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Se retira Rubén Castro, la primera estrella de la SD Huesca
El delantero canario, que cuelga las botas a los 42 años, jugó con los azulgranas en la temporada 2008-09 y marcó 14 goles.
Rubén Castro, el primer gran fichaje de la SD Huesca tras su irrupción en el fútbol profesional, se retira. Cuelga las botas a los 42 años, según ha anunciado este viernes, después de haber anotado 316 goles en 778 encuentros como profesional. 14 de ellos los marcó para el equipo azulgrana durante la campaña 2008-09, la del estreno en la categoría de plata, y este balance le volvió a convertir en un delantero apetecido después de años muy complicados. Fue aquella una operación redonda para todas las partes y, 16 años después, pocos futbolistas han igualado sus registros anotadores con el equipo oscense.
El fichaje fue una obra coral de orfebrería. En aquel entonces, Castro tenía 27 años y languidecía en el Deportivo de La Coruña, con el que solo había anotado un gol en nueve compromisos. Sumaba cinco campañas con los gallegos después de haber explotado en el club de su tierra, la UD Las Palmas, y en todas ellas se había quedado lejos de las expectativas, además de consumar cesiones a Albacete, Racing de Santander o Nástic de Tarragona que tampoco mejoraron el panorama. Entonces apareció la SD Huesca para abordar un sueño que se hizo tangible en una compleja operación económica.
El proyecto, guiado al alimón por Agustín Lasaosa y José Antonio Martín, Petón, trabajó a varias bandas para abordar un fichaje imposible de firmar solo con las todavía humildes capacidades económicas de aquella SD Huesca. Les tocó hablar (y convencer) al propio futbolista de que debía dar un paso atrás para hacer un buen año y resituarse dentro del fútbol profesional; al Deportivo, para que mirase al Huesca antes que a otros pretendientes; a los patrocinadores, para echar una mano; y a la empresa Bahía Internacional, con un peso específico en la entidad y representante del ariete. El 19 de julio de 2008 se hizo oficial su llegada a préstamo.
“No es un fichaje mediático, es un fichaje ‘delanteráctico’”, afirmó entonces Petón: “Es un futbolista excepcional que tiene que divertirse jugando y el Huesca le da esa oportunidad”. Se la tomó en serio, y desde la pretemporada marcó goles. En el estreno en El Alcoraz, frente al Castellón, marcó el primero de los 13 que sumaría en la liga, más otro en la Copa del Rey. En sintonía con el también delantero Roberto García conformó una dupla que llevó a la SD Huesca a la permanencia sin mayores problemas.
Su característica forma de celebrarlos, poniendo las manos encima de la cabeza para formar una cresta, se convirtió en una marca de fábrica que mantendría en sus siguientes pasos. Del Huesca se marchó al Rayo Vallecano y, liberado del Dépor, hizo fortuna en el Betis, su gran aventura durante ocho temporadas antes de agotar su carrera con un regreso a Las Palmas y luego en Cartagena y Málaga. Quizá hubiese sido distinta sin su paso por El Alcoraz. En los años posteriores en Segunda solo le superaron Gonzalo Melero y Cucho Hernández el año del salto a Primera, con 16 tantos cada uno, y le igualaron antes y después Juanjo Camacho y Jaime Seoane.
