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El ruego desesperado de una maltratada en Zaragoza: "Salvadme por favor, no me deja salir y me quiere matar"

Una jueza dicta una orden europea de investigación para intentar localizar en Rumanía a un peligroso maltratador.

Pistola que el maltratador escondía en una cómoda del dormitorio.
Pistola que el maltratador escondía en una cómoda del dormitorio.
HA

Una jueza de Zaragoza se ha visto obligada a dictar una orden europea de investigación para intentar que Rumanía le ayude a localizar a Ioan D. V., al que la Guardia Civil detuvo hace ahora casi dos años tras agredir y secuestrar a su compañera sentimental en un unifamiliar de Utebo.

No fue fácil liberar a la mujer, ya que el agresor contaba con una arma de fuego y se enfrentó con enorme violencia a los agentes. A uno de ellos llegó a quitarle la defensa extensible y los grilletes. Y ya le había desabrochado el primer seguro de su pistola reglamentaria cuando fue finalmente reducido por los guardias con ayuda de una patrulla de la Policía Local de Utebo y los sanitarios del centro médico, que dado el gran estado de agitación y agresividad del individuo tuvieron que inyectarle un tranquilizante.

Los hechos se produjeron sobre las 18.30 del 8 de agosto de 2022, hora a la que el hijo de la víctima llamó a 112-Emergencias para comunicar que su madre había sido secuestrada y su pareja no la dejaba salir de casa. El joven había telefoneado varias veces a la mujer y esta no respondía, pero después recibió una llamada del hombre que vive con ella diciéndole que la tenía retenida y retándole a que llamara a la Policía si tenía “cojones”.

La Guardia Civil movilizó enseguida una patrulla, pero cuando los agentes llamaron al timbre de la vivienda del presunto secuestrador y le preguntaron dónde estaba su pareja, este respondió que vivía solo. Acto seguido, el hombre les dijo que si no tenían un orden judicial para entrar no iba a dejarles acceder a su domicilio. Le explicaron entonces cuál era la situación y que solo necesitaban comprobar que su pareja estaba en perfecto estado. Pero el insistió en que sin autorización del juez nadie iba a entrar allí, se dio la vuelta y cerró la puerta. Aquello obligó a los funcionarios a pedir refuerzos.

La preocupación del hijo de la mujer era máxima, por lo que volvió a intentar contactar con su madre por teléfono. Y esta vez la mujer sí respondió a la llamada. Con voz temblorosa y entre lágrimas, le dijo que no iba salir, que no quería problemas con su pareja. Pero el joven logró convencerla para que buscara la forma de se asomara a la puerta. Lo que finalmente hizo.

"Entrad y os mato de un tiro"

“Salvadme por favor”; “No me deja salir de casa”; “No puedo más”, “Quiero salir de aquí, sacadme de aquí, ha dicho que me quiere matar”. Estas fueron algunas de las palabras que la víctima susurró a través de la valla perimetral de la vivienda a los guardias. Al verla hacerlo, Ioan D. V. se abalanzó sobre ella y le arrebató enseguida el juego de llaves que tenía en la mano. “Entrad y os mato de un tiro, hijos de la gran puta, que tengo una pistola”, gritó el hombre dirigiéndose a los guardias.

Sin embargo, los agentes lograron empujar la puerta de la valla exterior para facilitar la huida a la víctima. Y aunque el agresor intentó cerrar el acceso principal al domicilio, los guardias también se lo impidieron, iniciándose el violento forcejeo en el que finalmente fue detenido.

Una vez engrilletada esta persona, la Guardia Civil pudo interrogar a la mujer, quien les explicó que el arrestado tenía una pistola en una cómoda del dormitorio. Por seguridad, antes de ir a buscar el arma, los funcionarios sacaron fuera de la casa al hombre. Finalmente, constataron que, efectivamente, este guardaba una pistola con el cargador alimentado.

La pareja mantenía una relación sentimental desde hace cinco años. Según explicó la mujer a los investigadores, Ioan D. V. llevaba ya tiempo maltratándola física y psicológicamente, razón por la que solicitó una orden de protección. Cuando le hicieron el test de valoración de riesgo a la víctima, el resultado fue: alto.

En cuanto el detenido quedó libre y decidió marcharse a su país. Ello ha impedido a la jueza que lleva el caso tomarle hasta ahora declaración para dar por concluidas las diligencias y dictar auto de apertura de juicio oral.

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