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Dos víctimas de la secta de Escatrón confirman la manipulación psicológica a la que los sometió el líder

Los dos hombres comparecieron ante la jueza del caso para relatar su experiencia en Evol, el grupo desmantelado por la Guardia Civil en junio.  

Desarticulada la secta destructiva que operaba en Escatrón
Desarticulada la secta destructiva que operaba en Escatrón
Guardia Civil

Dos de las víctimas de la secta Evol, ubicada en Escatrón (Zaragoza) y liderada por Igor P. O., han declarado este martes ante la titular del Juzgado de Caspe encargada del caso. Los dos perjudicados han ratificado las denuncias que en su día hicieron ante la Guardia Civil y que permitieron desmantelar esta organización sectaria de carácter destructivo y detener al cabecilla, actualmente en prisión provisional como presunto autor de delitos de asociación ilícita, estafa, amenazas, coacciones y lesiones. Junto a él fueron arrestadas su mujer Saioa M. S., su madre, Elena O. G., y su amiga Patricia J. M. por asociación ilícita.

Las dos víctimas respondieron a las preguntas formuladas por la jueza y por la abogada Rocío Notivoli, que ha asumido la defensa de Igor P. La información facilitada por los dos testigos, ambos vecinos de Lérida, pusieron a los agentes de la Guardia Civil sobre la pista de una comunidad que desde 2018 ha captado a más de 40 personas a las que presuntamente ha manipulado y engañado para lograr un beneficio económico, personal o social.

Tal y como concluyeron los investigadores, el proyecto Evol surgió a través de un grupo de personas, organizadas y coordinadas por Igor P. O., que se pusieron de acuerdo para formar una comunidad y crear una "nueva conciencia", un "espacio de paz y plenitud", que se aleja del mundo terrenal tal y como se concibe en la actualidad.

Para ello, el líder impartía cursos y talleres de 'Diseño humano' en los que seleccionaba a aquellas personas que, por mostrar una especial sensibilidad con su discurso, conectan con su mensaje. Se supone que en estos cursos se aprendían herramientas de autoconocimiento para comprender cuál es la “energía” que caracteriza a una persona, cómo funcionan sus emociones y la forma adecuada de tomar decisiones de acuerdo a su naturaleza, según el informe de los investigadores. 

Convencidos por el mensaje, los captados se trasladaron a Escatrón. La comunidad se conformó en torno a Igor P. como líder carismático que tomaba todas las decisiones sobre la convivencia y el desarrollo de los pasos a seguir para conseguir la "nueva conciencia" y  “abrir las puertas” que supuestamente canalizaban la energía para alcanzar el “nuevo mundo”. Como ocurre en este tipo de grupos, algunos integrantes idealizan al líder y entran en fases de enamoramiento, se crean relaciones de dependencia y sometimiento, pero son circunstancias de las que no son conscientes hasta que no abandonan la comunidad.

Tal y como contaron los testigos a los agentes del Servicio de Información,  el detenido había creado dos estados emocionales -”abandono” y “paz”- que condicionaban la vida de los integrantes de la secta y tenían unas consecuencias. El "estado de paz" representaba una situación de armonía y felicidad para el conjunto de la comunidad, en la que todos experimentan sentimientos de plenitud y entonan cánticos dirigidos por Igor P. Mientas, el "estado de abandono" o de "tensión" se caracterizaba por un espacio de violencia, estrés, ansiedad y malestar definido por el líder y generado normalmente cuando alguno de los acólitos mostraba cierta capacidad de autonomía o decisión. El estado de “abandono” acarreaba actitudes hostiles y violentas contra los miembros del grupo, especialmente contra las mujeres. 

Según han confirmado este martes los dos testigos, era en estas circunstancias cuando el imputado sometía a actos de humillación y desprestigio a cualquiera de ellos en presencia del resto, mediante técnicas de coerción psicológica o explotación de la vulnerabilidad emocional.

Una vez dentro del grupo, el acusado los “convencía” para que entregaran dinero y vendieran pertenencias o patrimonio para contribuir al mantenimiento de Evol. Uno de ellos confirmó que le dio 60.000 euros de la venta de un piso y que pidió dos préstamos, uno de 15.000 euros y otro de 10.000, cantidades que también entregó a Igor P. O. El destino de ese dinero era comprar materiales para acondicionar la vivienda de Escatrón, en una finca apartada del pueblo. En principio, era un dinero prestado, pero nunca se lo reintegró. Llegó a preguntarle cuando lo haría y la respuesta fue que no le iba a devolver “ni un duro”. El testigo, durante la pandemia, tuvo problemas de liquidez y llamó al líder y no le dio nada. Precisamente la deuda que con él tenía contraída y la posibilidad de no cobrarla fue lo que le hizo permanecer en la secta más tiempo del que hubiera querido.

Este testigo contó que conoció al líder durante un curso impartido en Lérida sobre 'Diseño humano'. Durante el mismo se hizo un sorteo entre los asistentes para que el ‘guru’ hiciera una “lectura” del agraciado para “descifrar” su personalidad y casualmente le tocó a él. A raíz de este encuentro, se apuntó a otro taller en el que terminó de ganarse su confianza. Entonces le habló de Evol, su proyecto de “forma de vivir” en el que la “confianza y el amor” eran “plenos” y cada persona era “libre” de ser y expresar lo que quisiera.

Mientras, el otro afectado que ha declarado ante la jueza ha ratificado que formó parte de Evol en dos etapas diferentes. Una previa a la pandemia en la que, a pesar de haber completado el curso, seguía acudiendo a Escatrón para colaborar en la rehabilitación del emplazamiento y otra, a partir de 2021, que se prolongó durante 56 días en la que asumió tareas como el cuidado del hijo de Igor P., un niño de 6 años al que el resto considera un ‘semidiós’ con poderes.

Durante este tiempo, para satisfacer las necesidades económicas de Evol, intentó vender sin éxito un plaza de aparcamiento en Lérida, compró un bungaló por el que pagó 3.000 euros y que él no llegó a usar, y también se deshizo de una estatua budista por 1.500 euros. Tras esta última acción, en enero de 2022, fue expulsado de la organización después de manifestarle a Igor P. que no se encontraba implicado en ella al 100%.

En su estancia en Evol afirma que adelgazó cerca de 10 kilos debido a la tensión permanente en la que vivía. Además, reconoce que, una vez abandonó la secta, se dio cuenta de que durante su estancia no había sido él mismo. En las charlas que mantenía con Igor P. éste le llegó a exponer que sería él quien iba a salvar el mundo. También le hizo varios comentarios con respecto a la idoneidad de que se emparejase con su madre, Elena O. G.

Según expone el testigo, cuando las mujeres del grupo no seguían las directrices de Igor P., éste las sometía a agresiones físicas y verbales. El gurú justificaba este trato vejatorio al entender que era necesario restaurar lo que denominaba un estado de tensión óptimo que se veía alterado cuando las componentes de la secta incumplían sus órdenes y por tanto se situaban en “una posición de poder”. Los castigos incluían patadas, empujones contra la pared e insultos e iban dirigidos también contra su madre y su pareja, con las que era especialmente violento, y contra la amiga, a la que trataba de “despojo humano”. De hecho, su mujer lo denunció en una ocasión por violencia de género. A los hombres, en cambio, no les pegaba.

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