Economía
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Heraldo del Campo

Campaña de aceite en Aragón: más producción pero muy pocas existencias

Ha sido mejor de lo esperado y los olivares aragoneses han dado más fruto del que se preveía al comenzar la campaña. El problema es el "escasísimo" enlace, por lo que el mercado avanza que los precios del oro líquido continuarán altos

La producción de aceite en Aragón es mayor que la prevista al inicio de campaña.
La producción de aceite en Aragón es mayor que la prevista al inicio de campaña.
A. A.

No se han cumplido las previsiones. Y ha sido para bien. Prácticamente terminada la campaña, a falta únicamente de algunos redondeos en almazaras, la producción de aceite en Aragón roza las 18.000 toneladas, una cifra muy superior a la que se estimaba justo antes de comenzar la recolección de la oliva. 

En esta ‘recuperación’ han tenido mucho que ver los cultivos turolenses, especialmente los de la comarca del Matarraña, donde el cultivo ha alcanzado el 100% de su capital productivo.

Pero que haya más producción no garantiza la disponibilidad de mayores existencias para lo que resta hasta que comience la nueva campaña. El enlace es muy escaso, lo que augura que, al menos de momento, los altos precios del oro líquido en los lineales no se van a relajar.

Un momento de la recolección de la oliva en el Bajo Aragón.
Un momento de la recolección de la oliva en el Bajo Aragón.
Javier Navarro

Contra todo pronóstico, la campaña de aceite de oliva en Aragón le ha dado la vuelta a ese refrán popular que dice que ‘lo que mal empieza, mal acaba’. Lo que ha sucedido podría responder mejor a esa célebre frase usada a comienzos del mundial de 2010 por el heptacampeón del mundo de Fórmula 1 Michael Schumacher que decía que "lo importante no es como se empieza sino como se acaba". Y los oleicultores aragoneses han terminado la campaña mucho mejor de los que se esperaba cuando comenzó la recolección de la oliva el pasado mes de octubre.

La producción de aceite se eleva hasta las 17.908 toneladas. La cifra supera notablemente a aquellas poco más de 10.000 toneladas que se estimaba alcanzar cuando se inició la campaña. Más que duplica la producción del pasado año, en el que la sequía mermó la cosecha hasta dejarla únicamente en 7.390 toneladas. Es muy superior a la media de la Comunidad, que se sitúa en las 12.476 toneladas y casi roza a aquella producción récord que Aragón consiguió hace apenas unas campañas, cuando se obtuvieron más de 19.500 toneladas de aceite.

La provincia de Teruel es la gran protagonista de estas cifras. En sus 29 almazaras se han producido 10.086 toneladas de aceite, algo más del 56% de la producción total de la Comunidad. Pero no todos sus olivares han contribuido a estos datos con el mismo éxito. De sobresaliente ha sido la respuesta de los cultivos de la comarca del Matarraña, donde se han alcanzado una sobreproducción nunca vista hasta ahora. No ha sucedido lo mismo en municipios del Mezquín o en localidades como Alcorisa y Calanda donde la cosecha ha sido media o tirando a la baja.

"Ha sorprendido que con unas circunstancias climáticas tan adversas el cultivo haya respondido tan bien", señala Alicia Hernández, presidenta de la sectorial del aceite de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón. Hernández destaca que aunque es evidente el efecto de la vecería (a un año de mala producción, como la de 2022-2023, le sigue uno de buena cosecha, como el actual), las cifras obtenidas dicen mucho de la resistencia del olivar en las condiciones más extremas, como las que ha tenido que soportar con las dos campaña consecutivas de extrema sequía.

Sucede lo mismo en el conjunto del país. Los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la cosecha de la actual campaña ha registrado a finales de abril un crecimiento de la producción hasta alcanzar las 850.157 toneladas, lo que supone un incremento de un 11% sobre las estimaciones iniciales de principios de campaña (se esperaba poco más 750.000 toneladas) y un 28% si se compara con la cosecha de la campaña anterior.

Un enlace "mínimo"

El incremento de producción no garantiza, sin embargo, una mayor disponibilidad de producto y, en consecuencia una tendencia a la baja de los precios que han convertido al oro líquido en un auténtico producto de lujo para la cesta de la compra de los españoles.

"Nos preocupa el enlace de campaña, es decir, la cantidad de aceite con la que se llega a la siguiente campaña para cubrir las necesidades del mercado", reconoce Hernández. Una inquietud que justifican los datos. Y es que, según el avance publicado en marzo por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación tras las declaraciones a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) de los operadores, la disponibilidad de aceite para la segunda mitad de campaña no superará las 560.000 toneladas, por lo que se estima un stock de enlace "absolutamente mínimo" de apenas unas 200.000 toneladas para cubrir los meses de octubre y noviembre.

No hay mercado donde suplir esta carencia, porque el aceite tampoco sobra en los principales países productores de la Europa Mediterránea. "Italia que es el país que más exporta tiene muy poquita producción este año, apenas unas 275.000 toneladas y comercializan como tres o cuatro veces esas cosecha por lo que tampoco dispone de enlace", explica Hernández, que señala que incluso Turquía ya prohibió el pasado año las ventas al exterior para garantizar su autoconsumo.

La representantes de Cooperativas Agroalimentarias explica esta situación haciendo referencia al "sorprendente comportamiento de los mercados". Hernández destaca que la demanda interna en España "resiste", porque a pesar de los altos precios que ha mantenido una de las joyas de la dieta mediterránea, las ventas de los aceites de mayor calidad "están logrando mantenerse".

A la expectativa

Las expectativas están puestas ahora en la próxima campaña. Aunque quedan unos meses para que comience, las previsiones de cosecha animan al sector. En términos generales, la producción aumentará porque las lluvias han sido generosas en las tierras de la mayor productora de oro líquido, Andalucía, de cuyas cifras depende también el mejor o peor rumbo de la campaña.

No son tan optimistas los productores aragoneses. Inquieta el efecto de la vecería. Ya lo descuentan incluso los agricultores del Bajo Aragón que este año han alcanzado récord de producción. Pero es, una vez más, el agua es la verdadera preocupación de los oleicultores de la Comunidad, que miran al cielo esperando unas ansiadas lluvias que se resisten en todo el este español y que ya han comenzado a dejar huella en las plantaciones de secano turolenses, donde sigue instalada la sequía. "Es pronto para hacer predicciones", explica Hernández, que reconoce que si no llegan las precipitaciones la campaña "será complicada".

Con la esperanza puesta en la próxima campaña

No solo los productores están pendientes de la evolución de la cosecha de aceite. Más que nunca, los consumidores esperan que la campaña 2024-2025 llegue con buenas noticias de una elevada producción. Esa circunstancia podría llevar aparejada un descenso de los precios, para alegría de una cesta de la compra disparada por el encarecimiento del producto estrella de la dieta mediterránea, que en apenas un año ha disparado su coste más de un 70%.

Las lluvias primaverales levantaron el ánimo de los olivareros, que comenzaron a pensar en una cosecha más prometedora en la próxima campaña. Dieron también un respiro al bolsillo de los consumidores que vieron como el precio del aceite se anotaba la mayor caída en los últimos doce meses.

Pero en el sector nadie quiere lanzar las campanas al vuelo. Y mucho menos augurar el momento concreto en el que podría producirse la bajada abrupta de precios que tanto ansían los consumidores. Habrá que esperar al menos hasta el mes de noviembre para comprobar si las buenas expectativas dan su fruto y cosecha es tan buena como parece adelantar las flores que abundan en los olivos.

Los consumidores esperan que las buenas previsiones de la próxima campaña hagan bajar los precios.
Los consumidores esperan que las buenas previsiones de la próxima campaña hagan bajar los precios.
Pixabay

Además, los expertos insisten en que el precio en origen (y, por supuesto, en destino) depende mucho de las ventas y, según la presidenta de la sectorial del aceite en Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, Alicia Hernández, las salidas en los últimos meses han mantenido buen ritmo. "Eso demuestra que este es un producto muy reconocido y consolidado en el mercado y a lo mejor se ha consumido un poco menos pero no ha desaparecido ni mucho menos de la cesta de la compra". 

Y por esa misma razón, añade Hernández, y con las escaso enlace con el que se cuenta lo previsible es que los precios continúen estando elevados al menos hasta que comience la recolección. Una cosecha que se iniciará probablemente en el mes de octubre –casi un mes antes de los que era habitual hace años– no solo por la necesidad de responder a la falta de stock, sino también porque, explica la representantes de Cooperativas, los consumidores demandan cada vez más el aceite verde, también conocido como aceite de cosecha temprana y que se extrae de las olivas más jóvenes, que son verdes o envero (cambio de color en el proceso de maduración).

"Lo que vamos a encontrarnos este año es que estaremos haciendo operaciones a los precios actuales, que son elevados, mientras se están cerrando transacciones a futuro mucho más baratas, ya que la campaña que viene pinta muy bien con las lluvias que han caído especialmente en Andalucía", advierte Hernández.

Pero, hasta que llegue la próxima campaña, se cumplan las expectativas de cosecha y se haga realidad los augurios de quienes fechan en noviembre la caída de los precios, los consumidores pueden beneficiarse de la guerra de precios que parece haberse desatado entre las grandes y conocidas compañías de distribución que a través de agresivas promociones ofrecen este producto, casi imprescindible en la gastronomía española, por menos de siete euros el litros. El precio puede parecer todavía elevado si se compara con aquellos cuatro euros que había que desembolsar hace apenas dos años, pero es muy inferior a los 12 euros que llegó a alcanzar hace solo unos meses.

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