GASTRONOMÍA

De cocinas de San Francisco a las piscinas de su barrio de Huesca

El joven chef ofrece platos con un fondo tradicional, donde no falta el chilindrón.

Iris Von Barnekow y José Portolés, en la barra del bar de las Piscinas Almériz de Huesca
Iris Von Barnekow y José Portolés, en la barra del bar de las Piscinas Almériz de Huesca
MONTAÑÉS

José Portolés alardea de ser "HTV", es decir, de "Huesca de toda la vida". Estudió cocina en la Escuela de Hostelería de San Lorenzo de la capital oscense y estuvo un tiempo en las cocinas del Tatau. Sin embargo, cuando tenía 24 años dejó su ciudad natal para mudarse a Estados Unidos. Su destino fue San Francisco y Silicon Valley, donde estuvo trabajando en el sector de la hostelería. En su cabeza no abandonó la idea de abrir un restaurante.

Regresó a España y, tras un verano trabajando en las islas Baleares, encontró su destino mientras paseaba al perro: buscaban a alguien que se hiciera cargo del bar de las Piscinas Almériz. Él fue esa persona, que lo regenta con Iris Von Barnekow, y juntos "cocinan y sirven con amor", como reza el lema que luce en la pared tras la barra.

En este bar no faltan las tortillas de patata de tres sabores: clásica; con cebolla caramelizada y queso de cabra; y de longaniza. Ese es uno de sus fuertes, junto con las croquetas de multitud de gustos y las empanadillas, que ofrecen de pollo al curry, de carne mechada y queso y de carrillera. "Para hacerlas, primero cocinamos los guisos", señala Portolés, que ahora tiene 28 años.

Y los más lamineros también tienen su templo con galletas caseras, tarta de queso, con pistacho y bizcochos tradicionales.

Es una mañana de un día entre semana laborable y la puerta del bar no cesa de abrirse y cerrarse. Vecinos de la zona, oscenses que van a practicar deporte o universitarios de las facultades cercanas son parte de sus clientes. Pero por la tarde y la noche, el bar de las Piscinas Almériz se transforma en un lugar de cenas, que se ha convertido en la opción para muchos oscenses en las veladas sabatinas. 

Para este momento tienen una carta especial con ensaladas, gyozas de verduras y raciones, que pasan por firgers de pollo crujientes o las ‘chilindrón fries’, que son unas patatas con chilindrón y tzatziki griego. Además, hay hamburguesas de hasta seis sabores diferentes y sándwiches especiales, como el Burrito Oscense XXL, donde el guacamole y las patatas fritas caseras se unen con un guiso de pollo al chilindrón. Las opciones fuera de carta también son recurrentes, con rabas de calamar o alitas de pollo, entre otros platos.

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