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El parque de atracciones de Zaragoza cumple 50 años y afronta un futuro por definir entre lo moderno y lo vintage

El Ayuntamiento ultima el modelo de instalación y tendrá los pliegos para la nueva concesión este mismo año.

Una de las atracciones del parque, que abrió sus puertas el 1 de agosto de 1974 en los Pinares de Venecia.
Una de las atracciones del parque, que abrió sus puertas el 1 de agosto de 1974 en los Pinares de Venecia.
Víctor Mateo

Con 37 instalaciones, 15 de ellas inéditas en el país, abrió sus puertas el 1 de agosto de 1974 el Parque de Atracciones de Zaragoza en los Pinares de Venecia. Se 'sacrificaron' 1.600 árboles para tener un complejo lúdico capaz de competir con los de Madrid y Barcelona. El laberinto, la casa loca (después magnética), el barco Mississippi, las canoas, la montaña rusa Moncayo, la noria y el tren fantasmas eran sus reclamos entonces y lo siguen siendo medio siglo después. El de Zaragoza es un parque de atracciones vintage, capaz de organizar hasta 300 eventos por temporada y de recibir 230.000 visitas al año. La gran duda está en dilucidar si tiene capacidad para ser algo más.

El Ayuntamiento de Zaragoza ultima el diseño del parque del futuro, con la única certeza de que continuará en la misma ubicación. El actual ocupa seis de las diez hectáreas que cuando se proyectó en 1971 le asignaron, de manera que tendría capacidad para seguir creciendo.

No se va a concebir como un "macroparque", pero sí se busca que sea atractivo y de referencia para Aragón, Navarra, La Rioja y el País Vasco. Lo que obliga a definir hasta dónde se pretende llegar con los cambios sin obviar que Zaragoza tiene 700.000 habitantes y que julio y agosto son, por culpa del sofocante calor, temporada baja.

En el Ayuntamiento quieren sacar a licitación el nuevo contrato en el mes de diciembre. Aunque sigue vivo un recurso en el juzgado, mantienen que el 8 de febrero finaliza la concesión administrativa de utilización del dominio público local relativa a la construcción, conservación y explotación del parque. El modelo sigue sin estar aún definido.

Este viernes, el Gobierno de Zaragoza ha designado a Raúl Lafuente, jefe de sección de Ingeniería de la Oficina de Espacio Público, como el interventor técnico que ha de asumir la comisión de liquidación de la concesión del parque de atracciones. Se encargará de inspeccionar el estado de conservación de las obras, instalaciones y material de los servicios y de emitir un informe sobre las reparaciones necesarias para el mantenimiento de las debidas condiciones de funcionamiento, a fin de asegurar el buen fin de la reversión al Ayuntamiento.

En el mismo proceso, los coordinadores generales de las áreas de Hacienda y de Urbanismo nombrarán personal con perfil técnico y jurídico para conformar una comisión de liquidación que colabore con el interventor.

A pesar de algún tira y afloja entre la concesionaria actual y el Consistorio, fuentes municipales indicaron que hay acuerdo en el reparto de las atracciones. Una de las que estaban en discordia, la montaña rusa Moncayo, se la quedará la empresa Parque de Atracciones SL, que gestiona la instalación y el Acuario fluvial de Zaragoza.

Jorge López, el director del parque, explicó que para que se las quede el Ayuntamiento tienen que estar ancladas, y ni siquiera la Casa Magnética lo está. "La gran mayoría de lo que hay es móvil, y en ese caso pertenece a la familia", advierte. En algunos casos, es difícil tasar cuánto cuestan porque se trata de instalaciones históricas que ya no están en el mercado.

El futuro del parque

La concesionaria quiere seguir gestionando el parque. Dispone de un plan para modernizarlo y para ampliar las instalaciones. Jorge López considera que el proceso será largo y que es posible que todo siga igual durante los dos próximos años. Si su propuesta es la elegida, durante el proceso de transición el parque continuará funcionando.

¿Cómo cree que será el parque del futuro? "Espero que siga manteniendo como mínimo su esencia, porque es lo que nos hace únicos", señala. Un parque "ochentero", vintage, que se puede ampliar.

Desde que hace unos 25 años tomó las riendas del parque la familia Morte, la inversión ha rondado los 14 millones de euros. Las más cuantiosas se realizaron a inicios de siglo, pues conforme se acerca el fin de una concesión son más difíciles de rentabilizar.

Apostar por una nueva atracción permite un bum de visitas dos o tres años y poco más. En el caso del parque de atracciones defienden su gastronomía a base de la comida casera, el precio, que les sitúa entre los más baratos de España, y la celebración de eventos. Para las comuniones de 2025, tienen reservados banquetes para unos 2.400 comensales.

En el parque trabajan unas 80 personas, la mayoría, jóvenes estudiantes. Explica Jorge López que viven el proceso de cambio de concesión con "tranquilidad", porque "todo pinta bien" y están "bastante seguros" de que van a a continuar. No es fácil lograr la rentabilidad con un parque como el de Zaragoza, lo que les permite tener una ventaja porque, en su caso, ya conocen las claves del negocio.

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