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Vecinos de Montemolín piden por carta a Natalia Chueca que corrija el reparto del barrio entre Las Fuentes y San José

La asociación Larrinaga solicita al Ayuntamiento de Zaragoza que se revise su situación en la reforma del Reglamento de Ordenación Territorial y Participación Ciudadana.

Es el único de Zaragoza que quedó dividido entre dos distritos distintos, Las Fuentes y San José.
Es el único de Zaragoza que quedó dividido entre dos distritos distintos, Las Fuentes y San José.
Guillermo Mestre

Montemolín se reivindica como barrio. Los miembros de la asociación de vecinos Larrinaga han remitido una carta a la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, en la que le piden que dé solución a la división del histórico barrio entre los distritos de Las Fuentes y San José porque "aumenta la complejidad de la relación con las dos juntas, genera disfunciones al hacer trámites y en la atención a la problemática de la zona". En el corazón de Montemolín se va a impulsar, además, el proyecto más relevante de la ciudad tras el nuevo estadio de La Romareda, el distrito 7, la ciudad del cine, que tendrá un presupuesto que superará los 18,4 millones de euros.

La carta, firmada por José Antonio Prades, el presidente de la asociación vecinal, se remitió la semana pasada al área de Partición Ciudadana. Por el momento, no se han puesto en contacto con ellos. Consideran los montemolineros que la reforma del Reglamento de Organización Territorial y Participación Ciudadana es una buena ocasión para "poner remedio".

Están cansados de los "equívocos" que se producen en las comunicaciones institucionales a la hora de ubicar la calle Utrillas, Belchite, Torre Ramona, Giesa, el antiguo Matadero o el palacio de Larrinaga, todos del barrio de Montemolín aunque no siempre se aclara.

Los orígenes del barrio se remontan a 1712, con una zona que primero fue agrícola y después industrial, en la carretera que conducía al Bajo Aragón. En Montemolín estaba la estación de Cappa (Utrillas), junto a la que se instalaron las cocheras de la primera línea de tranvías de sangre, arrastrados por doce caballos.

El barrio de Montemolín, más antiguo que Las Fuentes y que San José, quedó ‘estrangulado’ administrativamente en 1981, cuando se fijaron los límites de los distritos y quedó partido en dos. Dice en su carta José Antonio Prades que "se perdió la atención que el barrio había gozado con su condición de ruralidad y, por tanto, de alcalde, junta consultiva y representación propia en los órganos de gestión de la ciudad".

Fue precisamente en 1981 cuando desde la dirección nacional de Correos se fijó la división a efectos postales, y los montimolineros sostienen que es posible deducir que la zona que corresponde al código 50.013 es la que responde a los límites que por aquel entonces tenía su barrio.

Una zona de pujanza

La expansión urbanística del barrio en los últimos años ha sido notable, y está contribuyendo a rejuvenecer dos distritos, Las Fuentes y San José, y también a encarecer la vivienda pues trata de obra nueva. Los vecinos "celebran la alta pujanza" y entienden que "es de justicia" tras años de «ostracismo, sin adecuación a los nuevos tiempos. Exponen en la carta, a modo de ejemplo, el estado en el que se encuentran los alrededores del Príncipe Felipe, el antiguo ferial, en entorno de la Facultad de Veterinaria, el camino de Enmedio y un grupo habitacional en el cruce del Cuarto Cinturón con la A-68 que tiene problemas de saneamiento y abastecimiento de agua corriente.

Piden apoyo para revertir esta situación y para sostener el barrio de Montemolín, para "afianzar un importante pedazo de la historia de Zaragoza".

Intereses cruzados en Giesa

Dos décadas han pasado desde que el Ayuntamiento de Zaragoza y los responsables de Schindler acordaron el traslado de la antigua fábrica de ascensores Giesa (Guilar Industrias Eléctricas SA) fuera de Montemolín. La nave principal y los edificios que dan a las calles Yolanda de Bar y San Joaquín (incluida la torre) están catalogados como equipamientos de reserva.

En noviembre de 2019 se derribaron algunas de las viejas naves porque amenazaban ruina. Se propusieron usos a través de un plan director que iban desde viviendas públicas con espacios compartidos, a equipamientos culturales, de emprendimiento y deportivos. En ningún caso se habló de la ciudad del cine que acogerá en el futuro.

Giesa es uno de los equipamientos que se impulsarán antes de que finalice 2026 al contar con tres millones de subvención de los fondos europeos. El proyecto saldrá ahora a información pública, las obras se adjudicarán a finales de año y los trabajos empezarán en el primer trimestre de 2025.

Con la rehabilitación de este edificio histórico industrial protegido y abandonado durante años se busca crear un ecosistema innovador en torno al sector audiovisual que genere riqueza económica, social, cultural y educativa. La zona del barrio de Montemolín que pertenece a Las Fuentes se potenciaría como zona de rodajes, exhibiciones y creación de videojuegos. La inversión global superará los 18,4 millones de euros, de los que 3 millones corresponden a ayudas de Europa.

Estos son los planes del equipo que dirige la alcaldesa Natalia Chueca, que incluyó esta propuesta en su programa electoral que nada tiene que ver con las que platearon los vecinos de Montemolín y Las Fuentes.

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