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La Torre de Santa Engracia recupera su esplendor y toma forma como centro vecinal de Movera

Las obras, que mejorarán la eficiencia energética y la accesibilidad, avanzan, pero se ha solicitado una prórroga

Rehabilitación de la Torre de Santa Engracia de Movera.
Rehabilitación de la Torre de Santa Engracia de Movera.
Ruben Losada

Su valor histórico es mayor que el arquitectónico, pero para los vecinos de Movera es uno de los "emblemas" del barrio. Desde que el Ayuntamiento de Zaragoza asumió la propiedad en 1970, a través de una permuta con La Montañanesa, fue lugar de reuniones institucionales y de actividades vecinales. Hasta que décadas de abandono fueron limitando su uso por seguridad. Al calor de los fondos europeos tendrá una segunda oportunidad. Los operarios trabajan para transformarlo en un "espacio multifuncional". Como ocurrirá con la Celda del Prior de La Cartuja, La Harinera de Casetas y Giesa en Las Fuentes, los tres equipamientos que recuperará Zaragoza gracias al programa europeo Pirep. Las obras avanzan a buen ritmo en Movera, pero el Ayuntamiento se ha visto obligado a solicitar una prórroga.

La Torre de Santa Engracia es una de las villas que rodeaban Zaragoza, dedicadas a la explotación agropecuaria y símbolo, a la vez, del poder y el estatus de algunos de los miembros de la alta sociedad. La primera referencia histórica data de 1470, como propiedad de los Reyes Católicos, y a inicios del siglo XVIII fue donada a los monjes Jerónimos como casa de reposo. Con la desamortización pasó, a inicios del siglo XIX, a manos privadas.

El edificio, que consta de tres pisos, está coronado por un torreoncillo de planta cuadrada y rodeado de 7.000 metros cuadrados, escenario de lujo para actividades vecinales al aire libre. Así lo explica la alcaldesa de Movera, Esperanza Calvano, que considera que el trabajo que están realizando con la torre es "impresionante". Antes de que se acometiera la reforma, solo utilizaban los jardines y la planta baja. "Entrábamos, pero no subíamos", recuerda. El estado de abandono era notable.

La Torre de Santa Engracia será el primer edificio que recuperarán los vecinos con la ayuda de los fondos europeos. Lo harán gracias al trabajo realizado por José Javier Gallardo, arquitecto responsable de proyectos del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, y su "fantástico" equipo, que obtuvo excelentes resultados en el reparto de fondos a través de concurrencia competitiva.

Edificios para la gente

Parte del éxito está en su filosofía de trabajo. "La arquitectura nunca es para los arquitectos, es para la gente. Los edificios que realmente funcionan son los que, diez años después, se usan y la gente establece vínculos con ellos", señala.

Esta torre, de arquitectura tradicional del valle medio del Ebro, se vio muy modificada en el siglo XIX. En los años 70, cuando la adquirió el Ayuntamiento de Zaragoza, fue testigo de la Transición. Recuerda Gallardo cómo se celebraban en ella reuniones de trabajo y de gestión administrativa. Para este edificio había un proyecto muy básico, que se desechó al ver que con fondos europeos sería posible mejorarlo. Aunque tenía problemas de accesibilidad y de evacuación en caso de incendios, requería un esfuerzo técnico menor que la Celda del Prior de La Cartuja, en la que explica que se tendrá que recurrir al micropilotaje para asegurar la cimentación.

Estima Gallardo que no se pueden entender estos edificios sin analizar la conexión que tienen con los ciudadanos y advierte de que funcionan cuando se establecen sinergias entre el poder educativo, el político-administrativo, el participativo  (los ciudadanos) y el empresarial. En conseguirlo centran sus objetivos.

Para garantizar la eficiencia energética aplicarán aerotermia y para garantizar la accesibilidad se trabaja ya en la instalación de un ascensor. En el interior destaca una espectacular caja de escaleras, que se cubre con una cúpula sobre pechinas. Hay numerosas salas donde, en el futuro, habrá talles, y en el ático se proyecta un espacio de exposiciones.

Al plantear los proyectos, Gallardo explica que hay que tener en cuenta el contexto, un concepto que aglutina el terreno y quien lo habita, y es importante aplicar un proceso de observación con una mirada ética y otra étnica.

Aunque piensa que el valor de la torre podría ser más histórico que arquitectónico, reconoce que es un "edificio interesante, con equilibrio en las fachadas y en los ritmos de composición". Como Giesa, la Celda del Prior y la Harinera de Casetas, eran funcionales y se hicieron bien para el uso para el que se habían proyectado.

La torre tiene unos 1.500 metros cuadrados y la rehabilitación es una obra "fácil", aunque el plazo de siete meses resulta ajustado. Por eso se ha solicitado una pequeña prórroga, que se espera que se acepte al haber sido una tramitación bastante compleja.

Gallardo considera que el verdadero valor de un edificio no está en los premios que gane, sino en que sea del gusto de los ciudadanos. Y por lo que han visto hasta ahora, la alcaldesa de Movera reconoce que están encantados.

Acuden a la Torre de Santa Engracia cada quince días para ver cómo se están desarrollando los trabajos. Quieren que incluya espacios de reuniones, conferencias, talleres... Les gustaría que fuera como "una especie de centro cívico, con actividades tanto en el interior como en el exterior".

Incluirá un salón de actos de unos 80 metros cuadrados y Calvano espera que la zona de exposiciones del ático pueda abrirse a toda Zaragoza. Planea ya organizar algún evento que tenga relación con la jota y recuperar la feria de artesanía. Se muestra convencida de que va a quedar "muy bien".

Entre las mejoras que se detallan en el proyecto figuran la envolvente térmica, la sustitución de las luminarias y la digitalización del edificio. Todo, en un proceso de transformación de la torre en un espacio multifucional que tiene un presupuesto de 1,7 millones, de los que 1,2 millones los aporta la Unión Europea.

Salvar edificios "ruinosos"

El concejal de Urbanismo de Zaragoza, Víctor Serrano, destaca que con los proyectos de la Celda del Prior y la Torre de Santa Engracia se invierte en los barrios rurales "en equipamientos que estaban degradados, alguno como el de la celda en estado semirruinoso", factores que se tuvieron en cuenta a la hora de fijar la estrategia global para recurrir al Pirep. "No nos olvidamos de los barrios rurales. Son dos inversiones potentes, con fondos de la UE,  que fija entre las prioridades que se atiendan las necesidades que indican los vecinos", recuerda. Y así se ha hecho en los dos casos.

Serrano defiende que Movera "va a tener el equipamiento que pedían los vecinos, que fue en su día equipamiento municipal, y dos décadas de abandono absoluto por los gobiernos anteriores hicieron que estuviera absolutamente degradado". En el caso de la Celda del Prior, es un proyecto sostenible que permitirá habilitar un albergue de peregrinos del Camino de Santiago. Son inversiones que, probablemente, sin los fondos de la UE se hubieran dilatado mucho más en el tiempo.

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