El director del festival Bosque Sonoro: "Amaral comprendió el drama de cancelar el festival"

La organización de la cita musical de Mozota agradece el comportamiento y la comprensión tanto del equipo de trabajo como del público. 

Víctor Domínguez, uno de los organizadores del Bosque Sonoro.
Víctor Domínguez, uno de los organizadores del Bosque Sonoro.
Javier Rosa

¿Cómo están usted y su equipo?

Estamos evidentemente tristes y apenados por no haber podido cerrar los cinco años del festival como habíamos previsto. Sin duda, hubiera sido increíble haber compartido el último día con Amaral y con todas aquellas personas que han colaborado con el festival en este lustro. Pero en realidad estamos muy contentos porque el proyecto ha funcionado. Nos pudimos despedir en los dos días anteriores. Somos conscientes de que estamos en un lugar tremendamente especial, en un entorno natural mágico. Igual de bonito que es que suceda, pero tiene un riesgo muy grande como el climatológico y hay que asumirlo.

¿Cómo fue la madrugada del sábado al domingo?

Estábamos perfectamente preparados y tuvimos previsión sabiendo que podía llover y que podía llover mucho. Organizamos todo para que la gente pudiera disfrutar hasta el último segundo el sábado. A las dos y media de la madrugada desalojamos al público con los autobuses y todo salió perfecto. La gente se mojó, pero estuvo bailando bajo la lluvia. Todo quedó perfectamente recogido para esperar a ver si la lluvia duraba mucho o poco y podíamos abrir el domingo. Estamos un poco tristes, pero muy felices por la reacción tanto de los profesionales que crearon el protocolo de evacuación como de la propia gente que nos apoyó, comprendió y ayudó y disfrutó hasta el último minuto.

¿Cómo recuerda la sucesión de acontecimientos?

A las dos y media de la mañana empezó a llover muy fuerte. Una vez completada la evacuación del público, estuvimos toda la noche en vilo trabajando. Avisamos de la situación al personal de Amaral, que comenzó a llegar a las 4.30 con los camiones (que se quedaron esperano en la gasolinera de Muel porque no podían acceder al festival) y que se mostró muy amable y comprensivo en todo momento. Durante toda la mañana del domingo hablamos con las 300 personas que intervienen en un evento de este tipo, desde los ‘foodtrucks’ que tenían que sacar los alimentos de las neveras porque se había ido la luz, hasta los del equipo técnico del escenario porque las cajas se estaban llenando de agua. También hablamos con el seguro, con las bandas… Aguantamos para tratar de no cancelar los conciertos pero era inviable. Todo muy estresante y sin haber dormido las seis personas que llevamos el festival. Estábamos calmados porque el día anterior ya planeamos que esto podía pasar.

¿Cuál fue la reacción de Amaral ante la cancelación?

Ha sido impresionante en todos los sentidos. No sé si se puede hacer mejor desde el inicio de la contratación hasta ahora. Cristian, su mánager, se ha portado excelentemente en todo. En su manera de hablar, de tratar de ayudarnos, de comprender, de colaborar…. Están para lo que necesitemos porque entienden el drama que supone la situación. Ellos no han podido tocar y están muy tristes, pero la gente involucrada con el festival está todavía peor.

Además, Amaral había anunciado sorpresas para el concierto.

Sí. Iban a tocar el ‘single’ de adelanto de su nuevo disco, ‘Rompehielos’. Creo que traían algunas sorpresas más. Tenían muchísimas ganas de hacer este concierto. Y así lo han demostrado. En todo en lo que nos han podido ayudar para que no sea un drama a nivel técnico y económico, lo están haciendo. Quiero recalcar la profesionalidad y la amabilidad y el amor que sienten por la música.

¿Qué balance hace de estos cinco años de un festival que nació en plena pandemia en un pueblo de 100 habitantes?

Podría parecer una locura lanzarse a un proyecto así, pero ha sido una maravilla. Ayer en el pueblo estábamos con la ilusión rota de que Amaral no tocará aquí, pero a su vez no daba esa sensación de fracaso. Siendo Amaral muy importante, todavía es más lo que se ha generado en Mozota durante estos cinco años a través de la colaboración de los vecinos y vecinas. Hemos creado un vínculo. Han sido cinco años de un evento apasionante en un pueblo que nos ha unido a todos. Hemos demostrado muchas cosas. Primero, que en pandemia se podía crear un festival de primer nivel. Segundo, que los espacios naturales pueden ser un escenario ideal si se cuidan y miman. Y tercero, que la cultura no solo pertenece a las grandes ciudades, en los pueblos también se puede. Pero bueno, esto no ha acabado. El próximo fin de semana en Muel y el siguiente en Botorrita tenemos actividades del Bosque Sonoro programadas, más chiquitas y gratuitas. Podremos despedirnos allí como queremos.

¿Habrá Bosque Sonoro en 2025 en otra localidad?

En 2025 no creo que haya Bosque Sonoro. A día de hoy la cabeza está para descansar y hay una cierta relajación porque es un evento muy exigente. Estamos todo el año estresados en el buen sentido de la palabra. Si en 2025 hubiera un Bosque Sonoro sería porque alguien de fuera de este contexto viene, nos agarra, nos empuja, nos ayuda económica y hasta anímicamente y aparece un nuevo lugar. Para el año que viene tenemos ya varias ideas con OCRE, la organización sin ánimo de lucro dedicada al desarrollo y promoción de proyectos culturales y artísticos en el entorno rural. Esa es nuestra ilusión ahora.

¿Podemos decir que el festival se ha terminado pero su espíritu continuará con otro tipo de actividades?

Por supuesto que sí. Los obreros del ejército del bosque vamos a seguir trabajando para que esto evolucione, sin duda.

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