La campaña de fruta comienza a coger ritmo. Y los agricultores inician la recogida con la tranquilidad que, de momento, dan las cifras. Las estimaciones realizadas por Cooperativas Agroalimentarias y por la organización agraria UAGA hablan de una campaña normal, tras dos años en el que el tiempo no ha dado respiro. En 2022 una fuertes heladas primaverales dieron al traste con la práctica totalidad de la cosecha y el pasado año una extrema sequía permitió mantener el volumen de producción pero el calibre de la fruta era tan pequeño que complicó su comercialización. Ahora, respiran con cierto alivio porque, si el tiempo no lo impide –la campaña se alarga hasta entrado octubre- las perspectivas son tranquilizadoras, en producción, en mano de obra y en ventas.

Aproximadamente un mes llevan los fruticultores recogiendo sus cerezas. Ahora llega el turno del albaricoque y tras el se irán uniendo paraguayo, ciruela, nectarina, melocotón -si es con D. O. Calanda no llegará hasta octubre para terminar con la fruta de pepita ­-pera y manzana-. Toda una variedad de especies que ocupan más de 35.700 hectáreas repartidas por las tres provincias aragonesas, que ocupan a más de 20.000 trabajadores durante los meses de campaña y con las que el sector factura unos 350 millones de euros, cifras que sitúan a Aragón en los puestos de cabeza de las zonas productoras de España.

El volumen de producción depende, y en los últimos años todavía más, de los caprichos del clima. La prueba está en las cifras de las dos últimas campañas. En 2022 las heladas primaverales provocaron un desastre y se perdió un 80% de la cosecha total. El pasado año fue la extrema sequía la que, si bien no impactó en el número de toneladas recogidas, hizo que una gran parte de la fruta fuera de pequeño calibre.

La situación es ahora bien distinta. El tiempo ha dado un respiro, destacan los representantes del sector. El árbol ha tenido las suficientes y necesarias horas de frío para realizar la adecuada floración. Han acompañado las lluvias, que han permitido que los embalses hayan mejorado notablemente sus reservas y no se tema por el riego. Y no se han producido incidencias climáticas de importancia, salvo una noche de helada en abril que los fruticultores de las comarcas de Calatayud y La Litera tuvieron que combatir con riegos y estufas de parafina y cuyos daños resistirán la producción en estas zonas productoras.

"Vuelta a la normalidad"

Aunque con ligeras diferencias en las cifras, Cooperativas Agroalimentarias de España y UAGA ya han hecho las primeras estimaciones de campaña y coinciden en señalar en que Aragón recuperará este año un cosecha "normal". La producción de melocotón, nectarina, pavía y paraguayo sumará en Aragón las 489.071 toneladas, según los datos presentados por el presidente del subsector de fruta de hueso de Cooperativas Agroalimentarias de España, el aragonés Javier Basols, en Europech 2024, en el marco de la feria Medfel, foro europeo en el que los representantes de los principales países productores de la UE (España, Francia, Italia y Grecia) colaboran desde hace 30 años para poner en común su información sobre la estimación de producción de fruta de hueso.

Esta cifra es similar a la del pasado año, pero supone un incremento del 20% si se compara con la media de los últimos cinco años, aunque hay que tener en cuenta también que para hace este promedio se ha utilizado el dato de 2022, una campaña "nefasta" por la falta de lluvias en la que apenas hubo producción.

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A estas producciones UAGA suma las previsiones de cosecha de cereza, albaricoque, pera y manzana, por lo que las estimaciones de esta organización agraria elevan la producción esperada esta campaña hasta las 600.000 toneladas, por lo que a pesar del descenso del 4,48% respecto a 2023, sus representantes la califican también de "normal".

La situación se repite en el conjunto de España y en el resto de las zonas productoras europeas, por lo que, según los datos expuestos por Basols, "globalmente" la producción de melocotón, nectarina, paraguayo y pavía, alcanzará las 3.416.692 toneladas, un 4% más que en 2023 y practicante similar a la media de los últimos cinco años.

Mano de obra y mercado

Hay tranquilidad en la producción, señala Basols, aunque reconoce que las amenazas del cielo siempre están entre las preocupaciones de los productores. También la hay en lo que a disponibilidad de mano de obra se refiere. Desde Cooperativas no se prevé una falta de trabajadores como si ha sucedido en anteriores campañas. Y desde UAGA destacan que los temporeros se han ido incorporando a sus puestos de trabajo sin problemas desde el inicio de la campaña y dado que son fijos discontinuos "las plantillas de los fruticultores ya están completas".

Con la campaña dando sus primeros pasos, los fruticultores ponen el foco ahora en el mercado, aunque de momento, señala Basols, "está respondiendo bien". Porque, según el representante de Cooperativas Agroalimentarias de España y de Aragón, la precocidad de las zonas tempranas del sur de España está permitiendo que la recogida se haga de forma escalonada y no haya "ese solapamiento que tanto ha penalizado en otras ocasiones al sector". 

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Ayudaría, además, que la climatología en Europa alcance pronto y sostenidamente temperaturas estivales, favorables al consumo. Y, siempre pendientes de los precios, los agricultores confían en que pese a las presiones del mercado, puedan repercutir de forma equilibrada a lo largo de la cadena el incremento de los costes que han tenido que soportar "y así las cotizaciones aseguren la rentabilidad de las explotaciones", detalla Basols.

Retos e inquietudes

No solo de previsiones hablan los productores europeos. Ponen además sobre la mesa la necesidad de adaptarse al cambio climático "que marcará las estrategias del sector a medio y largo plazo", pero también la inquietud que despierta la pérdida de competitividad ante la presión normativa de la UE para limitar el uso de herramientas fitosanitarias de control de plagas y enfermedades "que están dejando sin protección a las plantaciones europeas", destaca Basols.

Pero también critican las "derivadas desmesuradas" de las políticas verdes de la UE y de las autoridades nacionales como las diferentes regulaciones para prohibir el uso de envases en el sector de las frutas y hortalizas, que se están imponiendo las administraciones "de manera arbitraria y discriminatoria".

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Cerezas: un mal cuajado reduce la cosecha

Ya se ha cumplido algo más de un mes desde que los fruticultores comenzaron a recoger las cerezas más tempranas, la especie con la que se da el pistoletazo de salida para la campaña de fruta dulce en Aragón.

Las previsiones realizadas por la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA) estiman para este año una cosecha de 50.000 toneladas, lo que supone un descenso del 24,5% respecto a las más de 66.500 toneladas que se recolectaron en 2023.

Desde la organización agraria destacan que este año "no ha habido un buen cuajado en las variedades tempranas" y advierten, además, que las lluvias caídas hacía un par de semanas han provocado el rajado del fruto con lo que las previsiones de cosecha podrían ir incluso más a la baja. También se prevé una disminución en la producción de la cereza de media estación o tardía.

Incluso la superficie de este cultivo se ha reducido. Este año ocupa 8.686,17 hectáreas, un 3,55% menos que en 2019.

Albaricoque y ciruela: Buena producción en Aragón

Es inferior a la producción del pasado año por un mal cuajado del fruto, pero UAGA estima que Aragón recogerá este año 35.000 toneladas de albaricoque. La campaña se prevé "buena", señalan desde la organización agraria que destacan que en el conjunto del país se prevé alcanzar una producción de 134.352 toneladas, un 46% más que en el ejercicio anterior.

Este incremento contrasta con la cosecha esperada en las principales países productores de Europa. De hecho, Italia recogerá 214.282 toneladas, mientras que Francia recolectará 87.852 toneladas, lo que supone un desplome del 29% de la producción que se ha visto notablemente mermada por las adversas condiciones climáticas. La caída prevista en Grecia es del 6% (87.000 toneladas).

La producción de ciruela en Aragón, que ocupa una superficie de poco más de 1.280 hectáreas, también se resiente. Según las estimaciones de UAGA se reducirá un 16,98% hasta situarse en las 15.000 toneladas

Melocotón y nectarina salvan la campaña 

Son las principales producciones de fruta de hueso en Aragón, tanto por su volumen como por la superficie que ocupan y las estimaciones prevén un ligero incremento de cosecha. Se trata del melocotón y paraguayo y la nectarina. Esta última especie es, además, las única de todas las que se cultivan en la Comunidad que ha conseguido incrementar su superficie. Actualmente, según los datos de UAGA, ocupa 7.421,99 hectáreas, un 17,15% más que hace cuatro años y en ellas se espera recolectar 165.000 toneladas, un 0,54% más que en 2023.

Aunque el cultivo ha retrocedido notablemente –se extiende por 11.210,14 hectáreas, un 7,03% menos–, la producción de melocotón será también ligeramente superior a la de la pasada campaña. Las previsiones de la organización agraria hablan de una cosecha de 225.000 toneladas, un 1,04% menos que la obtenida un año antes.

Crece también la producción en España, donde se espera recoger 2,5 millones de melocotón, nectarina y paraguayo.

Pera y manzana: las especies de pepita retroceden 

Unas veces ha sido el ‘fuego bacteriano’, una plaga producida por la bacteria Erwinia amylovora. Otros, la fuerte competencia polaca. Ha influido los nuevas hábitos de consumo e incluso se cuela entre las razones el cambio climático. Pero por uno y otro motivo (o todos a la vez) lo cierto es que las producciones de pera y manzana en Aragón llevan años perdiendo terreno.

Hay ahora 2.369,89 hectáreas dedicadas al cultivo de manzana. Hace cuatro años había casi 700 hectáreas más. La producción prevista ronda las 70.000 toneladas cuando en 2007 se llegaron a recoger 160.000 toneladas de manzana.

Sucede lo mismo en las plantaciones de peral. A la pérdida de hectáreas –un 18,85% menos- se suman las heladas que se produjeron en la Comarca de Calatayud en abril y que afectaron a estas producciones, aunque todavía es pronto para cuantificar los daños. En el conjunto de Aragón se prevé una cosecha de 40.000 toneladas, un 12,75% menos que en 2023.