Benasque y Munguía sellan una historia de amor alrededor de la cocina

Iris Jordán y Alatz Bilbao, cocineros relevación de Madrid Fusión, reflexionan sobre el futuro de la gastronomía: “Simplificar y centrarnos en el sabor”.

Los equipos de Ansils y Bakea en la cocina.
Los equipos de Ansils y Bakea en la cocina.
A. Toquero

Los caminos de los cocineros Iris Jordán, de Ansils, en Benasque (Huesca), y de Alatz Bilbao, de Bakea, en Munguía (Vizcaya), se unieron para siempre el pasado mes de enero en Madrid Fusión, donde compartieron el tercer premio al cocinero revelación. Un amigo en común, Curro Polo, de LolliPop, los había puesto en contacto antes de esta cita y la energía del universo se confabuló para que compartieran ex aequo este galardón, un empate que es la primera que se produce en la historia de este certamen.

El abrazo que se dieron sobre el escenario de Madrid Fusión fue una de las imágenes icónicas de la edición de 2024, pero esta buena sintonía no podía quedarse en ese detalle. “Estaría genial hacer algo juntos”, se plantearon entonces. Ese deseo se ha hecho realidad este jueves 20 de junio en Ansils, en una comida a cuatro manos que ha sido mucho más que una jornada compartida en los fogones y a la mesa.

Para los dos protagonistas ha representado “como darnos un abrazo para toda la vida, como sentir que no queremos deshacer el empate que se produjo en Madrid Fusión, ya que vivimos la gastronomía de una forma parecida”.

Uno de los platos de la comida.
Uno de los platos de la comida.
A. Toquero

Un equipo de seis personas, con Alatz Bilbao al frente, llegó el martes a Benasque para disfrutar de la experiencia con tiempo, sin prisas, “para aclimatarnos bien al Pirineo”, sugiere el cocinero vasco entre risas. No fueron los únicos. Buena parte de los 25 comensales que han disfrutado de esta comida también ha participado en algunos encuentros previos. “Hemos intercambiado puntos de vista de hacia dónde queremos que vaya la gastronomía, cada uno con sus proyectos, y la verdad es que ha sido muy estimulante”, confiesa Iris.

Por ejemplo, se ha debatido alrededor del libro 'Silvestre. La gastronomía de las plantas', del Basque Culinary Center, y entre otros han estado presentes Javier Cirujeda, del podcast gastronómico 'La Picaeta', o Claudia Polo, que a través de su portal 'Soul in the Kitchen' propone educar en una alimentación consciente.

La comida se preparó a cuatro manos. Y en el resultado no hubo desempate.
La comida se preparó a cuatro manos. Y en el resultado no hubo desempate.
A. Toquero

De esta puesta en común han salido algunas conclusiones y, sobre todo, una sensación, la que transmiten Iris y Alatz a modo de resumen de lo vivido estos días en el Pirineo: “Simplificar y centrarnos en el sabor de los platos; lo verdaderamente importante es el sabor”.

El momento culminante de este encuentro, en el que se comprobó que para los dos cocineros esta es su máxima prioridad, se vivió durante la preparación y el disfrute a la mesa de la comida a cuatro manos, aunque realmente se necesitaron bastantes más para hacerla realidad.

El menú degustación siguió la línea del relato que se ofrece habitualmente en el restaurante Ansils, alrededor de historias transformadas en pequeños bocados. Fue un bonito recorrido por el valle de Benasque recuperando recetas locales y dando valor a los sabores tradicionales. Por supuesto, incorporando en ese viaje culinario los productos y sabores de Bakea de la mano de la industria metalúrgica, que dibuja el paisaje de Munguía y de sus alrededores.

Un momento de la elaboración del menú.
Un momento de la elaboración del menú.
A. Toquero

El huerto, la recolección, la trashumancia o la caza permitieron a Iris y a Alatz ofrecer un muestrario de su buen hacer culinario con ingredientes vinculados a estos escenarios gastronómicos.

Uno de los momentos mágicos del encuentro lo protagonizó el equipo de Bakea con su jefe de cocina al frente al ofrecer el plato denominado 'El taller'. El ruido de fondo, los trapos sucios de grasa, la vajilla inspirada en la metalurgia… En definitiva, una receta con mucho hierro. “Lentejas con corazón y sangre; es nuestra tradición”, confesaba Alatz Bilbao.

La sobremesa se terminó convirtiendo en un encuentro multidisciplinar alrededor de diferentes expresiones artísticas: la propuesta de LolliPop, la música alternativa de Rosin de Palo…

Lo dicho, una explosión de creatividad alrededor de la gastronomía en la que no se produjo un desempate entre dos de los cocineros revelación de Madrid Fusión. “Ya desempatamos una vez jugando a piedra, papel y tijera, pero está claro que tras este encuentro hemos vuelto a empatar”, explicaban entre risas los protagonistas. 

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