Sergio Bermejo está desde la tarde de este lunes en Mondariz (Lugo) en la concentración de pretemporada del Sporting de Gijón, su nuevo club tras acordarse durante las últimas horas su traspaso, a coste cero, desde el Real Zaragoza. Pero el mediapunta madrileño no pudo entrenarse aún con sus nuevos compañeros, a las órdenes de Rubén Albés, porque ambos clubes no han firmado todavía la documentación oficial que incluye, naturalmente, su contrato.

Todo está preparado para que eso suceda a lo largo de este martes, como evidencia el hecho de que el futbolista se desplazara ya desde Zaragoza con la certeza de que la operación está pactada. Bermejo ya no trabajó ayer con la plantilla zaragocista y fue la ausencia llamativa el primer ensayo de la semana en la Ciudad Deportiva. El madrileño, de 26 años, dijo ayer adiós a cuatro temporadas como zaragocista, tras conocer hace un mes que no entra en los planes de Víctor Fernández dentro de la reestructuración de hondura que está llevando a cabo el equipo en busca de pelear por el ascenso a Primera.

Atrás deja un historial con 126 partidos y 9 goles como blanquillo en tres temporadas y media reales, pues la pasada fue cedido en enero al Elche, por estar ya fuera de la órbita del club a causa de su rendimiento insuficiente. Fue fichado en 2020 por Lalo Arantegui procedente del Celta B, entonces en la extinta Segunda B. 

Su salida era una de las prioritarias en el extenso puzle que tiene sobre la mesa Juan Carlos Cordero, el director deportivo zaragocista, pues su ficha entraba en el grupo de los salarios más elevados, alrededor de 350.000 euros. El Zaragoza se guarda algunos bonus a su favor respecto de la participación del jugador en el Sporting y de un posible suyo ascenso a Primera.