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La alineación del Real Zaragoza ante el Albacete no tendrá novedades para la galería

Víctor Fernández asegura que quiere ganar el partido y decide que no haya una revolución con minutos para los habituales al carecer el duelo final de la liga de interés clasificatorio relevante.

Víctor Fernández escucha una pregunta en la rueda de prensa de este viernes.
Víctor Fernández escucha una pregunta en la rueda de prensa de este viernes.
Rubén Losada

Pudo ser el Real Zaragoza-Albacete Balompié de esta última jornada de liga (la 42) que se disputará en La Romareda el domingo a las 21.00 un duelo dramático. Hasta hace 15 días hubo opciones de que ambos rivales llegasen aquí jugándose la vida, la permanencia, el descenso. Primero se salvó el cuadro manchego en la jornada 40. Después, fue el equipo aragonés quien cuadró sus cifras en la 41, el fin de semana pasado. Por eso, se ha acabado convirtiendo en lo más parecido a un trámite amistoso. 

Únicamente hay en juego un puesto en la clasificación. Ambos están con 50 puntos, en los puestos 14º y 15º. Aspiran, en caso de victoria, a escalar como máximo hasta el 12º escalón. Y, en la hipótesis de una derrota, la precipitación se parará, en el peor escenario, en la 17ª posición. En definitiva, se trata de 3 puntos para el honor, para un puñado de euros por esa pedrea que La Liga estableció hace algunos años como premio por puesto definitivo en el ranquin. 

Ante este preámbulo, desactivado de exigencias mayores, se ha especulado con que Víctor Fernández diese opción de jugar el último partido a futbolistas que han sido menos habituales últimamente, suplentes o, incluso, fuera de tarifa en la plantilla, dando descanso a los que se han dejado las uñas y las emociones en los días difíciles. Pero no va a ser ese el diseño del enfrentamiento con los albaceteños, según anunció en rueda de prensa este viernes el propio Víctor.

"No habrá rotaciones. No. Yo quiero ganar. Habrá algún cambio, pero no rotaciones. Cuando hablamos de eso parece que vayan a entrar en el once inicial 5, 6 o 7 jugadores diferentes. No será así", dijo tajantemente Víctor.

No obstante, cuando Fernández indicó su postura aún faltaba una sesión preparatoria. "Estoy pendiente del último entrenamiento (en la mañana de este sábado). Esta semana ha sido todo más relajado, buscando que no haya ningún tipo de percance. Pierdes así uno poco la tensión competitiva, porque venimos de semanas donde hemos pasado mucha preocupación, en las que se palpaba en la atmósfera demasiada responsabilidad. Pero tenemos que terminar bien la competición", insistió Víctor. Así que será un domingo de adiós donde se verá a los Francés, Moya, Mesa, Azón, Mollejo, Liso, Badía, Mouriño...

Víctor quiere que, tras un año (otro más) de calvario, la afición pueda quedarse con un caramelo dulce en el paladar del último día y no con el enésimo disgusto. "El Real Zaragoza ha sido en los últimos meses un equipo al que metieron en un quirófano y ha estado entre la vida y la muerte. Hemos recuperado la vida. Eso es para estar contentos y felices, porque tenemos vida. Pero no podemos estar satisfechos con lo que ha hecho este equipo durante la temporada. El Zaragoza no puede aspirar a esto, a salvar la vida en la penúltima jornada. Tiene que aspirar a objetivos mucho más altos. Por eso, uno de los objetivos que tengo este domingo es terminar la liga como merece esta ciudad, este campo, esta afición", reiteró. 

E insistió una vez más. "Tenemos que ganar. Así que no creo que haya muchos cambios. Los que haya serán por obligación. Estoy pendiente del último ensayo. No quiero engañar ni confundir a nadie". Del último día en Santander tiene las bajas seguras de Lecoeuche, castigado con cinco amarillas, y de Valera, operado este viernes de urgencia de un cólico biliar. 

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