hasta alcanzar el filial, en Segunda B (temporadas 2012-13 y 2013-14) y llegó a ser convocado por las categorías inferiores de España, tanto en la sub-17, como en la sub 18 y hasta la sub 19, tutelada entonces por el actual seleccionador absoluto, campeón de Europa, Luis de la Fuente. En aquellos albores de su carrera, el ahora lateral se desenvolvía también a menudo como extremo derecho (o izquierdo, a pie cambiado) y su cupo de goles al año era bastante más alto que el que marcan sus credenciales desde que se retrasó como defensa lateral. 

Tras comprobar que su acceso al primer equipo del Atlético de Madrid de Cholo Simeone era un imposible, en 2014 optó por la vía extranjera para relanzar su carrera en el ámbito profesional y fichó por el Derby County inglés, en la Segunda División (Championship) de ese país, donde también vivió una cesión al Burton Albion, del cuarto escalón.

En su estancia en Derby nunca dejó la vitola de promesa y sus mejores partidos, con abundancia de goles anotados incluida, fue en el equipo B, el sub 21. Así que su entorno le recomendó cambiar de aires y su nuevo rumbo fue hacia los Países Bajos. Fichó por el Sparta Rotterdam, un clásico de la Primera División holandesa (Eredivisie).

En los dos años que vivió allí (2016-17 y 2017-18) vivió un descenso y, además, no jugó demasiado: 8 partidos con dos goles en la máxima categoría y 10 partidos y 4 goles el año siguiente en Segunda. 

Con 22 años, visto lo visto, recompuso su situación y decidió volver a España. Firmó por el Elche, recién caído a Segunda B y con el que logró ascender de nuevo a profesionalismo en la liga 2018-19. Pero los franjiverdes no le hicieron hueco en Segunda y volvió a tener que salir a un Segunda B, el Salamanca UDS de Agapito Iglesias, donde jugó 34 partidos y marcó 7 goles en un buen año en el apartado individual que le abrió la puerta de arriba a su cada vez más difuminada carrera.

El Numancia de Soria lo rescató para la división de plata en 2019 y lo sacó del anonimato. Allí jugó bajo la batuta del ya citado Carrión (que luego lo llevaría al Cartagena) 37 partidos, con 2 goles en su haber. En este punto, se empezó a convertir en un habitual en el seguimiento de la Segunda División. 

Los dos siguientes años los afrontó como jugador del Málaga, periplo poco lucido en el que tuvo que superar una grave lesión de ligamentos en una rodilla y que acabó con una cesión al Alcorcón en enero de 2022, hace nada. Y, tras este bache, el citado y reciente bienio de impulso positivo en Cartagena. Ahora, Calero tiene ante sí el reto de mayor rango desde que abandonó el Atlético de Madrid hace una década. 

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