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ERC encarece la investidura de Salvador Illa mientras Carles Puigdemont la boicotea

Los republicanos piden al PSOE que no enrede y ya avisa de que una financiación singular debe ser fuera del régimen común,

El candidato de Junts a la presidencia de la Generalitat, Carles Puigdemont
El candidato de Junts a la presidencia de la Generalitat, Carles Puigdemont
David Borrat

A Salvador Illa se le complica la investidura. El día antes de que ERC y el PSC inicien las negociaciones para buscar un acuerdo que pueda desencallar el laberinto en que se ha convertido la elección del presidente de la Generalitat, ERC encareció este lunes el precio de un eventual apoyo al líder del PSC.

En los días previos, unos y otros han fijado posición, antes de sentarse en la mesa. Los socialistas, a través del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, han ofrecido una financiación singular para Cataluña, pero sin salirse del régimen común de las comunidades autónomas, como exigen los republicanos, que creen que la propuesta de Sánchez no es más que una maniobra para intentar "enredarles". Mientras, Carles Puigdemont, que trata de reventar las negociaciones entre socialistas y republicanos, pues su objetivo es que haya nuevas elecciones, acusa al líder del PSOE de chantajear a ERC por hacer algo que él ya hizo: poner precio a sus diputados a cambio de una investidura.

Fuentes republicanas ven muy difícil que el PSOE ofrezca un concierto económico a la catalana, por lo que, salvo que Illa busque otros socios o Sánchez ceda como hizo con la amnistía, la repetición electoral gana enteros.

El contexto para ERC, que tiene la llave, es endemoniado. En su peor momento electoral, tras cuatro debacles consecutivas, el partido tiene que decidir si inviste o no a un candidato del PSC, mientras está dividido en dos (junqueristas contra roviristas), la pugna por la sucesión de Junqueras en la presidencia ya se ha abierto en canal, la militancia recupera su espíritu asambleario y tiene ganas de darle caña a la dirección.

Los republicanos tratan de separar las negociaciones de la investidura de la renovación de la cúpula del partido. Pero es muy difícil. Así, 300 cargos de la formación lanzaron este lunes un manifiesto que aboga por una "renovación general" de la dirección, lo que es un mensaje directo a Junqueras para que no opte a la reelección al frente de la nave republicana. El documento lleva la rúbrica de cargos destacados como los consejeros Laura Vilagrà, Roger Torrent, Ester Capella, David Mascort, Meritxell Serret y Manel Balcells, además de Sergi Sabrià, Raquel Sans o Marta Vilalta. El manifiesto pone al descubierto el conflicto de poder dentro de la formación.

Con tanta marejada interna, la cúpula republicana es consciente de que no controla a la militancia y teme llegar a un acuerdo con el PSC que luego sus bases puedan tumbar. De ahí, que la exigencia de la dirección sea en el inicio de las conversaciones de máximos.

Los republicanos advirtieron este lunes a los socialistas de que una financiación singular debe implicar sí o sí la salida de Cataluña del régimen común y la gestión por parte de la administración catalana del 100% de los impuestos. En definitiva, lo que ERC pide es lo que el PSOE no puede darle, salvo que Sánchez quiera abrir una guerra interna contra las federaciones de su partido: el concierto económico vasco. Pero además, la formación independentista avisa de que el acuerdo con los socialistas debería incluir avances en materia de referéndum, refuerzo del catalán y de los servicios públicos.

Pedro Sánchez ofreció el domingo en 'La Vanguardia' una financiación singular a Cataluña, pero negociada en un ámbito multilateral. Sánchez elogió además a Esquerra. "Las palabras vacías se las lleva el viento", aseguró la portavoz republicana, Raquel Sans.

Ronda de contactos

El presidente del Parlament, Josep Rull, iniciará este martes una ronda de contactos con las formaciones para proponer a un candidato a la investidura. Fuentes republicanas aseguran que ni Illa ni Puigdemont se han postulado en privado como aspirantes a la elección, por lo que todo apunta a que el día 25 de junio no habrá votación.

La investidura catalana, de momento, es una partida a tres entre PSC, Junts y ERC. Se miran de reojo y ninguno se siente responsable si hay nuevas elecciones. Todos hacen cálculos. El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, es quien desde el primer día apuesta por nuevos comicios, pues cree que si es amnistiado y regresa (o si no es amnistiado y vuelve y es detenido) podrá mejorar el resultado.

Puigdemont amagó con postularse a la investidura, pero no quiere perder la votación. Intenta reventar las negociaciones entre Esquerra y el PSC. Este lunes, en las redes sociales, calificó como un "escándalo", "inmoral" y un "chantaje" que Sánchez ofrezca a ERC una financiación singular a cambio del apoyo de los republicanos a la elección del líder socialista. Además, volvió a amenazar al presidente del Gobierno con retirarle su respaldo en el Congreso. "Sánchez debería responder a varias preguntas si pretende contar con los apoyos que lo han permitido dirigir el Gobierno a pesar de su derrota en las urnas", afirmó en X. Junts, desde el mismo día de las elecciones catalanas del pasado 12 de mayo, está intentando presionar al PSC con la baza de la gobernabilidad española. La única opción que tiene Puigdemont de ser investido es convenciendo a los partidos independentistas para que le voten y al mismo tiempo que el PSC se abstenga, lo cual a día de hoy han descartado tanto Sánchez como Salvador Illa.

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