¿Cuáles son las causas por las que Ander Herrera ha dicho finalmente no al Real Zaragoza y ha rehusado volver al equipo en el que se formó, como siempre dijo ser su sueño antes de retirarse como futbolista?

Pocos minutos después de trascender esta impactante noticia para el zaragocismo, no hay una razón (o razones) firme que sustente este cambio de criterio radical de Herrera, que llevaba varias semanas transmitiendo su deseo de recibir la oferta de fichaje por parte del Real Zaragoza para, a sus 35 años (los hará en agosto), despedir su larga carrera profesional en el equipo en el que se formó, algo que ha sido su mensaje público desde hace 13 años, cuando se marchó del equipo aragonés.

Eso sí, el grifo de las especulaciones, tanto en Zaragoza como en Bilbao, se ha abierto a todo gas. Por un lado, en la capital vizcaína se viene manejando la tesis de que, desde un principio, Ander tenía como prioridad aceptar la renovación por el Athletic. Y que, siendo esta a la baja en su salario respecto de lo que ha venido cobrando en las dos últimas temporadas en el cuadro bilbaíno, ha utilizado la opción de volver al Real Zaragoza como palanca para aumentar la oferta inicial de club de San Mamés. 

En otro sentido, se une a esta tesis la seducción del año que aguarda en Bilbao, donde el Athletic jugará en Europa y participará, como campeón de la Copa del Rey, en la Supercopa que tiene como sede Arabia Saudí. Demasiado elemento bonito, aderezado con más dinero, como para cambiarlo por un contrato en Segunda División en el Real Zaragoza.

Su compromiso en la entidad zaragocista, además, iba a ser el mínimo exigido por La Liga en la categoría de plata, en torno a 95.000 euros. En Bilbao, por muy a la baja que sea su nuevo contrato, Herrera cobrará fácilmente en torno a 10 veces más. Si se barajaba que el Zaragoza iba a ver cómo se le computaban más de 750.000 euros de límite salarial global por esa normativa existente en la patronal que obliga al club receptor de un jugador de alto caché a asumir al menos la mitad de su salario declarado la temporada anterior en la categoría superior, se deducía que Ander ha estado cobrando 1,5 millones hasta este 30 de junio, además sometidos a la fiscalidad del País Vasco, territorio foral donde este tipo de profesiones tienen menos presión de impuestos que en resto de España, con Zaragoza incluida en ese resto. Otro asunto de peso en esta decisión de futuro del jugador bilbaíno.

Herrera seguro que es consciente de que, con esta maniobra de última hora, ha podido cerrarse para siempre su reiteradamente anunciado retorno, un día, al Real Zaragoza. La situación, a título personal y familiar, ha podido llegar en este 5 de junio de 2024 a un punto límite en la disyuntiva de su decisión y, por una o varias razones de las expuestas (quizá pueda haber alguna otra más), Ander ha elegido Bilbao y no Zaragoza. Es muy probable que ya nunca más tenga que verse en este dilema de dos opciones a escoger.