Zaragoza utilizará IA para regular semáforos y extenderá la cota cero a las calles más estrechas
El Ayuntamiento cierra el nuevo Plan de Seguridad Vial tras meses de trabajo con 80 expertos
y asociaciones del sector. El documento fija un horizonte a seis años y se aprobará en septiembre.
Zaragoza utilizará inteligencia artificial (IA) para regular los semáforos con el objetivo de reducir los atascos y minimizar el riesgo de accidente. También extenderá la cota cero a las calles con las aceras más estrechas. Ambas medidas vendrán recogidas en el nuevo Plan de Seguridad Vial, que se aprobará en Gobierno en septiembre.
El documento busca ser una hoja de ruta integral con la que abordar no solo las consecuencias de los accidentes sino las raíces de los problemas asociados. Por ello, fija un horizonte a seis años para desplegar un catálogo de medidas que incluye la construcción de orejetas para mejorar la visibilidad o la revisión y la eliminación, en los casos que proceda, de los elementos que obstaculizan el campo de visión de los conductores, desde mupis a veladores o contenedores.
El objetivo, explica la concejala delegada de Seguridad Vial, Ruth Bravo, es que el ciudadano "se sienta libre, pero también protegido" al transitar por las calles de la ciudad. El Consistorio tiene intención de trabajar de la mano de Google para optimizar la sincronización semafórica mediante el uso del Big Data y la inteligencia artificial. Se haría a través de la aplicación ‘Green light’ –luz verde en inglés–, que permitiría identificar puntos conflictivos y hacer análisis predictivos para "anticipar situaciones de alto riesgo y desplegar recursos de manera proactiva". También sería posible predecir dónde y cuándo es más probable que ocurra un accidente.
Otros puntos a favor, destacan desde el Ayuntamiento, es que reduciría los tiempos de espera en las intersecciones. También disminuiría las paradas, los arranques bruscos y la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
Para su puesta en marcha aún no hay fecha, aunque la intención es que todas las acciones recogidas se pongan en marcha entre este 2024 y 2030. Entre ellas está también la extensión de la plataforma única a calles con anchuras inferiores a 7,5 metros. En ellas, el espacio para los peatones es "insuficiente", lo que les obliga a caminar cerca del tráfico e incrementa el riesgo de accidente. También impiden la implantación de medidas de accesibilidad como rampas o zonas de descanso, excluyendo a las personas con discapacidad, y dificultan la instalación de mobiliario urbano. Todo esto hace que desde el Consistorio haya una apuesta decidida por nivelar las calles a la misma cota.
La principal ventaja es la existencia de más espacio para el peatón, lo que facilita el desplazamiento de personas con movilidad reducida, bicis y carritos de bebé. Asimismo, se obliga a los conductores a reducir la velocidad y estar más atentos, garantiza una mayor flexibilidad de uso y crea una estética "limpia y cohesionada".
Otras de las medidas recogidas pasan por establecer límites de velocidad de entre 10 y 20 kilómetros por hora en calles específicas, apostar por chicanes, reforzar la señalización existente o expandir la red ciclista para crear rutas más claras y reducir la incertidumbre para conductores y peatones.
Teniendo clara la teoría, falta por saber dónde se implantarán estas mejoras. El trabajo desarrollado en los últimos meses, coordinado desde el área de Movilidad, ha permitido identificar lo que se ha bautizado como "polígonos urbanísticos en la ciudad". La información ayudará a trabajar de forma coordinada con Urbanismo para "hacer propuestas concretas" en función de la siniestralidad y las características de cada zona. "Sin inventar nada nuevo, queremos hacer un traje a medida a la ciudad", expone Bravo.
