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40 minutos de tensión y angustia en Cadrete: “Dispara, quiero morir, pero me llevo a alguno por delante”

La Guardia Civil detiene a un joven tras atacar con un cuchillo a un agente que mediaba en un conflicto familiar.

Lugar donde se produjo la agresión y arma utilizada.
Lugar donde se produjo la agresión y arma utilizada.
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Un agente de la Guardia Civil se jugó este martes literalmente la vida para poner a salvo a una familia en Cadrete (Zaragoza). Y aunque, afortunadamente, tanto él como su compañero de patrulla resultaron indemnes, ambos vivieron 40 minutos de verdadera tensión y  angustia. Porque ese fue el tiempo que necesitaron para conseguir que un joven identificado como Ezequiel A. P. depusiera su violenta actitud, se calmara y les entregara el cuchillo de cocina con el que poco antes se había abalanzado sobre uno de ellos.

Según ha podido saber HERALDO, los hechos se produjeron sobre las 15.40 en una vivienda de un bloque residencial de reciente construcción ubicado en la calle José Oto de esta localidad de la Comarca Central, a solo 12 kilómetros de la capital aragonesa. Asustado por los gritos de socorro que estaba escuchando, un vecino del edificio decidió poner en alerta a la Guardia Civil. Y no tardó en llegar allí una patrulla del puesto de Casablanca, a la que recibió en la calle una mujer muy nerviosa. Esta explicó a los guardias que su hijo estaba “fuera de sí” y había amenazado de muerte tanto a ella como a su marido y su otro hijo.

El esposo de la mujer y padrastro del causante del altercado se encargó de franquear la entrada del edificio a los agentes, que no tuvieron después ningún problema para acceder a la vivienda familiar, dado que la puerta estaba abierta. “¿Dónde vais?”, preguntó sorprendido el joven al ver a los agentes en su domicilio. Acto seguido, este les preguntó por la orden judicial que les permitía estar allí. Pero ni siquiera les dio tiempo a contestar, ya que salió corriendo hacia la cocina, donde abrió un cajón del que sacó un cuchillo de casi 16 centímetros de filo.

Intentó clavarle el cuchillo en el cuello

Los guardias le gritaron varias veces que tirara el arma blanca, pero el joven no solo hizo caso omiso a sus indicaciones, sino que acometió contra uno de ellos y trató de acuchillarlo en el cuello. Los reflejos del agente le permitieron esquivar la embestida y retroceder unos pasos. Una vez a salvo, desde una distancia de seguridad, el funcionario volvió a ordenar al agresor que tirara el cuchillo y se entregara. La patrulla se vio obligada a desenfundar sus armas reglamentarias y advertir al joven de que si volvía a atacarles se verían obligados a usarlas. “Dispara, quiero morir, pero a alguno me llevo por delante”, fue la respuesta del investigado, quien llegó a añadir: “Lo siento por vuestros hijos”.

Dada la situación, los actuantes optaron por aumentar la distancia de seguridad y retroceder con prudencia hasta la puerta de salida. Porque Ezequiel A. P. no soltaba el cuchillo. Al parecer, durante los casi tres cuartos de hora que estuvieron negociando con él, solo dejó el arma en algún momento y para colocarla siempre al alcance de su mano. Pero la paciencia de los agentes tuvo premio y después de mucho dialogar con el agresor lograron convencerlo de que prolongar aquella tensa situación solo iba a empeorar las cosas.

Cuando el joven se desprendió finalmente del cuchillo, la patrulla se hizo con el arma y procedió a la detención de Ezequiel A. P., que este miércoles fue puesto a disposición del titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza, en funciones de guardia, como presunto autor de un delito de tentativa de homicidio.

Antes de comparecer ante el magistrado estaba previsto que lo examinaran los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) para comprobar si este presenta algún trastorno o enfermedad que pudiera condicionar su grado de imputabilidad.

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