La rehabilitación de la villa romana de La Malena completa una nueva fase

Se ha culminado la cuarta etapa de las obras de cerramiento del ala oeste de este enclave situado en Azuara (Zaragoza). 

Visita a la villa romana de La Malena, en Azuara (Zaragoza).
Visita a la villa romana de La Malena, en Azuara (Zaragoza).
Gobierno de Aragón

La villa romana de La Malena, en la localidad zaragozana de Azuara, ha dado por concluida la cuarta fase de obras de cerramiento del ala oeste del yacimiento, que ha contado con un presupuesto de adjudicación de 334.526,23 euros y que se ha desarrollado durante seis meses, entre noviembre de 2023 y mayo de 2024. 

En concreto, se ha acometido el cerramiento perimetral del ala oeste, para que se pueda proceder a la restauración de los mosaicos, pinturas y restos arqueológicos de las estancias protegidas. Además, se ha colocado la cubierta del peristilo del ala oeste y del encuentro con el ala sur; se ha realizado el cerramiento provisional en la comunicación del ala oeste con la doble exedra; y se han llevado a cabo las actuaciones necesarias para mejorar la visita pública a la estancia 26, donde se encuentra el mosaico que representa a las Bodas de Cadmo y Harmonía, con una pasarela provisional desde el exterior de la valla actual. 

El proyecto de intervención contemplaba siete fases y aún quedará por ejecutar la quinta, en el ala sur-este y el acceso; la sexta, en el ala noreste; y la séptima, en el ala norte.

Este yacimiento arqueológico, propiedad del Gobierno de Aragón, fue declarado Bien de Interés Cultural, en la categoría de Zona Arqueológica, según Decreto 31/1992, de 17 de marzo, de la Diputación General de Aragón (BOA 27 de marzo de 1992). La villa data de los siglos III-IV d.C. y pertenece al tipo de las denominadas "de peristilo", modelo muy extendido en el valle del Ebro y en la Meseta. Tiene una planta cuadrangular de aproximadamente 50 metros de lado.La pars urbana o zona noble que ocupaban los propietarios se desarrolla en torno a un gran patio central dotado con un estanque y rodeado por corredores, que abrían a éste mediante un pórtico con columnas. 

Algunas zonas de la villa contaban con un sistema de calefacción mediante hornos y en uno de sus bordes fueron hallados los restos de un complejo termal. Esta villa romana es singular por su riqueza decorativa. A partir del siglo IV, se diseñó un programa decorativo en el que destacan los pavimentos de mosaicos elaborados con motivos geométricos, vegetales y figurativos, construidos con teselas de mármol, caliza marmórea, cerámica y pasta vítrea. Los diferentes mosaicos se diseñaron en función del uso y ubicación de cada espacio dentro del complejo arquitectónico.

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