gastronomía
Producto y tradición en el restaurante Casa Darío de Zaragoza
La carne y el pescado se muestran en una vitrina y los arroces se hacen al momento.
El restaurante Casa Darío le hace un hueco a la tradición pura y dura en la calle de Francisco de Vitoria. El cocinero Carlos Corbacho asume su primer proyecto en solitario –eso sí, junto a su socio Jorge Goicoechea, de Croquetarte, así que el surtido de estas croquetas también se puede probar– con el que busca hacerle un homenaje al recetario clásico. Carlos es muy de guisos y de platos de cuchara, que deberán esperar al mes de octubre.
Mientras tanto, una amplia carta de arroces permite evocar las sensaciones que deja en el paladar un buen caldo o un fumet de pescado. La apuesta por el producto es clara. Las carnes y pescados se muestran en una vitrina.
Es el caso de las chuletas de Okelan o de rodaballos y lubinas salvajes. En la carta siempre hay bacalao, merluza de pincho y rape gallego que se pueden hacer al Orio, en salsa verde y vizcaína, o a la plancha.
Carlos Corbacho se ha rodeado de un buen equipo: Julián Gómez le acompaña en la cocina e Iván Tabernero, en la sala. Precisamente, la atención al cliente y el trabajo en sala es uno de los puntos fuertes de Casa Darío. Por ejemplo, a la hora de elaborar un ‘steak tartar’ o de desespinar un pescado.
Los veganos disponen de un rincón en la carta para que una socorrida ensalada o una parrillada de verdura no sean sus únicas opciones. Hay muchos vinos para elegir y con referencias no demasiado comerciales.
