Economía
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Aragón ha perdido 1.291 hectáreas de fruta en cuatro años por la falta de rentabilidad y el cambio climático

UAGA advierte del retroceso del cultivo en pequeñas y medianas explotaciones, especialmente de manzana y pera, y el avance de las grandes empresas que apuestan por la nectarina. La organización agraria prevé este año una cosecha "normal" de 600.000 toneladas.

Temporeros ayer en una finca de melocotones de Zaidín realizando labores de aclareo.
Temporeros en una finca de melocotones de Zaidín realizando labores de aclareo.
Verónica Lacasa

Aragón es una potencia frutícola, no solo por la calidad de sus producciones sino también por volumen. Es el principal productor nacional de cereza, por delante del afamado valle del Jerte, y ocupa el segundo lugar en melocotón y manzana. Sin embargo, sus posiciones en lo más alto del podio podrían verse amenazas en los próximo años si continúa el incesante descenso de superficie que el sector arrastra desde hace varios años.

Lo han advertido los dos responsables del sector de Fruta de UAGA, Jorge Cajo y Alfredo Sanjuán, dos jóvenes fruticultores de La Almunia de Doña Godina (Valdejalón) y Ballobar (Bajo Cinca), respectivamente, que han destacado que en apenas cuatro años la superficie dedicada a estos cultivos ha perdido 1.291 hectáreas. Así, de aquellas 37.033 hectáreas que existían en 2019 quedan ahora 35.000.741 hectáreas que se distribuyen por las comarcas de Valdejalón, Bajo Cinca, Calatayud, Aranda, Caspe-Bajo Aragón, Matarraña y La Litera.

"Llevamos unos años muy malos. Hemos sufrido fuertes heladas e importantes plagas, nuestros costes de producción se han disparado y los precios no han sido los adecuados, por lo que la rentabilidad de las explotaciones es baja e incluso, en algunos casos, negativa", ha detallado Cajo para justificar la decisión de muchos fruticultores de arrancar sus plantaciones.

Prácticamente todas las producciones, según los cálculos de UAGA, ha perdido superficie. El mayor retroceso lo sufre la fruta de pepita. Los cultivos de manzana ocupan un 20,40% menos de hectáreas que en 2019 y los de pera un 18,85% menos. También ha retrocedido, aunque en menor porcentaje, la cereza, el albaricoque, el melocotón y la ciruela. Solo avanza la nectarina. Y lo hace con fuerza aumentando un 17,15% de la superficie hasta rozar las 7.421 hectáreas.

Aunque es la falta de rentabilidad el principal motivo que explica estos descensos, existen también otras razones. El cambio climático tiene mucho que ver en el abandono de la fruta de pepita. "Las elevadas temperaturas que se están registrando en verano dañan especialmente las manzana por lo que muchos agricultores han optado por cambiar de cultivo", ha explicado Cajo. Y aunque estos fruticultores no creen que esta especie vaya a desaparecer de tierras aragonesas, Sanjuán ha reconocido que su presencia puede resentirse mucho más en los próximos años. "Es un pena porque ha sido un cultivo muy importante en Aragón que provocó la introducción de la fruta de hueso en las comarcas productoras de pera y manzana", ha matizado.

Alberto Sanjuán y Jorge Cajo, corresponsables del sector de Fruta en UAGA.
Alberto Sanjuán y Jorge Cajo, corresponsables del sector de Fruta en UAGA.
UAGA

Los cambiantes hábitos de mercado, que ahora demanda más nectarina, no solo justifican la caída de superficie en pepita sino también la apuesta por esta especie de hueso, por la que están optando "las grandes empresas frutícolas que están absorbiendo muchas pequeñas explotaciones", han destacado los representantes de UAGA, que han reconocido que no encuentran otra explicación al destacado avance de estas producciones.

Una campaña normal

A pesar de disponer de menor superficie, los fruticultores aragoneses recogerán este año alrededor de 600.000 toneladas de fruta, una cosecha que UAGA califica de "normal", aunque es 4,48% menor que la obtenida el pasado año.

Los productores de cereza, que comenzaron la recolección hace aproximadamente un mes, recogerán unas 50.000 toneladas, gracias al buen cuajado de las variedades tempranas. A pesar de ello, la cifra supone un descenso del 25% respecto a la pasada campaña, ya que las últimas lluvias han provocado un rajado del fruto que hace prever un descenso de la producción, han señalado los representantes de la organización agraria.

Aunque las heladas redujeron a más de la mitad la producción en algunas zona de la comarcas de la Litera y Calatayud, se espera una cosecha de 380.000 toneladas de melocotón y nectarina, similar a la del pasado año, mientras que el mal cuajado explica la reducción del 7% en la producción de albaricoque (35.000 toneladas) y del 17% en ciruela (15.000 toneladas).

La caída del 4,5% en pera (40.000 toneladas) y del 12,75% en manzana (70.000 toneladas) se debe en parte a la pérdida de superficie, pero también a las heladas que se produjeron en la Comarca de Calatayud a finales de abril, "aunque todavía es un poco pronto para valorar los daños", ha insistido Cajo.

Para toda esta recolección se emplearán, entre mayo y septiembre, unos 22.000 trabajadores, lo que supone la realización de unas 14.000 nuevas contrataciones durante toda la campaña. Sanjuán ha asegurado que a pesar de este volumen no se prevén problemas de falta de mano de obra "ya que los trabajadores son fijos discontinuos y todas las explotaciones disponemos ya de una plantilla que se repite cada año".

El problema, ha reconocido el fruticultor de Ballobar, continúan siendo los alojamientos, ya que en los pequeños pueblos escasa la oferta de vivienda disponible para estos meses. Por eso, los representantes de UAGA han vuelto a hacer hincapié en la necesidad de avanzar en fórmulas que faciliten el alojamiento a las explotaciones de menor tamaño "que no tienen posibilidad de disponer de flota de autobuses ni pueden instalar en sus fincas casas prefabricadas para la campaña".

Precios y seguros

Con la campaña a punto de entrar en su punto más álgido, lo que preocupa ahora a UAGA es la evolución de los precios. La organización agraria entiende que las cotizaciones de sus producciones no tendrían que ir a la baja porque la producción no es muy elevada en Aragón, pero tampoco en España y mucho menos en Europa.

Y le inquieta especialmente la exposición de sus cultivos a las adversidades climáticas, ya que "dificultades y trabas" con las que han llegado este año los seguros agrarios ha provocado que "muchos agricultores, sobre todo de cerezas no cuenten con cobertura", han denunciado Cajo y Sanjuán. Por eso, los representantes de esta organizaciones agraria insisten en la necesidad de que el seguro agrario "se adapte a la nueva realidad climática" y exigen un mayor control de la ley de cadena para que el productor no reciba precios de ruina por su fruta y el consumidor tenga que pagarla como si fuera "un artículo de lujo".

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