Muere el poeta Rosendo Tello, premio de las Letras Aragonesas

El poeta aragonés Rosendo Tello (Letux , Zaragoza, 1931) falleció este sábado en la capital aragonesa a los 93 años de edad, dejando tras de sí una amplia y palpitante obra literaria y la estela de hombre cabal y bondadoso. Deja tras de sí esposa, Maribel Sánchez, y dos hijos, Isabel y Juan. Este domingo se le velará a partir de las 16.00 en el cementerio de Torrero, y el funeral está previsto para este lunes en la iglesia de la Mantería.

Tello, una de las figuras más influyentes en la poesía aragonesa de las últimas décadas, llevaba bastante tiempo padeciendo una salud delicada, especialmente después de un ictus que sufrió en 2009 y que le paralizó la parte derecha del cuerpo y que le llevó a perder el habla. Pudo seguir escribiendo, con la mano izquierda, y hace apenas un mes y medio, en una entrevista que le hizo Antón Castro para estas páginas, aseguraba que "sigo leyendo con mucho placer a los poetas de la Generación del 27". Pero también a los aragoneses. «Los libros me han acompañado siempre –añadía–. Tengo aquí al alcance de la mano no solo mis libros, sino otros de los poetas aragoneses de hoy: leo a Fernando Sarría y a Luisa Miñana, a José Antonio Conde, a Miguel Ángel Yusta, Manuel Forega...».

"Es una figura de referencia, historia de la poesía aragonesa e incluso de la española."

Rosendo Tello sintió una temprana vocación por las letras. Cursó estudios de Filología Hispánica, para acabar doctorándose con una tesis sobre la poesía de Juan Gil Albert, que no llegó a publicarse. Fue, hasta su jubilación, catedrático de Instituto de Enseñanza Secundaria. En su juventud formó parte del grupo poético de la Tertulia del Niké, también llamada Grupo OPI-Niké o Peña Niké, un colectivo cultural de la segunda mitad del siglo XX fundado en Zaragoza por el poeta Miguel Labordeta y el pintor José Orús, y en el que se integraron José Antonio Labordeta, Luciano Gracia, Manuel Pinillos, Emilio Gastón, Guillermo Gúdel, Julio Antonio Gómez, José Antonio Rey del Corral, Miguel Luesma y Fernando Ferreró.

Su obra poética, publicada en diversas editoriales, ha sido objeto de una gran recolección bajo el título de ‘El vigilante y su fábula, Obra poética reunida (1959-2004)’, a cargo de la editorial Prames. Tres años más tarde, en 2008, apareció publicada, también por Prames, su primer tomo de memorias, ‘Naturaleza y poesía (1931-1959)’. Posteriormente han llegado libros como ‘Regreso a la fuente’ (2011), ‘Magia en la montaña’ (2013) y ‘Revelaciones del silencio’ (2015).

En 2005 se le concedió el Premio de las Letras Aragonesas, pero tiene también distinciones como el Premio Búho de la Asociación Aragonesa del Libro (2007) y el Premio Imán por la Asociación Aragonesa de Escritores (2011).

"Junto a Miguel Labordeta y Ángel Guinda, constituye el trío de poetas más importantes de Aragón en las últimas décadas."

Rosendo Tello es coautor de la letra del himno oficial de Aragón, que sonó por primera vez en el Patio de Santa Isabel del palacio de la Aljafería. Tello es autor de la letra junto a otros tres poetas, Manuel Vilas, Ángel Guinda e Ildefonso Manuel Gil. La música es de Antón García Abril.

Luto en las letras aragonesas

La noticia de la muerte de Rosendo Tello ha llenado de dolor a poetas y críticos literarios. Alfredo Saldaña aseguraba ayer que "es una figura de referencia, historia de la poesía aragonesa e incluso de la española. Junto a Miguel Labordeta y Ángel Guinda, constituye el trío de poetas más importantes de Aragón en las últimas décadas. Es un poeta de la Naturaleza, con un lenguaje cuidad, y elaborado y con obras muy importantes. Su fallecimiento, aunque llevaba ya un tiempo con la salud muy frágil, deja un hueco enorme".

Para Antonio Pérez Lasheras, poeta y profesor de la Universidad de Zaragoza como Alfredo Saldaña, Rosendo Tello fue "quizá el poeta más musical que haya tenido nunca Aragón. Tenía una sensibilidad acústica y rítmica prodigiosa y aspiraba a hacer una poesía global. Como Mallarmé, que quería escribir un libro único a lo largo de toda su vida, con una obra que iba creciendo orgánicamente, o como Jorge Guillén, que era un poeta al que Rosendo admiraba mucho".

"Quizá el poeta más musical que haya tenido nunca Aragón. Tenía una sensibilidad rítmica prodigiosa."

Pérez Lasheras destaca su pertenencia a Niké, aunque matiza que "en ese grupo había voces diversas. El cultivaba una poesía muy simbolista, en contraposición con la del propio Miguel Labordeta, que era más expresionista". Cree que gozó del reconocimiento merecido en Aragón, pero no fuera de su tierra natal. "No ha tenido ese reconocimiento Labordeta, al que Gabriel Celaya consideraba su maestro, menos aún lo ha tenido él", subraya.

Y destaca, "era el poeta con mejor sentido rítmico de toda España. No ponía ni un acento de más y medía el verso para que tuviera siempre un equilibrio prodigioso y no cojeara".

El último libro que ha publicado el poeta de Letux ha sido 'Rosendo Tello. Compás y tierra. Antología poética (1959-2023)', que llevó a las librerías hace unos meses Los Libros del Gato Negro.

"Era el poeta con mejor sentido rítmico de toda España. No ponía ni un acento de más y medía el verso para que tuviera siempre un equilibrio prodigioso y no cojeara."

Su editora, Marina Heredia, que estos días está vendiendo ejemplares de la obra en la Feria del Libro de Zaragoza, destacaba ayer: "La antología fue una propuesta de José Antonio Conde que me encantó, porque Rosendo es uno de los grandes poetas de nuestra tierra. Pero el poeta, que pudo venir a la presentación, lo que nos hizo mucha ilusión, quiso cerrar el libro con tres poemas inéditos que escribió para el libro. Son poemas que dedicó a su mujer, Maribel, y que son también de despedida. Son versos que entristecen".

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