Quentin Lecoeuche sufre un esguince en el ligamento del tobillo izquierdo que puede ser de grado 2, es decir, de cierta importancia. El lateral zurdo francés empieza la pretemporada con la misma dinámica de lesiones que arruinó su primer año. Su salida, pretendida por el Real Zaragoza, puede verse alterada por este inconveniente.

El esguince es en la articulación izquierda y afecta al ligamento peroneo astragalino anterior. Se le produjo al taponar un centro tenso de un jugador del Calahorra hacia el área zaragocista en el minuto 15. Le pilló con el pie en el aire, sin fuerza ni apoyo, por lo que el balonazo le aplicó el clásico latigazo que daña el giro, bien de la rodilla o bien del tobillo, como fue el caso del galo. 

Fue atendido en la banda durante 6 minutos por el doctor Ireneo de los Mártirez, vendado y aliviado del fuerte dolor inicial. Intentó seguir en juego pero en la primera carrera pidió inmediatamente el cambio al ver que no podía prácticamente apoyar con potencia la pierna sobre el suelo. Fue sustituido en el minuto 22 por Lluís López. 

Falta saber el grado de afectación del ligamento dañado. Puede ser de grado 1, el más leve, pero también podría alcanzar el grado 2, más serio en su daño y, por lo tanto, con mayor tiempo de recuperación en adelante. Si es el menor, en tres semanas estará apto para volver a jugar. Si fuese el mayor, se estaría ante una baja de al menos un mes. 

Lo que parece claro es que Lecoeuche va a perderse la concentración de el Pinatar en Murcia, adonde el equipo se marchará el domingo, día 28, en apenas 4 días. La semana de preparación específica junto al Mar Menor contará con su ausencia segura, hecho que ya le sucedió el año pasado cuando cayó afectado por una fascitis plantar de la que no salió hasta entrado septiembre. 

El problema es que Lecoeuche es uno de los muchos prescindibles y a los que el club, Juan Carlos Cordero, le busca acomodo a instancias de Víctor Fernández. Esta dolencia ocurrida en Calahorra seguramente retardará cualquier decisión definitiva y puede abocar al caso del lateral francés a una solución tardía y diferente a la que podría estar escrutándose ahora mismo. Son los inconvenientes de tener que alinear en los amistosos de verano a futbolistas con los que no se cuenta.