gastronomía
El camping de Zaragoza apuesta por la gastronomía
El comedor se ha remodelado y el menú del día y la carta ofrece mucha variedad
El camping de Zaragoza acaba de iniciar una nueva etapa que también tiene su traducción en el apartado gastronómico. Se ha mejorado notablemente la gestión de las instalaciones de la mano de la empresa Océano Atlántico, pero no solo en el continente sino también en el contenido.
La zona de comedor para el menú es acogedora, luminosa y con el techo muy alto, con gran protagonismo vegetal y de la madera. A este espacio hay que añadir la terraza al aire libre, donde se puede disfrutar de una carta de picoteo que incluye raciones, ensaladas, bocadillos y hamburguesas.
El nuevo equipo inició su andadura a finales de mayo. La opción más gastronómica es la del menú de mediodía –20 euros, incluye el vino– con seis propuestas de primeros y segundos platos. Irá cambiando en función de la temporada y de los productos que lleguen al mercado.
En estos momentos, la cita es alrededor de propuestas frescas como ensalada de tomate y ventresca o gazpacho andaluz. También es tiempo de buenas verduras y la parrillada con salsa romesco es una de las opciones más apetecibles. Y para los carnívoros, el carpacho de ternera, mostaza y parmesano. Las dos opciones más contundentes son huevos rotos con jamón y patatas y queso feta al horno en sus hierbas.
La idea del nuevo equipo del camping es que la brasa vaya adquiriendo cada vez más protagonismo. Todo se andará, pero, de momento, se pueden degustar costillas de ternasco. También hay recetas elaboradas, como carrillera guisada al vino tinto y costillar de cerdo en salsa de cítricos y miel. Tres preparaciones clásicas completan los platos principales: solomillo de ternera al gusto, bacalao gratinado al horno y dorada al Orio. Entre los postres, la tarta de queso casera con frutos rojos está muy lograda.
En cuanto a los vinos, la carta no es amplia, pero es interesante la opción que se ofrece en el menú: tinto, blanco o rosado Cruz de Piedra de Bodega Virgen de la Sierra de Calatayud. Se trata de una propuesta de calidad que no se ve mucho como vino de la casa. De esta misma bodega también se puede disfrutar del Albada Garnacha Viñas Viejas y de Lajas, el más emblemático, elaborado a partir de una cuidada selección en pequeñas parcelas de altura.
La carta de picoteo también está disponible a mediodía, pero está más pensada para las cenas, ya que la visita al camping invita a una degustación informal. Hay detalles que se agradecen, como el pan de hogaza de las tostadas o la posibilidad de pedir bocadillos y hamburguesas sin gluten.
Como es un escenario muy familiar donde suele haber niños, se ofrece un menú infantil con seis platos a elegir, y para los desayunos se ha apostado por tostadas saludables. El camping está cerca del Canal Imperial, por donde muchas personas hacen deporte, así que esta es una alternativa aconsejable para reponer fuerzas.
El 80% de los clientes alojados en el camping de Zaragoza proceden del norte de Europa, que llegan a la capital aragonesa para descansar unos días de camino hacia destinos cercanos al mar Mediterráneo. Sin duda alguna, esta propuesta gastronómica también puede servir de tirón para que se lleven una buena impresión del país y contribuyan a que lleguen más turistas a la ciudad.
