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Pablo Abián: "Son mis quintos Juegos Olímpicos, pero voy como si fueran los primeros"

HERALDO realiza una serie de entrevistas con los deportistas aragoneses que van a competir en los Juegos Olímpicos de París. El bilbilitano Pablo Abián es el más veterano de todos ellos y afronta sus quintos Juegos, un registro al alcance de muy pocos

Pablo Abían, durante uno de sus entrenamientos.
Pablo Abían, durante uno de sus entrenamientos.
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¿Cuál es su primer recuerdo de una raqueta de bádminton?

En Calatayud, en la Agrupación Deportiva San Íñigo, cuando era muy pequeño, en torno a los a los 6 años. Mis hermanos mayores ya lo practicaban, yo iba a verles, pero era muy-muy pequeño y no me dejaban. Con 6 años fue la primera vez que me dejaron probar, a darle al ‘volante’.

Fue importante la figura de su padre, Antonio.

Sí, él fundó la agrupación deportiva San Íñigo en Calatayud. Mi padre era maestro de educación física, le gustaba mucho el deporte y por aquel entonces conoció un deporte nuevo y, junto a otros compañeros, fundó la agrupación deportiva San Íñigo.

Viene, por tanto, de una casa muy deportista, ¿no?

Sí, podemos decir que me viene de familia lo del deporte y lo del bádminton.

Jugar al bádminton por entonces no era lo habitual.

El bádminton es deporte nacional en muchos países, sobre todo en los algunos asiáticos como China, Indonesia, Japón, Malasia. Aquí en Europa lo practican mucho en Dinamarca, Inglaterra y Alemania. Pero en España acababa de aterrizar y de llegar. Ahora todavía es un deporte minoritario, pero ya lo conoce prácticamente todo el mundo.

¿Practicaba otros deportes?

Me gustaba mucho el deporte en general y no fue hasta los 18 años cuando me fui al centro de alto rendimiento en Madrid y empecé a especializarme y a dedicarme en exclusiva al bádminton. Pero en Calatayud me gustaba mucho el fútbol sala, hacía mucha mountain bike, hockey, baloncesto…

¿Cuándo se da cuenta de que esto del bádminton podía ir más en serio?

Poco a poco vas viendo que el bádminton es un deporte muy divertido y que vas progresando, que vas consiguiendo resultados a nivel comarcal, a nivel regional, a nivel nacional... Con 18 años decido dar el paso y marchar al Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Ese es el punto de inflexión para intentar progresar más rápido y conseguir metas y objetivos deportivos más ambiciosos. Poco a poco di el salto a nivel internacional, fui progresando, llegó la clasificación para diferentes Juegos Olímpicos...

¿Se puede vivir profesionalmente del bádminton?

En España es complicado. Si eres campeón del mundo o top 5 de ranking mundial, puedes. Si no, es muy complicado. Puedes sobrevivir del bádminton mientras estás en activo y si tienes la ventaja o el beneficio de poder estar en el centro nacional.

Usted hace varios años que no está ahí...

Estoy fuera por una decisión de la Federación Española de Bádminton que en mi opinión es injusta, porque cumplo los criterios y los requisitos que marcan las convocatorias. Así que ahora compagino mi carrera con otras tareas profesionales, como ser profesor en la Universidad de Ciencias del Deporte. He tenido que dar el salto antes de retirarme para poder costearme parte de mi vida deportiva.

¿A qué achaca esa decisión de excluirle del centro?

No lo entiendo bajo ningún concepto. En el centro nacional tendrían que estar los mejores deportistas y los que mejores resultados obtienen. Creo que esa es una pregunta que tendrías que hacérsela a la federación.

¿Cuáles son los momentos de su carrera de los que está más orgulloso?

Me viene ahora a la cabeza el primer Campeonato de España absoluto que conseguí en 2007. A partir de ahí he ido ganando todos los campeonatos de España absolutos en los que he participado a nivel de individual masculino. A nivel internacional, la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Europeos en Bakú en 2015. Y por supuesto, las cinco clasificaciones para los Juegos Olímpicos.

Llegar a esta cifra es algo al alcance de muy pocos, no solamente en el bádminton, sino en cualquier deporte. ¿A qué achacas esa regularidad?

Estar en cinco Juegos es algo brutal. Para poder hacerlo tienes que estar más de 20 años al máximo nivel internacional ininterrumpidamente. Al año de jugar un campeonato se te van los puntos y tienes que volver a disputar ese campeonato u otro para volver a sumar.

Un buen físico es fundamental…

Claro, hay que tener un buen chasis, como digo yo... Pero sin un buen trabajo detrás, al final, no te lleva a ningún sitio.

Y una buena cabeza.

Sí, el tema psicológico y mental es fundamental en el deporte. En ese sentido yo me he mantenido siempre fuerte, he tenido mis momentos también de más bajones, pero con la gente que me rodea los he podido superar. Por supuesto que hay días en los que no tienes las mismas ganas de bajar a entrenar, pero no ha habido ningún día que me haya perdido un entrenamiento.

En los últimos años ha sido muy importante la figura de su hermano, Javier, que es a la vez su entrenador. ¿Cómo es vuestra relación?

Muy buena. Tenemos una confianza el uno en el otro espectacular. Él ha velado siempre porque yo tenga las mejores condiciones de entrenamiento posibles. Es mi hermano, pero es un gran entrenador y catedrático del Deporte en la Universidad.

Has estado en cientos de torneos por todo el mundo… y en cuatro Juegos Olímpicos. ¿Qué tienen de especial?

Es lo máximo a lo que puedes optar si eres deportista. Y más en un deporte como el bádminton. Estás cuatro años preparándote para intentar llegar. En un campeonato del mundo están los mejores de tu modalidad, pero en los Juegos Olímpicos están los mejores de todos los deportes. Llegar a la Villa Olímpica y encontrarte con deportistas a los que normalmente estás viendo por la tele… Es algo difícil de describir y que tienes que vivir para poder ver lo que se siente.

¿Qué tal llega a estos Juegos?

Llego en muy buenas condiciones. Evidentemente, con más edad, pero también con más experiencia. Creo que pueden ser unos buenos Juegos.

¿Hasta dónde cree que puede llegar?

Estoy en un grupo complicado, pero espero llegar a octavos de final para luchar por el diploma y si se da bien, por las medallas. No quiero descartar nada ni conformarme con nada.

Es ambicioso.

Estoy con muchas ganas.

Como olímpico veterano, ¿qué consejo le daría a un novato?

El que debuta en los Juegos Olímpicos va muy ilusionado y con muchas ganas. Aunque son mis quintos, voy como si fueran mis primeros. La experiencia que tengo de la primera vez es que vas muy ilusionado, pero hay que controlar los nervios que te puedan llegar a entrar.

Fue el Pekín 2008.

Allí el bádminton es deporte nacional. Entrar en primera ronda y ver el pabellón completamente lleno con 8.000 o 10.000 personas es algo que te choca y a lo que no estás acostumbrado. Es cierto que te pone nervioso y eso al final te afecta. Mi consejo sería que disfrutasen, que intentasen controlar al máximo los nervios y que seguro que lo van a hacer genial.

Muy pocos deportistas españoles han llegado a cinco Juegos. ¿Crees que tu figura no está lo suficientemente suficientemente reconocida?

Eso es complicado que lo que lo pueda valorar yo. Yo te puedo decir que estar en cinco Juegos Olímpicos está al alcance de muy pocos deportistas. Voy a entrar en un grupo selecto en el que me da vértigo estar; Arantxa Sánchez Vicario, Pau Gasol, Rudy Fernández... Para mí es un honor y un privilegio.

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