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La actual SD Huesca, 16 años de construcción

El empate a uno que el cuadro aragonés cosechó en la localidad sevillana de Écija bastó para hacer bueno el 2-0 de la ida en El Alcoraz. El club pisaba el fútbol profesional por primera vez en su historia.

Explosión de júbilo entre los jugadores de la SD Huesca y su afición en el campo de San Pablo de Écija.
Explosión de júbilo entre los jugadores de la SD Huesca y su afición en el campo de San Pablo de Écija.
SD HUESCA

De verde y blanco tenía que ser. Justo hace 16 años, el 15 de junio de 2008, la SD Huesca remató en Écija (Sevilla) su primer ascenso a Segunda División. El 1-1 con el que concluyó aquel encuentro fue suficiente para hacer bueno el 2-0 cosechado en El Alcoraz y pisar por primera vez el fútbol profesional. Se consumaba un sueño que siempre había parecido inalcanzable, y comenzaba un camino que nadie podía figurarse años más tarde.

Roberto paró el tiempo

Después de acomodársela con el pecho, dar un par de toques en el aire por puro deleite y armar la zurda para dirigir el cuero directo a la cruceta, la leyenda azulgrana firmaba uno de los goles más icónicos de la historia de la Sociedad Deportiva. Era el 1-1 en el minuto 94, y significaba la sentencia definitiva de la eliminatoria. Bienaventurados los 400 aficionados que vivieron en persona aquella hazaña porque, aunque pueda volver a ocurrir, nunca podrá asemejarse.

Descartando el ascenso inédito a Primera División, que se convirtió en realidad el 21 de mayo de 2018, fue un día como hoy, hace 16 años, cuando la SD Huesca firmaba el momento más importante de toda su historia. Rodri, Mikel Rico, Robert, Lluís Sastre, Sorribas, Roberto, Lalo, Edu Roldán o los porteros Larrosa y Edu Navarro, preparados ya entonces por Adrián Mallén, eran algunos de los nombres protagonistas de un conjunto dirigido por Onésimo Sánchez, y presidido por Armando Borraz, figura imborrable en la parroquia azulgrana por el incondicional compromiso que mostró hasta el día que emprendió el viaje al cielo hace siete años.

La cabezonería de aquellos aragoneses sobre el césped y el amor real que los futbolistas profesaban hacia el club terminó materializándose de la manera más bonita que el fútbol puede brindar. El ascenso de un humilde de verdad. Después llegarían cinco temporadas consecutivas en Segunda División, hasta el curso de 2012-13, cuando el conjunto azulgrana había sido despachado del fútbol profesional.

Paraíso efímero y consolidación profesional

No hicieron falta más que dos años en Segunda B para regresar a la división de plata, que, después de tres años, iba a concluir con aquel primer ascenso a la máxima categoría del fútbol español (en Lugo, el 21-05-2018). Fue cruel y escaso el periplo de la SD Huesca en Primera División, donde solamente aguantó aquella temporada (2018-2019), que fue endulzada inmediatamente con la vuelta a la máxima categoría al año siguiente, cuando el equipo se proclamó campeón de Segunda División el 20 de julio de 2020.

Por segunda y última ocasión, el club no resistió más que un curso en Primera, y regresó a Segunda a pesar de depender de sí mismo en la última jornada frente al Valencia (0-0), y tener prácticamente atada la salvación a falta de tres fechas. Una retrospectiva necesaria para entender el valor y el mérito de la entidad en su historia reciente. Un club acostumbrado a navegar con orgullo en la Tercera División y Segunda B, y que hace 16 años en Écija decidió reinventarse para construir todo lo que vino después: la mutación definitiva hacia la profesionalización.

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