aniversario de la constitución de los ayuntamientos
Un año de política municipal, altos y bajos en Zaragoza, Huesca y Teruel
Natalia Chueca, Lorena Orduna y Emma Buj llevan doce meses blandiendo el bastón de mando y se han enfrentado ya a sus primeras polémicas mientras impulsan sus principales proyectos.
El 28 de mayo los ciudadanos expresaron su voluntad en las urnas y mañana hará exactamente un año de la constitución de los nuevos ayuntamientos. El PP se hizo con la mayor concentración de poder y colocó a tres mujeres al frente de las tres principales ciudades de la comunidad aragonesa. Nueve de cada diez alcaldes de los municipios más poblados son desde entonces también azules.
En Teruel, revalidó mandato Emma Buj, con mayoría absoluta, pero en un pleno deslucido y triste marcado por el derrumbamiento del edificio de la calle de San Francisco apenas unos días antes. En Zaragoza, Natalia Chueca le tomó el relevo a Jorge Azcón, elegido ya como presidente de Aragón, y prometió durante su investidura una ciudad "que brille en España y Europa". El principal cambio estuvo en el Consistorio oscense, donde Lorena Orduna se hizo con el bastón de mando tras ocho años de alcaldía socialista.
En la capital aseguran que la hoja de ruta se está siguiendo según lo previsto y presumen de haber salido airosos del traspiés de La Romareda. Asumen con "humildad" a Vox como un socio necesario, pero "responsable" por permitir que salgan adelante los presupuestos y defienden que "no ha habido grandes cesiones". Tal como dijo Chueca durante su primer discurso, la proyección exterior sigue siendo uno de los principales objetivos. Están cumpliendo promesas electorales y otras, como el centro deportivo del Distrito Sur, siguen a la espera. La línea circular exprés del bus dicen que se estrenará en los próximos meses. La Ciudad Inteligente del Deporte se mantiene también en ‘standby’, opacada por el nuevo estadio, pero continúa entre las prioridades municipales.
El gobierno oscense ha tenido una relación más polémica con Vox y sus primeros acuerdos, como la cancelación del Festival Periferias o la desaparición de las ayudas a la cooperación fueron objeto de muchas críticas dentro y fuera de la ciudad. Ahora, con el apoyo en la mayoría de los casos del concejal que abandonó el grupo de la extrema derecha para ser no adscrito, las aguas están más calmadas.
En Teruel el derrumbe ha marcado el día a día de una gestión en la que no han dependido de ningún otro grupo municipal para sacar sus proyectos adelante. Para el equipo de gobierno la mayoría absoluta es el gran punto a favor del mandato, mientras que para la oposición es todo lo contrario y reprochan el "poco interés" en debatir las propuestas que presentan el resto de partidos.
