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Los deportistas españoles que se quedaron a las puertas de los Juegos Olímpicos de París 2024

El zaragocista Alejandro Francés fue uno de los últimos descartes de la selección de fútbol. 

Alejandro Francés, en un entrenamiento con la selección española.
RFEF

El sueño olímpico de París, motor de vida para muchos deportistas españoles durante los tres últimos años, se ha convertido en pesadilla para algunos una vez concluidos los procesos de clasificación y adjudicación de plazas. Llegados a ese punto de no retorno, son varios los que hoy se lamentan después de haber rozado con los dedos su presencia en la capital francesa. Lesiones de última hora, descartes, enfermedades traicioneras o sanciones por dopaje que no llegaron son algunas de las causas de esas dolorosas ausencias. Uno de los que se ha quedado finalmente fuera es el zaragocista Alejandro Francés, uno de los últimos descartes de la selección española de fútbol. 

La skater barcelonesa Daniela Terol (15 años) tenía su billete olímpico bien amarrado en mayo para competir en la modalidad de street, pero días antes de viajar a Shanghái al penúltimo torneo preolímpico sufrió una apendicitis. Fue operada de urgencia y con la cicatriz aún reciente viajó a la ciudad china para, al menos, seguir en la pelea. 

Un mes más tarde hubo de jugárselo todo en Budapest, donde se repartían los últimos puntos. "Me había recuperado de la apendicitis y me había preparado muy bien, pero llegué con bastante presión y nervios por el miedo de no poder clasificarme", cuenta la patinadora. «Al final fallé el último truco de mi ronda y no pude obtener la puntuación que quería», añade. 

Terol se quedó a un puesto de lograr la cuota olímpica, como primera reserva. A partir de entonces pasó semanas esperando una llamada que no terminó de producirse. Ninguna de sus rivales se dio de baja. "Da rabia. Las opciones eran reales y me quedé muy decepcionada. No ha podido ser, pero hay que seguir adelante. Soy joven y quedan muchos Juegos. No me voy a quedar aquí".

También ha pasado una tensa y angustiosa espera el haltera almeriense David Sánchez (30 años), que al igual que Terol se quedó como primer reserva en su categoría: -73 kg. En su caso, su clasificación dependía de una posible sanción a Turquía por dopaje que hubiera dejado sin Juegos a Muhammed Ozbek, el único haltera de ese país clasificado. 

La norma dice que si hay tres positivos por dopaje en una nación todos sus deportistas en esa disciplina pueden ser suspendidos, y el país otomano estaba en esa situación. Sánchez estuvo semanas esperando una decisión al respecto. "Da mucha impotencia que esos procesos tarden tanto. No tiene sentido. Se tarda mucho en preparar unos Juegos y nos tienen a la espera sin saber fechas ni nada", explicaba el andaluz en un vídeo publicado en sus redes sociales.

Al final, la sanción a Turquía fue solo económica, por lo que la esperanza del levantador de pesas español se desvaneció. "Se hace duro entrenar, el día a día. Mi sueño era ir a estos Juegos. Me dejé todo". La halterofilia será uno de los seis deportes que no tengan representación española en los Juegos, junto con el rugby, el voleibol, el breaking, el ciclismo BMX y la lucha.

La ciclista en pista Helena Casas (keirin) y el saltador Jorge Rodríguez (plataforma 10 metros) son los otros dos españoles que se han quedado con esa amarga posición de primer reserva sin que se hayan producido cambios en las cuotas asignadas para sus especialidades.

Al futbolista del Rayo Sergio Camello (23 años) la llamada de Santi Denia le hizo una ilusión especial. Se acordó de los veranos enfrente de la tele, junto a su padre y su hermano, viendo cualquier deporte que apareciese en la pantalla. El delantero se unió a la concentración el primer día de julio, pero dos semanas después se convirtió en uno de los cuatro descartes que tuvo que hacer el seleccionador manchego. "Para cualquier deportista vivir unos Juegos es lo más grande. Y más en el fútbol. En mi caso solo tengo esta oportunidad, y es obvio que no me la quería perder. Hay gente que puede jugar cuatro mundiales en toda su carrera, pero vivir unos Juegos es una suerte única, y si no la tienes te quedas con esa espinita".

Camello sigue dentro del equipo en la concentración de la selección olímpica en Burdeos, pero sabe que no podrá ser inscrito a menos que uno de sus compañeros caiga lesionado. Tampoco podrá alojarse en la Villa Olímpica en caso de que España acceda a las rondas finales y juegue en París. 

Antes, ya había sido descartado el defensa aragonés Alejandro Francés. Pese a ser uno de los capitanes de la selección española sub-21, el futbolista del Real Zaragoza no entró en la lista definitiva del técnico, Santi Denia, para la cita parisina. 

Víctor Ruiz, atleta valenciano de 31 años, aún no entiende bien por qué no va a estar en París. En 2023, nada más abrirse el plazo, logró en Mónaco la mínima exigida por la Federación Internacional para competir en los 3.000 metros obstáculos. 

Sin embargo, esta temporada no ha sido capaz de cumplir con una exigencia adicional, la llamada 'mínima de excelencia' de la Federación Española, que obliga a los atletas a bajar de una determinada marca en el mismo año de la competición. Ruiz sufrió una lesión en el pie en enero que lastró su temporada, y que a la larga ha provocado que se quede fuera de París por cuatro segundos. 

"Siento un atropello, una injusticia y una falta de excelencia por parte de aquellos que me la pedían a mí. No han sabido entender mis circunstancias, no han sabido leer una progresión de semanas", escribía el mediofondista de Utiel al enterarse de su exclusión. 

"El sueño de niño de ser olímpico se desvanece para alguien que lo ha dado todo siempre que ha competido. Me siento mentalmente destrozado. Por mi edad, y aunque seguiré luchando, es probable que jamás pueda estar en los Juegos Olímpicos". El velocista Pol Retamal (200 metros) se encuentra en una situación parecida.

Con la miel en los labios

Igual de cruel que saberse dentro y quedarse fuera a días de comenzar la competición. Es lo que le ha pasado, por ejemplo a Joan Cañellas y Gedeón Guardiola, jugadores de la selección masculina de balonmano. O a Silvia Domínguez, capitana de la selección femenina de baloncesto. Pequeñas molestias y lesiones leves que, sin embargo, no son compatibles con torneos tan cortos y demandantes como son los olímpicos.

Muchas veces, la rabia y la frustración por no cumplir el sueño olímpico vienen acompañados de otros condicionantes igual de difíciles de asimilar: caída de patrocinadores, becas que se esfuman o incluso tener que abandonar los centros de alto rendimiento en los que se entrena por no cumplir con los requisitos.

«De momento a mí no me han dicho nada», explica de forma lacónica sobre su futuro Daniela Terol, embajadora de Allianz y protagonista del documental 'Ready, París, Go', donde la skater y otros deportistas relatan ese trayecto hacia los Juegos, a veces tan ingrato.