Claudia Sheinbaum, nueva presidenta de México por mayoría aplastante

La candidata oficialista casi ha duplicado en votos a su principal contrincante, Xóchitl Gálvez, y se convierte en la primera presidenta mujer de México en toda su historia.

Claudia Sheinbaum, nueva presidenta de México por mayoría aplastante
Claudia Sheinbaum, nueva presidenta de México
Daniel Becerril

Con una mayoría aplastante y una participación del 60% del electorado, Claudia Sheinbaum se convierte en la primera presidenta mujer de México en toda su historia y asciende a 14 las mujeres gobernantes que ha habido en América Latina en los últimos 50 años.

Al frente de la coalición de izquierda Sigamos Haciendo Historia formada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM mantiene), la candidata oficialista casi ha duplicado en votos a su principal contrincante Xóchitl Gálvez, candidata de Fuerza y Corazón por México, una coalición que agrupa a los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), y ha quintuplicado al tercer candidato en liza, Jorge Álvarez Máynez, del partido Movimiento Ciudadano, apenas conseguiría un 8%.

Europa Press

La participación fue menor del 60%

Sheinbaum pasará a formar parte de la lista de los países con presidenta aunque no todas llegaron por la vía democrática. La primera presidenta mujer de un país latinoamericano fue María Estela Martínez de Perón en Argentina, que llegó a la presidencia en 1974 después de la muerte de su marido Juan Domingo Perón. Fue derrocada dos años después.

Violeta Barrios de Chamorro fue la primera presidenta elegida en unos comicios democráticos y eso ocurrió en Nicaragua en 1990. La haitiana Ertha Pascal-Trouillot fue la primera mujer presidenta afrodescendiente en 1991 en el continente latinoamericano. Desde entonces la panameña Mireya Moscoso en 1999, la chilena Michelle Bachelet en 2006 y 2014, la argentina Cristina Fernández en 2007, la costarricense Laura Chinchilla en 2010, la brasileña Dilma Rousseff en 2011 también llegaron al máximo cargo en sus países. En a la actualidad, la hondureña Xiomara Castro desde 2021 y la peruana Dina Boluarte en 2022 siguen al frente de sus países. Hasta mayo de este año, en el mundo sólo hay 28 países con mujeres desempeñando el cargo de jefa de Estado o de gobierno.

Ante la falta de información del Instituto Nacional Electoral, que se había comprometido a presentar un conteo rápido que aclarase quién era la ganadora de la presidencia de México a las diez de la noche, la candidata opositora Xóchitl Gálvez Gálvez comentó en su cuenta de X (antiguo tweeter) a sus simpatizantes: "Quieren que te vayas a dormir creyendo que te ganaron. Mienten como siempre". También les pidió que se mantuviesen vigilantes: “Los votos están ahí. No permitamos que los escondan".

Varios líderes latinoamericanos comenzaron a felicitar a la candidata oficialista mexicana cuando apenas se llevaba el 10% de las mesas escrutadas y sin que ninguna autoridad del Instituto Nacional Electoral hubiera aparecido para dar a conocer el llamado conteo rápido.

En el conteo rápido tanto en el Congreso de Diputados y Senado, el partido Morena tendrá la inmensa mayoría de diputados y senadores. La nueva presidenta de México podrá gobernar con bastante comodidad ante la apabullante victoria.

A las siete de la mañana ya había un gran ambiente electoral a la entrada del parking del Centro Comercial de la calle San Luis de Potosí, en la Colonia Roma Norte, donde se iban a desplegar dos mesas electorales para 1.250 votantes. Estaban todos los miembros de las mesas, los apoderados de los partidos y los votantes más madrugadores.

Gerardo Liedo, de 67 años, mexicano de origen cántabro-asturiano-castellano, presidente de una de las mesas, no tenía ninguna duda de que sería “una jornada muy tranquila en la capital, pero no en otras zonas del país muy afectadas por la violencia”.

Su compañera, Jael Durán, de 38 años, directora de la Cámara de Comercio de Canadá en México, que iba a actuar como secretaria de la mesa, respondió con contundencia a una pregunta sobre la limpieza del proceso electoral: “Somos ciudadanos de a pie que cumplimos una misión fundamental más allá de nuestras preferencias políticas”.

A las 7.30 comenzó la instalación de las mesas electorales cada una compuesta por un presidente, dos secretarios y tres escrutadores, encargados de recibir primero a los votantes discapacitados y los ancianos, controlar y marcar los carnets electorales para que nadie pudiese votar más veces, distribuir las seis papeletas distintas de esta macroelección que afecta a 20.708 cargos, ayudar a que cada votante no se equivocase de urna al introducir sus votos y a colocar la tinta indeleble en uno de los dedos.

La primera votante fue la periodista de la Agencia France Presse, Jennifer González de 49 años. “Quiero votar antes de empezar mi larga jornada laboral”, comentó aunque empezó a ponerse nerviosa cuando veía pasar los minutos después de las ocho y nadie daba la orden de inicio de la votación.

“No creo que hoy haya muertos. La violencia siempre se produce durante la campaña electoral. Es posible que haya robo de urnas y material electoral”, dijo pocos minutos antes de votar con media hora de retraso.

La abogada Claudia Gutiérrez, de 37 años, se presentó con un mensaje muy claro en su camiseta blanca: “Votar es de Chingones (Votar es fantástico)”, una iniciativa patrocinada por la fotógrafa mexicana Laura Garza con el fin de incentivar la participación de los mexicanos en las elecciones y combatir el preocupante fenómeno del abstencionismo. Aunque ocultó su voto, su forma de hablar hacía prever que iba a votar por la oposición: “Muchas mujeres tenemos esperanza de cambio”.

Su hermana Mariana, diseñadora gráfica de 28 años, también era partidaria del cambio. “¿Es bueno que la presidencia la ocupe una mujer por primera vez en la historia”. La pregunta la respondieron las dos por tramos: “La cara principal puede ser una dama, pero el control político y económico en México sigue siendo patrimonial de los hombres. Aunque por algo se empieza”:

Olga Valdivia Hernández, de 84 años, acudió a votar en silla de ruedas acompañada de su nieto. “He votado desde que cumplí los 18 años poco después de que el voto femenino fuese legal a partir de 1947. Es una forma de votar por mi amada tierra y lo seguiré haciendo mientras siga en este mundo”, comentó la anciana mientras los primeros rayos de un sol penetrante e incandescente atravesaban la arboleda que daba sombra a la larga fila de votantes.

Los miembros del Instituto Nacional Electoral un cartel donde se recordaba que “tu voto es libre y secreto, que nadie puede obligarte a tomar una fotografía de tu boleta y que debes denunciar a cualquier persona que te ofrezca dinero o te amenace para que votes por un candidato determinado”.

Casi 99 millones de mexicanos mayores de 18 años pudieron votar en 170.000 colegios electorales distribuidos por todo el territorio nacional y depositar seis votos diferentes. Estaban en juego 629 cargos para la llamada elección federal, el más relevante de todos el de la Presidencia de la República, con dos mujeres, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, y un hombre, Jorge Álvarez Máynez, aspirantes a este puesto, 500 diputados y 128 senadores.

En la elección local se tenían que renovar 20.079 cargos entre los que destacaban los máximos responsables de 9 de los 32 estados mexicanos y las 16 alcaldías de Ciudad de México

México en uno de los seis países de América Latina donde no existe la segunda vuelta cuando un candidato no alcanza la mayoría absoluta. El actual presidente, que dejará el cargo el 1 de octubre, ganó con el 53% de apoyo popular. Pero en los cuatro comicios anteriores, que se realizan cada seis años, ningún candidato superó el 50% de los votos.

Durante la mayor parte del siglo XX gobernó el Partido Revolucionario Institucional (PRI), hoy en horas bajas. Era tal su hegemonía (se le llamó el partido de la dictadura perfecta) que en la elección presidencial de 1976 sólo apareció el nombre del candidato oficialista en las papeletas. En 1988, Carlos Salinas de Gortari ganó las elecciones con una mayoría muy cuestionada y fuertes acusaciones de fraude.

Vicente Fox, del Partido de Acción Nacional (PAN), el primer presidente en más de 70 años que no era del PRI, ganó en 2000 con un 42% y Felipe Calderón, también del PAN, sólo sacó en 2006 un 0,56% de ventaja a su oponente López Obrador, el actual presidente de México. Fueron tantas las irregularidades que se acabó hablando de fraude electoral con incidencia en el resultado final. El PRI volvió al poder en 2012 con Enrique Peña Nieto con solo un 38% de los votos.

31 candidatos, cuatro mujeres y 27 hombres, fueron asesinados durante la campaña electoral. La última víctima se produjo el viernes cuando el país vivía ya en las horas de reflexión antes de las elecciones. El ataque contra Jorge Huerta Cabrera, candidato a regidor en Izúcar de Matamoros, en el estado de Puebla, se produjo cerca de su domicilio y ocasionó heridas a su esposa y a uno de sus colaboradores. El número de víctimas mortales supera los 200 si se incluye a funcionarios, familiares y víctimas colaterales.

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