Una mirada literaria y artística a las ciudades españolas Patrimonio de la Humanidad

La editorial Tintablanca publica una colección de libros de viaje en la que escritores e ilustradores proyectan su visión personal de las 15 urbes.

Acueducto de Segovia, un ejemplo de las perdurables construcciones romanas.
Acueducto de Segovia, un ejemplo de las perdurables construcciones romanas.
José Reig

La editorial Tintablanca ha emprendido la aventura de hacer una gran colección de libros que glosan las ciudades españolas declaradas por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. A lo largo de 15 libros, desde Segovia hasta Toledo, la serie invita a descubrir los enigmas de las urbes más bellas y monumentales gracias a la mirada de 30 escritores e ilustradores, una forma de aunar el arte y las letras.

Alcalá de Henares, Ávila, Baeza, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Ibiza, Mérida, Salamanca, La Laguna, Santiago de Compostela, Segovia, Tarragona, Toledo y Úbeda configuran el grupo de ciudades que destacan por su monumentalidad, cultura, arte y encanto patrimonial. Los volúmenes, bellamente editados con telas de algodón orgánico, están hechos con tintes naturales y facturados con un papel expresamente importado de Italia.

Los ejemplares no pretenden ser guías turísticas, sino ofrecer un recorrido intimista y único por el corazón de las urbes a través de la mirada personal de autores y artistas de renombre.

El periodista y escritor Jesús García Calero y la ilustradora Paula Varona abordan la grandeza de Alcalá de Henares, un lugar en el que el cardenal Cisneros imaginó y proyectó el primer campus universitario de la historia. Los mejores literatos y filósofos se dieron cita en un espacio donde la historia se ordena en capas, desde sus ruinas romanas a su corral de comedias, cuyas hechuras fueron adaptándose a los tiempos y usos sociales, pasando por la casa de Miguel de Cervantes, escritor descrito por Calero con trazos de personaje de novela picaresca.

Al autor le atrae de manera irresistible la figura del cardenal Cisneros, fundador de la universidad, confesor de Isabel la Católica, mecenas y personaje cuya estampa ha quedado desdibujada por el mito: «Tenemos de él una imagen arzobispal, incluso inquisitorial por su participación en la toma de Granada, que es un capítulo muy oscuro de su vida. Pero lo fascinante es todo lo demás. Cuando cumple 60 años empieza su vida política. Cargó en dos ocasiones la corona sobre sus espaldas, ya que a los Reyes Católicos todo les salió mal, pues se les murieron los herederos. Lo importante de Cisneros es su impulso a la Biblia políglota, gracias a la cual nace la medicina de Divino Valles».

García Calero, jefe de Cultura del periódico ABC, descubrió que Valles, exponente de la medicina renacentista, hacía una autopsia al mes para aprender anatomía, 80 años antes de la famosa que inmortalizó Rembrandt, en cuya época se hacía una al año. ¿Y qué decir de Miguel de Cervantes, del que se han escrito gruesos volúmenes que abarcan todo el saber cervantino? He leído las últimas biografías publicadas y al final me queda la idea de que Cervantes es un tipo que se buscaba la vida y solo escribía realmente cuando le salían mal las cosas.

Hornacina y El Quijote

Según el escritor, es bueno sacar al autor de 'El Quijote' de la hornacina. "Cervantes es el producto de una familia con un pasado bastante turbio. Su abuelo era un corrupto por los cuatro costados que hizo de todo: robó, torturó, secuestró y volvió a robar. Su padre no era tan bueno en el mundo del hampa, era un pobre hombre que se arruinó". De niño Cervantes pasó penurias y hambre sin fin, circunstancia que explica que escribiera un libro transgresor e innovador con el que fundó la novela moderna. "Miguel de Cervantes fue un vivales, venía de un mundo en el que era el más pobre, un buscavidas".

La escritora Fanny Rubio y la artista Valle Galera de Ulierte se adentran en las calles y plazas de Baeza, donde rezuma la poesía de Antonio Machado. El periodista Raúl del Pozo y el artista Miki Leal pintan los misterios de Cuenca, ciudad que se columpia entre dos hoces. El poeta Antonio Colinas y Patricia de Norverto indagan en la fibra íntima de Ibiza, un sitio cercado por la luz, una luz con la que Colinas pudo "respirar con placidez".

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