Kasán, el primer edificio del Actur, se prepara para su gran reforma: así es el proyecto

El testigo del crecimiento de todo un barrio de Zaragoza al otro lado del río Ebro cuenta los días para su transformación. El edificio Kasán, el emblema del Actur, se prepara para su laboriosa reforma. Son 11 portales para 636 viviendas, casi 2.000 vecinos (más que muchos pueblos de Aragón), unos 65 locales y más de 12.000 metros cuadrados de plaza que sostiene al inmueble con forma de colmena. Una obra "titánica" para darle un nuevo brío y el aspecto que merece, gracias a un proyecto trabajado y que comenzará a ejecutarse, si no hay imprevistos, a principios del 2025.

La mancomunidad general, dirigida por Fernando Valenzuela y Francisco de León, estima que para reformar todo el bloque de viviendas, la parte baja de la urbanización y arreglar algunos desperfectos en el garaje y las calles, se invertirán unos 17 millones de euros, con una subvención del 80% gracias a los fondos europeos. Pero el proyecto se divide en fases para hacerlo más viable y, sobre todo, porque los responsables quieren que todo salga bien, ya que es el tercer intento de reformar por completo el que es el primer edificio del Actur y una de las urbanizaciones más grandes de la ciudad.

Así, según explica De León, vicepresidente de la mancomunidad, las primeras obras comenzarán en enero o en febrero, cuando finalice el correspondiente papeleo. Reciben el apoyo de la Junta Municipal de Distrito del Actur, presidida por Francisco Galán. Se prevé que los trabajos duren entre un año o un año y medio.

Una de las fachadas de Kasán. La explanada está visiblemente deteriorada, con parte del suelo levantado.

En estos momentos, las comunidades de propietarios deberán escoger entre las dos constructoras finalistas para ejecutar las obras, Marni y Ecotisa. DANA Arquitectos y CLC Clúa Longás son los estudios encargados del diseño de la reforma, mientras que la mancomunidad ha contratado a otro equipo de arquitectos para coordinar y decidir sobre las actuaciones que se llevarán a cabo. La pretensión es empezar por lo más importante, la parte baja, la enorme plaza de Kasán, una explanada de unos 12.000 metros cuadrados que, a día de hoy, es una simple zona de paso cada día más deteriorada y con síntomas de abandono. El suelo se levanta y se agrieta en varias partes y no hay ningún árbol que de una amable sombra en verano.

La calle que rodea Kasán, con varios baches por las raíces de los chopos.

A la vez que la explanada, se intervendrá en el forjado de la plaza, que está lleno de filtraciones de agua que afectan al garaje. La estructura está deteriorada y algunos pilares que sujetan toda la plaza están llenos de mugre. Los vecinos colocaron lonas para tapar a sus coches del agua sucia que los manchaba.

Fernando Valenzuela y Francisco de León, presidente y vicepresidente de la mancomunidad de Kasán.

Nacho Calvo, arquitecto de DANA, explica que la plaza de Kasán tiene "mucho potencial", de ahí que la idea inicial era "convertirlo en un espacio al disfrute de los vecinos". El proyecto contemplaba espacios con equipamientos, bancos, zonas de juego y de descanso... "El alcance de esa intervención está por ver, porque dependerá del dinero que quieran gastar y del uso que le quieran dar", continúa. Parte de los vecinos se muestran reticentes a grandes cambios y solo quieren adecuar esta zona, mientras que otros preferirían invertir buena parte del dinero en hacer varios espacios diferenciados de uso privado. Lo que está claro es que esta parte de la urbanización cambiará, y se hará más amable, con bancos y zonas de paso.

Los vecinos de Kasán colocaron lonas en el garaje para evitar que las filtraciones de agua manchasen sus coches.

Las columnas del garaje de Kasán, deterioradas por las filtraciones.

En la parte más cercana a la avenida de Pirineos, junto al colegio Cortes de Aragón, hay un solar que actualmente se encuentra vallado. Este terreno forma parte de la mancomunidad, por lo que se derribará el muro que lo separa de la plaza principal para integrarlo y hacer una pista de petanca, zonas verdes, y tratar de aligerar de peso la explanada. De León indica que invirtieron dinero en arreglarlo, ya que "cuando llovía, las aguas iban hacia el muro y acababan en el garaje". No obstante, este solar todavía tiene flecos pendientes, ya que la idea es cambiar su calificación, porque actualmente es "privado, de uso público" y no para el disfrute exclusivo de los vecinos.

La calle de alrededor también deberá ser reformada, especialmente la más cercana a la parada de bus de Huesca, pues las raíces de los chopos han terminado levantando el suelo. Precisamente en esta parte hay otro solar, propiedad de una persona ajena a la comunidad, que lleva abandonado 50 años. La mancomunidad trató de comprarlo para aprovecharlo, pero su dueño pedía un millón de euros.

En el solar que delimita la valla se hará una zona de paso con árboles.

Para esta primera fase, la mancomunidad invertirá unos 4 millones de euros, aunque ya han gastado unos 500.000 euros en "solo papeleo" (proyectos, licencias...) para hacerla realidad. "Estamos tratando de llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento para que nos cedan un solar para usarlo de aparcamiento provisional, tanto para el personal de la obra como para los vecinos", comentan el presidente y vicepresidente. Este terreno se sitúa a escasos metros de la urbanización, entre María Zambrano y Gertrudis Gómez de Avellaneda. Al actuar en el garaje, será necesario, en algún momento, mover los vehículos.

Una de las partes más complejas de la actuación tendrá que ver con la fachada, algo para lo que todavía hay siquiera fecha. La pretensión es actualizarla y renovar por completo este edificio, pero se trata de una obra muy difícil y costosa por la magnitud del mismo. El inmueble fue construido en 1973, tiene 12 alturas y cada uno de sus bloques 'estrellados' tienen una superficie de 6.000 metros cuadrados para los pisos. No obstante, los impulsores confían en los fondos Next Generation, que priman las reformas que mejoran la eficiencia energética, para reducir el importe y poder ejecutarlo en algún momento.

Actualmente, De León especifica que las calderas consumen entre 300.000 y 400.000 euros al año en calefacción. Una cifra que, de cambiarlas y aprovechar la instalación de placas solares, se reduciría hasta unos 50.000 euros al año para todas las comunidades que forman el complejo residencial.

La urbanización de Kasan, el germen del Actur, a principios de los 80.

Para dar cuenta de la complejidad de los trabajos, cabe resaltar que en Kasán viven entre 1.500 y 2.000 vecinos. Cada portal tiene un presidente (hay 11) que, sumados a la comunidad de sótanos y la de locales, forman la mancomunidad. Para hacer frente a los pagos, De León indica que ya cobran algo más a los vecinos por la cuota de comunidad. "Ahora mismo estamos hablando de 40 euros más por vecino. Son unos 3.000 por comunidad, por lo que al mes se ingresan unos 33.000 euros que se guardan para la obra", puntualiza.

Hace ya tres años que se inició el proyecto, con dos intentos fallidos y muchas reuniones entre propietarios y profesionales para tratar de darle una nueva vida a Kasán. Salvo inconvenientes, parece que todo toma forma y que el emblema de todo el barrio del Actur terminará modernizándose, con una obra que, previsiblemente, durará muchos años.

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Urbanismo

Kasán, el primer edificio del Actur, se prepara para su gran reforma: así es el proyecto