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La segunda vida de Agustín Lasaosa en la SD Huesca

El Consejo de Administración del club ha aprobado por unanimidad la renuncia de Fernando Callizo a su cargo y la vuelta del oscense a la presidencia, que se convierte en una realidad cinco años después.

Agustín Lasaosa, nuevo presidente de la SD Huesca.
Agustín Lasaosa, nuevo presidente de la SD Huesca.
Javier Broto

La Oikos arrebató a Agustín Lasaosa cinco años de vida. Porque su vida es la Sociedad Deportiva Huesca. Desde niño hasta que fue jugador azulgrana y, tiempo después, uno de los padres fundadores que la condujo al fútbol profesional. Desde este viernes retoma la presidencia. En mayo de 2019, cuando le aplastó el peso de la investigación judicial, el club había bajado de Primera División y sentado unas bases para el futuro de las que en 2024 solo quedan los huesos.

En un momento de zozobra económica y cambio institucional, Lasaosa emerge como una figura apreciada y de consenso. Con la misión de pilotar la transición hacia la venta del club en un momento de fuertes pérdidas económicas. Hizo de la frase “ingresar cinco y gastar cuatro” un lema que se convirtió, además, en modelo de gestión para perderse después por el camino. En su ausencia, el Huesca ha dejado atrás el momento más brillante de su historia.

Lasaosa, que cumplirá 66 años en diciembre, renunció a la presidencia para centrarse en su defensa jurídica y no complicar aún más el panorama en un club que se enfrentaba a un golpe inesperado y cruel. Que tuvo que reinventarse y capear el temporal de la Oikos. Seguir adelante sin la persona que representaba el vínculo más fuerte entre el vestuario, la directiva y la afición. Las costuras se fueron abriendo en un vacío que ha durado 1.841 días.

Un infierno sin pecado

El hijo de Agustín y María Luisa. Hermano carnal de Luis Miguel, que también ha formado parte de la entidad hasta hace poco tiempo, y hermano de vida de José Antonio Martín, Petón, el otro punto de apoyo de la idea pergeñada por ambos y arropada por un amplio grupo de veteranos del Huesca que en aquel verano de 2006 dieron un paso adelante para asumir la gestión. Hasta entonces, como ahora, Agustín Lasaosa no estaba pero nunca se había ido. Debutó con el primer equipo a los 18 años. Rompió el cascarón en El Alcoraz, tuvo un paso sin fortuna por el Real Zaragoza y en el Tenerife se labró con sus goles el apodo de ‘Lasaoro’.

Su vida es la SD Huesca y el camino de vuelta discurrió por los despachos y las secretarías técnicas de clubes como el Rayo Vallecano, el Lleida o el Hércules. También trabajó para la agencia de representación Bahía Internacional. Un bagaje que le curtió. El futbolista se convirtió en dirigente sin renunciar a ese ADN y vio con claridad el futuro, que pasaba por una gestión ordenada.

La SD Huesca, habituada a alternar la Tercera División con contadas campañas en Segunda B, asaltó la categoría de plata solo dos años después de que naciera el nuevo proyecto. En la década posterior aguantó, tropezó y apuntó al cielo la noche del 21 de mayo de 2018 con el ascenso a Primera en Lugo. Lasaosa, en el centro del mundo. De manera natural, asumió la presidencia a partir de 2016. Antes había ejercido como vicepresidente y consejero delegado. Y de súbito, fundido a negro.

La Oikos se terminó revelando, en palabras del abogado José María Fuster-Fabra, como “un cascarón vacío” de cualquier implicación delictiva entre los investigados. Lasaosa aguardó paciente el final de un proceso interminable que se zanjó con el archivo definitivo el pasado 27 de marzo. Liberado de un peso sobrevenido, su acercamiento a la entidad fue paulatino y su presencia en el día a día, cada vez más acusada. En abril se le reabrieron las puertas del Consejo de Administración, una reparación moral en busca, además, de un regreso a los orígenes parar purgar los errores del pasado reciente.

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