Zaragoza
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Una octogenaria que servía de coartada a su hijo para transportar drogas se enfrenta a 7 años de cárcel

​Acompañaba a su vástago en viajes al extranjero, en silla de ruedas y con respirador, y fueron detenidos cuando volvían a Zaragoza con 22 kilos de hachís.  

Alijo que la Policía halló en poder de los 16 detenidos.,
Alijo que la Policía halló en poder de los 16 detenidos.,
Cuerpo Nacional de Policía

Medio año estuvo la Policía Nacional vigilando los movimientos del zaragozano Ricardo L. C., de 50 años. Los agentes tenían fundadas sospechas de que se dedicaba al tráfico y transporte internacional y nacional de importantes cantidades de drogas y, con autorización judicial, montaron vigilancias e intervinieron sus teléfonos. De esta forma pudieron constatar que los viajes, algunos de más de 2.000 kilómetros en apenas 24 horas y todos en vehículos de alquiler de alta gama, no los hacía solo, sino que le acompañaba su madre, Asunción C. L., de 83 años.

La distancia y el tiempo -ida y vuelta de Zaragoza a París, por ejemplo, en apenas 24 horas- no eran óbice para que la octogenaria, que precisaba de silla de ruedas y respirador con oxígeno, fuera con su hijo a donde hiciera falta. La Policía cree que no es que no pudiera dejarla sola en casa por sus condiciones físicas, sino que la anciana era plenamente consciente y conocedora de la actividad de su vástago y se prestaba a colaborar con él por si en el trayecto surgía algún problema, como un control policial. Porque, ¿quién va a sospechar que un vehículo ocupado por una madre anciana y aparentemente delicada de salud y su hijo lleve en el maletero, debajo de una bolsa grande de pañales, otra de Carrefour con 22 kilos de hachís?

Esa fue la cantidad de droga que el 3 de agosto de 2023 los agentes del Grupo III de Estupefacientes de la Policía Nacional de Zaragoza hallaron, repartida en 22 paquetes de un kilo cada uno, cuando interceptaron en la entrada de la capital aragonesa el Cupra Formentor en el que viajaban Ricardo L. C. y Asunción C. L. En casa les esperaba Lidia Rita S. F., pareja del sospechoso, a quien este había avisado por teléfono de su llegada y le había pedido que bajara al garaje para ayudarle a “descargar” (como el 23 de abril anterior, cuando al regreso de otro viaje hablaron por teléfono de cien bolsas). Los agentes la detuvieron ese mismo 3 de agosto en el aparcamiento. En el registro del domicilio de la pareja encontraron dos pastillas de hachís (192 gramos) con la etiqueta ‘Gofio Canario’, una báscula de precisión, una envasadora al vacío y pequeñas cantidades de cocaína y de marihuana.

También fue arrestado Mariano C. V., considerado lugarteniente y hombre de confianza de Ricado La persona que alquilaba a su nombre los vehículos que él utilizaba en los viajes. Además, gestionaba las ventas y la adquisición de la droga a través de su cuñado, Antonio J. M., y mantenía contactos con otros traficantes, proveedores y clientes de las sustancias estupefacientes, según la Fiscalía.

Los 22 kilos de hachís incautados en Zaragoza procedían de un viaje que madre e hijo habían hecho esa tarde a Villamediana de Iregua (Logroño) y se habían juntado -como en otras ocasiones- con Fermín E. A. y David A. R., a quienes los investigadores los consideran suministradores de hachís de Ricardo L. 

La Policía abrió una segunda línea de investigación sobre estas dos personas que le llevó a hacer vigilancias y registros en un domicilio de la capital riojana, otro en Alberite y un tercero en Villamediana de Iregua. En esta última fueron hallados otros 21 kilos de hachís y 28 de cocaína de un 83% de pureza valorada en 1.418. 280 euros, y fueron detenidos los dos mencionados y tres familiares presuntamente implicados en la red de tráfico de drogas. Todos ingresaron en prisión, salvo la anciana, cuyo abogado, José Cabrejas, alegó problemas de salud. 

Las pesquisas no terminaron ahí. Los implicados contaban con una tercera ‘pata’ de la organización en Navarra especializada en fabricar y distribuir derivados anfetamínicos en toda la ribera del Ebro. La Policía llegó a efectuar tres registros en domicilios y un taller mecánico de Tudela que se saldaron con otras cinco detenciones y el desmantelamiento de un laboratorio clandestino de MDMA y de ‘speed’. En esta 'cocina' de anfetamina, instalada en una casa rústica,  hallaron 727 gramos de MDMA (valorados en 33.188 euros) así como agentes químicos como aceite PMK, ácico sulfúrico, acetona, precursores y otras sustancias y elementos necesarios para elaborar ese tipo de drogas.

En total, en las tres fases fueron detenidas 16 personas -siete de las cuales permanecen en prisión provisional-, se incautaron de casi 30 kilos de cocaína, más de 40 de hachís, así como cristal y ‘speed’ valorado todo ello en 1.539.985 euros.

La Fiscalía los acusa a todos ellos de un delito de tráfico de drogas y pide penas de 7 años de cárcel y multas de 1,6 millones de euros para todos ellos salvo para Mariano C. V., David A. R. y Fermín E. A., para quienes solicita 9 años de prisión y multa de dos millones de euros por ser reincidentes. Igualmente, les atribuye un delito de pertenencia a grupo criminal y añade un año más de cárcel para todos. 

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