Víctor Fernández volvió este martes 4 de junio de Madrid con su sueño de un Real Zaragoza grande reforzado. El entrenador aragonés viajó a la capital de España el lunes, citado por los consejeros principales de la SAD, para conversar con ellos, proponerles su plan estratégico de crecimiento del equipo y, al final, sacar sus conclusiones para decidir si sigue o no al frente del banquillo. La conclusión de esta cumbre, esperada con ansias por el zaragocismo, ha dado resultados muy positivos.

Las líneas teóricas transmitidas por el técnico a la propiedad encontraron buena sintonía en los receptores. Y, junto a Juan Carlos Cordero, que también va a seguir como director deportivo, comienza ya este martes la reconstrucción casi integral del equipo. Al menos esa es la intención a falta de 36 días para el retorno de las vacaciones y el inicio de la pretemporada, que dará paso a un mes más de trabajo estival donde se terminarán de cerrar las salidas y entradas de futbolistas que eleven de modo notable o sobresaliente la calidad y la prestancia a un bloque que lleva 4 años coqueteando con el descenso a Primera RFEF, el último de modo muy serio y peligroso. 

Tal y como tenía programado la propiedad accionarial del Real Zaragoza, Víctor Fernández trabajará de la mano de Juan Carlos Cordero. El director deportivo del último año y medio, que ha quedado en entredicho en los últimos meses por el evidente fracaso del proyecto recién concluido, no va a ser cortado. La salida súbita del director general, Raúl Sanllehí, tiende a ser el único movimiento de envergadura que se dé en este verano que ahora se pone en marcha a toda velocidad. Los demás cambios de piezas han de fluir, con profusión, dentro de la caseta, en la composición de la plantilla.

Víctor ya tiene tarea sobre la mesa, que ha comenzado a compartir y delegar en su cuerpo técnico, con David Navarro y Javi Suárez como principales apoyos en lo puramente futbolístico y táctico. De entrada, el diseño de la pretemporada, que comenzará el lunes 8 de julio con los preceptivos reconocimientos médicos. 

En una dedicación especial está el diseño de la plantilla. No tanto en cuanto a los fichajes por consumar, que superarán la docena si todo va según lo abocetado. Sino, sobre todo, en la resolución de contratos o propuesta de modalidades de salidas del actual grupo para jugadores con los que no se cuenta y que tienen ligazón legal en vigor con el Real Zaragoza. 

Sin necesidad de ningún movimiento ya han dicho adiós al equipo Gámez (el único que concluía compromiso contractual), Badía, Mouriño, Valera, Mollejo, Manu Vallejo, Raúl Guti, Zedadka, estos tras la conclusión de sus respectivas cesiones. Pero otros tantos también deberán salir en las próximas semanas de la escuadra zaragozana. Hay casos flagrantes, como los de Bakis, Sergi Enrich, Poussin, Rebollo, los que vuelven de préstamos como Sabin Merino, Bermejo o Luna... Otros más singulares y delicados. Y, tal vez, algún paradigma más inesperado, de esos a los que sin nombrar Víctor Fernández denominó en abstracto "decisiones dolorosas". 

Todo esto, que hasta hace 48 horas se movía en una nebulosa de incertidumbres y dudas, es ya un hecho consolidado tras el paso de Víctor Fernández por los despachos de la propiedad en Madrid: el entrenador zaragozano es, con los avales programáticos de los propietarios, el abanderado del plan deportivo que tiene como único objetivo acercar al Real Zaragoza Primera División de una vez por todas en la que va a ser la 12ª temporada consecutiva en Segunda.