El tiempo desluce el cierre de la Feria del Libro de Zaragoza, que se consolida en el Parque

El recuerdo al poeta aragonés Rosendo Tello ha estado muy presente en las casetas

Último día de la Feria del Libro de Zaragoza 09 06 2024 Foto Toni Galán [[[FOTOGRAFOS]]]
Último día de la Feria del Libro de Zaragoza 09 06 2024 Foto Toni Galán [[[FOTOGRAFOS]]]
Toni Galan

"No ha habido un triunfador, no ha habido un libro que dijeras, 'tengo que reponer ejemplares'. Ha sido una cita en la que los lectores han mostrado mucha variedad". Así resumía este domingo Javier Lahoz, desde la caseta de Librería París, la XXXI edición de la Feria del Libro de Zaragoza, que se cerraba poco después que las urnas electorales. Oficialmente, el comunicado de la organización asegura que las ventas han sido "ligeramente superiores a las del año pasado, debido también al aumento de expositores", y que se ha registrado "una gran afluencia de público y satisfacción general".

Lo cierto es que muchos de los participantes se quejaban por un leve descenso de público y ventas respecto a la edición del año pasado. Desde la caseta de editorial Doce Robles, Javier Lafuente, aseguraba que "este año ha ido un pelín peor que el pasado", pero daba en el clavo de las posibles causas: "el viento y la lluvia han deslucido el final".

Y es que el tiempo en la capital aragonesa es definitivo para el éxito de cualquier actividad que se desarrolle al aire libre. Prácticamente todos los participantes están muy satisfechos con el emplazamiento de los últimos años, el Parque José Antonio Labordeta, que en cierta medida emula al Retiro madrileño. Pero, volviendo al tiempo, no es lo mismo tener la caseta con el sol frontal de tarde que tenerla a la sombra.

En cualquier caso, el consenso en torno al parque es casi total, y a partir de ahí cada uno cuenta la feria como le va. Setenta y cinco casetas de editoriales, distribuidores y libreros han mostrado sus fondos y novedades, y más de 400 autores, escritores, dibujantes e ilustradores han firmado ejemplares de sus obras. Buena parte de ellos han sido aragoneses, pero no todos. Ayer tarde, por ejemplo, Raúl Quinto firmaba ejemplares de su ‘Martinete del rey Sombra’ en la caseta de la editorial Jeckyll & Jill. Viajó a Zaragoza desde Almería. "Ya casi puedo decir que soy de Zaragoza (además de que su último libro lo ha publicado una editorial aragonesa, el año pasado recibió por él el premio Cálamo). En esta ciudad me han acogido muy bien, tanto a mi como a mi libro, que lo sienten como propio. Cada vez que vengo siento mucho calor".

La Feria del Libro es, ante todo, espacio de encuentros. Las escritoras Cristina Grande (con libro recién publicado) y Eva Puyó conversaban ayer animadamente en la caseta del Ayuntamiento de Zaragoza, y hacían lo propio también la escritora Ana Alcolea y el ilustrador David Guirao en Antígona, donde firmaban, o la prolífica África Vázquez, que en El Armadillo Ilustrado charlaba con Diego Gutiérrez, que acaba de debutar en la novela siendo uno de los investigadores más destacados en inteligencia artificial.

"Desde la organización se hace un balance positivo –destacaba el comunicado de COPELI, la Comisión Permanente del Libro– y destacan el enfoque cultural del evento y que, incluso en la mañana de hoy (por ayer) en la que las condiciones climatológicas no han sido muy favorables, no ha dejado de acudir gente".

Y así ha sido. La noticia del fallecimiento del poeta Rosendo Tello, premio de las Letras Aragonesas, ha marcado también la última jornada. Sus obras estaban presentes en varias casetas: Prames, Los Libros del Gato Negro, Olifante... En la caseta de esta última editorial, Trinidad Ruiz Marcellán aseguraba: "El cuarto título que publicamos fueron sus ‘Meditaciones de medianoche’ y hace un par de años llevamos a las librerías ‘La cadencia del mundo’, un homenaje colectivo a su figura y su obra. Su poesía es absolutamente actual y la reeditaremos".

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