El Departamento de Oncología del hospital Obispo Polanco de Teruel participa en una investigación científica de ámbito nacional cuyo objetivo es mejorar el uso de la quimioterapia en la tercera edad, un colectivo con mucho peso en la población de la provincia turolense y muy vulnerable, pues los problemas de salud que conlleva el envejecimiento complican el combate contra el cáncer.

El trabajo, que sitúa al hospital turolense a la vanguardia de la experimentación médica, analiza, en concreto, el impacto de la quimioterapia en la nutrición de los mayores, cuyo organismo, debilitado por la edad, padece, ya de por sí, una menor capacidad para sintetizar las proteínas y las grasas de los alimentos.

Como explica Ana Nuño, oncóloga del Obispo Polanco, la terapia contra el cáncer puede llegar a producir desnutrición en pacientes de edad avanzada, tanto por el malestar general inicial que produce y que resta apetito al enfermo, como por el efecto de la medicación en el interior del organismo. El equipo sanitario del hospital turolense recluta pacientes y mide en ellos si existe pérdida de masa muscular e impacto psicológico tras el tratamiento, intentando averiguar qué condiciones han podido producir tales efectos.

Pero no es el único ensayo clínico que se realiza en el área de Oncología del Obispo Polanco. Nuño destaca que, pese a formar parte de un centro hospitalario relativamente pequeño, la unidad interviene en varios trabajos de carácter nacional e internacional para avanzar en la curación del cáncer. Junto con hospitales de todo el mundo, el de Teruel lleva a cabo un estudio observacional sobre los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer de mama, además de valorar la tolerancia de los pacientes con esta enfermedad a diversos fármacos ya comercializados.

El Servicio de Oncología turolense ensaya también sobre el efecto de la heparina –un anticoagulante– en la prevención de trombos en pacientes con cáncer de colon, dentro de una investigación avalada por la Sociedad Española de Oncología Médica (Seom).

"Ponemos nuestro esfuerzo"

"Queremos seguir avanzando en el tratamiento contra el cáncer, por eso ponemos toda nuestra energía y esfuerzo al servicio de la ciencia", destaca Ana Nuño. Con 240 pacientes nuevos cada año y más de 3.000 tratamientos hospitalarios al día, la plantilla de Oncología en el hospital Obispo Polanco está compuesta por tres especialistas. Aunque actualmente hay una plaza vacía, esta ya tiene candidato, subraya Ana Nuño, quien añade que el personal es "muy estable", pues ella misma lleva en Teruel cuatro años mientras que su compañera, Ana Ferrer, suma una década. El equipo ha solicitado la llegada de un cuarto oncólogo, una petición que está siendo estudiada por la Dirección del centro.

Entre las ventajas que ofrece un hospital pequeño para los pacientes, la oncóloga destaca la "mayor cercanía" de estos con los médicos y pone como ejemplo que el centro cuenta con un teléfono directo todas las mañanas de lunes a viernes a través del cual los enfermos pueden contactar con su especialista.

"Buscamos una atención exquisita"

En el área de Oncología del Obispo Polanco no existe demora para asistir a la primera consulta, recibir un tratamiento o someterse a una revisión. La sala de espera para los pacientes que deben conectarse a un gotero "está siempre vacía", afirma Ana Nuño. "Buscamos una atención exquisita, que el enfermo se sienta bien tratado, y eso es más fácil de encontrar en un hospital no masificado", subraya la oncóloga.