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Víctor Fernández habla ya como si el acuerdo sobre su continuidad estuviese cerrado

El entrenador del Real Zaragoza, que deberá confirmar el sí dentro de pocos días tras perfilar con la propiedad de la SAD los detalles del nuevo proyecto con un ideal de ascenso, emitió este viernes varios mensajes con aroma de respuesta afirmativa. 

Víctor Fernández, en afable charla con su cuerpo técnico, al inicio del entrenamiento de este viernes en la Ciudad Deportiva.
Víctor Fernández, en afable charla con su cuerpo técnico, al inicio del entrenamiento de este viernes en la Ciudad Deportiva.
Rubén Losada

Víctor Fernández reservaba para la mañana de este viernes una imagen rompedora con las últimas 96 horas de incertidumbres respecto de su futuro en el Real Zaragoza. El entrenador aragonés, tras cuatro días de silencios y dudas esparcidas por los cuatro puntos cardinales con motivo de esa ausencia de informaciones al respecto, habló en rueda de prensa, en gran medida, como si el acuerdo sobre su continuidad estuviese cerrado con la propiedad de la SAD.

Víctor, que deberá confirmar el sí dentro de pocos días tras perfilar con los dueños de la sociedad los detalles del nuevo proyecto con un ideal de ascenso, emitió este viernes varios mensajes con aroma de respuesta afirmativa. "Igual soy un poco loco. Yo estoy absolutamente ilusionado. Pero este es un proyecto en el que nos tenemos que embarcarnos todos, absolutamente todos, en mayúscula. Con un entrenador solo no se va a conseguir el objetivo (del ascenso). Necesita de la ayuda de todos, cada uno desde su posición dentro del club. Es el único modo de que ese proyecto tenga posibilidades de éxito", dijo de entrada. 

Que Víctor Fernández tiene la espina clavada de aquel ascenso que se fue por el sumidero increíblemente con la paralización de la vida por la pandemia de covid en marzo de 2020 a nadie escapa. Él mismo lo volvió a referir en su discurso previo al último duelo liguero, este domingo en La Romareda ante el Albacete. "Tiene que ser algo igual a la última vez que cogí el equipo desde el inicio, cuando construimos un buen equipo desde el principio y estuvimos todo el tiempo optando al ascenso", rememoró. 

Víctor lanzó incluso un lema para aplicar a la reparación y reconstrucción integral de la plantilla y del entorno del equipo: "Deberemos ser humildes y muy ambiciosos. Humildes significa que tenemos capacidad de autocrítica, para aceptar todo lo que se ha hecho mal en este tiempo, corregirlo y mejorarlo. Y ambiciosos porque detrás de nosotros ha habido muchos años de decepciones, de desilusiones", recomendó en voz muy alta a quienes deben recoger esta misiva. 

"Se generan muchas expectativas en esta ciudad, en esta tierra. No podemos renunciar absolutamente a nada. Ahora somos un equipo de Segunda, pero tenemos una categoría de Primera División. Con esa humildad y con esa máxima ambición que cito es como podremos aspirar a estar entre los tres que ascienden", expuso en su afán lectivo nuevamente. 

Víctor se somete a los tiempos de la SAD y reparte deberes

Víctor Fernández, en su reubicación temporal del tiempo de tensa espera que nació en Santander el pasado domingo por la noche con la permanencia matemática en Segunda, se mostró comprensivo con el ritmo y los tiempos de negociación que han establecido los propietarios internacionales del actual Real Zaragoza. Y, simultáneamente, repartió algún deber anticipadamente para los círculos concéntricos que envuelven a la figura del entrenador en un club profesional. 

Sobre lo primero, dijo: "La velocidad en la decisión sobre mi continuidad no depende de mí. En todas las empresas, en todas las instituciones, los tiempos los marcan los dueños, los jefes, los propietarios. En un club, no los marca el entrenador. Soy consciente de que se van a acelerar muchas cosas la semana que viene".  

Y sobre lo segundo, aseveró: "El 70 o 75 por ciento del éxito en Segunda División depende de una extraordinaria gestión deportiva. Algo que pasa por acertar en la mayoría de las incorporaciones que hagas. Y cuando digo la mayoría estoy hablando del 80 por ciento de ellas. Ha de ser un porcentaje muy alto de acierto. También es importante tener un buen técnico. Y, asimismo, hay factores que no puedes manejar. La temporada es muy larga, con mucha igualdad y presión, y eso genera un desgaste. Hay lesiones y se generan a veces situaciones muy injustas que dependen del momento. De todo esto va a depender que el futuro del Real Zaragoza sea peor o mejor", advirtió Víctor. 

Por supuesto, con toda esta batería de ideas lanzada nuevamente al aire por Víctor públicamente, dejó disuelto en la nada el plan B de su contrato, ese que habla de la posibilidad de que se convierta en un "asesor institucional de la SAD" si deja el banquillo. "Mi contrato contempla como labor principal la de ser entrenador. Yo soy entrenador y creo que donde más puedo aportar, en el día de hoy, es como entrenador. Quiero tener la oportunidad de luchar por el ascenso. Puede parecer algo inalcanzable para algunos, pero yo digo que se puede lograr", apostilló. 

En la recta final de su alocución, aún dejó alguna perla más de su siempre intencionado discurso: "Creo que podemos hacer un viaje maravilloso", sentenció con los ojos brillantes. En definitiva, Víctor en estado puro. Eso que siempre le generó filias y fobias.  

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