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Niega que mordiese a un policía al ser expulsado de una discoteca en Zaragoza

En su declaración ante el juez de este martes, el acusado expuso que fue sacado del local sin motivo y con agresividad.

Imagen de los juzgados penales de la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
Imagen de los juzgados penales de la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
Heraldo

El altercado que el pasado 24 de marzo protagonizaron en la discoteca Babia de Zaragoza un cliente, el personal de seguridad y dos funcionarios de Policía Nacional fuera de servicio sigue dando de qué hablar. Este martes declaró ante el Juzgado de Instrucción número 6, A. M. C., el hombre de 42 años al que echaron del local después de haberse encarado con unos jóvenes y que acabó detenido. Su testimonio fue opuesto al ofrecido previamente por uno de los agentes. Si el policía había afirmado que le había mordido y que por ello en la analítica posterior a la que se sometió había dado positivo en anti-treponema, anticuerpo cuya detección resulta útil en el diagnóstico de la sífilis precoz, el acusado negó tal agresión y aportó a la causa un informe médico que pone de manifiesto que no padece esa enfermedad.

Los policías habían salido de fiesta aquella noche. Según se refleja en el atestado, estando ya en la discoteca y siendo cerca de las 3.00, observaron como el personal de seguridad intentaba sacar del establecimiento a dos hombres. Uno de ellos, el que luego sería identificado como A. M. C., parecía estar muy nervioso, por lo que decidieron intervenir para ayudar a los trabajadores del local.

Tras evitar que A. M. C. se hiciese con el cristal de un vaso que se había roto, los dos agentes se identificaron como policías y le pidieron calma al hombre. Éste, en un primer momento, afirmó que se iba a tranquilizar, pero acto seguido de forma sorpresiva trató de zafarse. Entre los agentes y los porteros, ya en la calle, lo inmovilizaron no sin que en el transcurso de la refriega propinase varios golpes. En el parte médico posterior que presentó el policía que se llevó la peor parte figura la existencia de un mordisco en el muslo derecho.

A. M. C., de cuya defensa se han hecho cargo los abogados Carmen Sánchez y Luis Ángel Marcén, expuso este lunes en la Ciudad de la Justicia que acudió a la discoteca acompañado de su hermano, un amigo, su cuñada y la mujer del amigo. A los pocos minutos de haber entrado, al pasar por la pista central, tuvo una discusión con unos jóvenes. A raíz de este enfrentamiento, se le indicó que abandonase el establecimiento, a lo que pidió explicaciones de por qué. Aunque su amigo dijo al personal de seguridad que ya lo sacaba él, acabó siendo llevado en volandas a la zona de la entrada.

A partir de ahí, relata que dos de los chicos que lo habían cogido empezaron a tener una actitud muy agresiva hacia él y que sin motivo alguno fue reducido y expulsado del local a la fuerza. Fue echado al suelo y uno de esos chicos -de los que no sabe decir si se identificaron como policías- se puso encima y le retorció los brazos hacia atrás. Llegó a tener sobre él, según su versión, a cuatro o cinco personas. En el momento de más tensión, su cuñada se cayó y dice que le pusieron la rodilla en la cabeza. En ningún momento, afirma, se reveló contra ningún agente o dio algún mordisco.

Finalmente, se personó una patrulla de la Policía Nacional que lo detuvo y lo llevó a comisaría. Unas horas después fue puesto en libertad.

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