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Chimy Ávila se entrena en la Base Aragonesa de Fútbol, ciudad deportiva de la SD Huesca

El delantero del Betis, que vistió la azulgrana durante las temporadas 2017-18 y 2018-19, ha aprovechado su estancia en la capital oscense para ejercitarse en las instalaciones del club.

Chimy Ávila, durante un entrenamiento personal.
Chimy Ávila, durante un entrenamiento personal.
H. A.

Ezequiel 'Chimy' Ávila, futbolista del Real Betis, continúa en Huesca una estancia que dio comienzo la semana pasada, cuando aterrizó en la capital altoaragonesa junto a su familia. El periodo de vacaciones del que gozan los futbolistas hasta el mes de julio ha cortado la rutina de entrenamientos. Pese a ello, el ex de la SD Huesca (2017-2019) ha aprovechado los días que está disfrutando en la capital oscense para no perder la forma.

El futbolista argentino se desplazó hasta la Base Aragonesa de Fútbol, ciudad deportiva de la SD Huesca, para completar una sesión matinal en el gimnasio. Ahí realizó diferentes ejercicios de fuerza y toque con balón. El 'comandante' también aprovechó para reencontrarse con los trabajadores del club, con los que compartió una intensa e imborrable etapa de dos temporadas, incluido el inédito ascenso a Primera División en su primera campaña como azulgrana, la 2017-18.

Desde su marcha a Osasuna en el verano de 2019, no resuta extraño ver al argentino en las calles de Huesca. Además de los diferentes negocios que el futbolista mantiene en la ciudad, lo cierto es que suele pisar la capital altoaragonesa de manera recurrente por todos los lazos que estableció durante su etapa como azulgrana y que todavía mantiene. Uno de ellos es el de Agustín Lasaosa, con el que ya se encontró el pasado viernes en el Hotel Abba de la ciudad. Entonces, el argentino le confesó que estaba a su disposición para lo que pretendiera.

Nadie desconoce el cariño y aprecio que el futbolista le guarda a la SD Huesca y a toda la ciudad. Esa que le abrió las puertas del fútbol profesional y de la élite europea. Vuelva a casa o no, nunca descenderá del olimpo azulgrana para una parroquia eternamente agradecida. No quizás por sus números -17 goles y cuatro asistencias en 71 partidos-, sino porque pocos han lucido los colores con tal entrega, corazón y sentimiento.

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